Pereira, Martes, 07 de Julio del 2009, latarde.com, CESAR AGUEL ,
Lo que es legal o permitido no es siempre lo ético.
Y cuando las acciones se llevan a cabo en violación de una directiva constitucional, como es el caso de la separación entre la religión y el estado, que es el caso en EEUU, esto constituye una violación de la ley.
Tal es el caso de lo que las fuerzas de ocupación han hecho tanto en Irak como en Afganistán.
Aprendí, a través de escritos en las revistas Harper’s y Newsweek, y luego en otras fuentes, acerca de las actividades proselitistas de las fuerzas armadas de ocupación a través de sus capellanes, muchos de ellos cristianos fundamentalistas pentecostales.
El extenso artículo en Harper’s, utiliza como abrebocas un incidente ocurrido en la antiquísima ciudad de Samarra, considerada una ciudad sagrada, en la primavera del 2004, durante la Semana Santa.
El incidente en particular alude, cómo miembros de las fuerzas armadas, considerándose con el deber mesiánico de propagar la fe o en su defecto aniquilar a aquellos que la niegan, hicieron pintar en un vehículo blindado en lengua árabe, “Jesús mató a Mahoma”. Al mismo tiempo hicieron que un traductor con un megáfono gigante, gritara, insultando al profeta, después del llamado a orar del muezzin, la misma consigna con el fin de humillar y provocar a los residentes de la ciudad.
En la medida que los residentes asomaban sus cabezas por las ventanas de sus viviendas para cerciorarse de que ocurría, los miembros del vehículo blindado se encargaban de aniquilarlos, así como buena parte de su residencia.
Este incidente es solo uno de muchos. Se ha encontrado, por ejemplo, que a través de los servicios de soporte militar, se han distribuido enormes cantidades de Biblias traducidas al árabe en Irak y a algunas de las lenguas regionales en Afganistán. Esto en contraposición a las directivas establecidas por los mandos militares.
Lo que ha venido sucediendo, en particular a partir de la iniciación de la guerra fría, es una infiltración en las fuerzas militares de fundamentalistas cristianos. A todo nivel.
Aquellos que están en la obligación de velar por el mantenimiento de la secularización en fuerzas armadas son, a menudo, en realidad crípticos amigos del proceso proselitista en las fuerzas armadas y que además ven como rol de EEUU el de defensor y baluarte de la única Fe: el evangelismo pentecostal.
Con incremental frecuencia existen casos de miembros de las fuerzas militares, que pertenecen a otras creencias, que son insultados, discriminados y humillados. Esto incluye en adición a los islámicos, a quienes consideran el diablo mismo, a ateos, católicos y protestantes de corrientes más tradicionales como los episcopales y los presbiterianos.
El propósito de estos cristianos fundamentalistas es, sin duda, crear un estado de malestar y guerra abierta contra el Islam, que recuerda los horrores de las Cruzadas.
Islam España es el portal del islam en lengua española , un proyecto de futuro para la convivencia,la cooperación y el diálogo.
Lo que es legal o permitido no es siempre lo ético.
Y cuando las acciones se llevan a cabo en violación de una directiva constitucional, como es el caso de la separación entre la religión y el estado, que es el caso en EEUU, esto constituye una violación de la ley.
Tal es el caso de lo que las fuerzas de ocupación han hecho tanto en Irak como en Afganistán.
Aprendí, a través de escritos en las revistas Harper’s y Newsweek, y luego en otras fuentes, acerca de las actividades proselitistas de las fuerzas armadas de ocupación a través de sus capellanes, muchos de ellos cristianos fundamentalistas pentecostales.
El extenso artículo en Harper’s, utiliza como abrebocas un incidente ocurrido en la antiquísima ciudad de Samarra, considerada una ciudad sagrada, en la primavera del 2004, durante la Semana Santa.
El incidente en particular alude, cómo miembros de las fuerzas armadas, considerándose con el deber mesiánico de propagar la fe o en su defecto aniquilar a aquellos que la niegan, hicieron pintar en un vehículo blindado en lengua árabe, “Jesús mató a Mahoma”. Al mismo tiempo hicieron que un traductor con un megáfono gigante, gritara, insultando al profeta, después del llamado a orar del muezzin, la misma consigna con el fin de humillar y provocar a los residentes de la ciudad.
En la medida que los residentes asomaban sus cabezas por las ventanas de sus viviendas para cerciorarse de que ocurría, los miembros del vehículo blindado se encargaban de aniquilarlos, así como buena parte de su residencia.
Este incidente es solo uno de muchos. Se ha encontrado, por ejemplo, que a través de los servicios de soporte militar, se han distribuido enormes cantidades de Biblias traducidas al árabe en Irak y a algunas de las lenguas regionales en Afganistán. Esto en contraposición a las directivas establecidas por los mandos militares.
Lo que ha venido sucediendo, en particular a partir de la iniciación de la guerra fría, es una infiltración en las fuerzas militares de fundamentalistas cristianos. A todo nivel.
Aquellos que están en la obligación de velar por el mantenimiento de la secularización en fuerzas armadas son, a menudo, en realidad crípticos amigos del proceso proselitista en las fuerzas armadas y que además ven como rol de EEUU el de defensor y baluarte de la única Fe: el evangelismo pentecostal.
Con incremental frecuencia existen casos de miembros de las fuerzas militares, que pertenecen a otras creencias, que son insultados, discriminados y humillados. Esto incluye en adición a los islámicos, a quienes consideran el diablo mismo, a ateos, católicos y protestantes de corrientes más tradicionales como los episcopales y los presbiterianos.
El propósito de estos cristianos fundamentalistas es, sin duda, crear un estado de malestar y guerra abierta contra el Islam, que recuerda los horrores de las Cruzadas.
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