jueves, 16 de julio de 2009

Mayoría de musulmanes opta por repatriar sus familiares muertos, como Rayan

Madrid, 16 julio 2009, (EFE).-

La mayoría de musulmanes residentes en España opta por repatriar sus familiares muertos a sus países de origen, como hizo la familia de Rayan, el bebé hijo de la primera víctima mortal de gripe A, que murió por error médico.

Aunque cada vez más familias, que se encuentran perfectamente integradas, empiezan a preferir enterrarles en España, han indicado fuentes de la Fundación Pluralismo y Convivencia a EFE.

Sin embargo, hasta ahora, la mayor dificultad que se encuentran estas familias es que "todavía muy pocos municipios han incorporado las adaptaciones necesarias para enterrar a los musulmanes de acuerdo al rito musulmán".

Así, por ejemplo, el pequeño ataúd blanco en el que reposa el cuerpo de Rayan, el bebé prematuro muerto el lunes por una negligencia profesional, partió hacia Marruecos en un avión fletado por el rey Mohamed VI.

El cuerpo del bebé fue llevado a Tetuán y posteriormente a la localidad de Mdiq, para ser depositado en la misma tumba en la que reposa su madre, Dalila, que con 20 años se convirtió en la primera víctima mortal de la gripe A en España.

En la Comunidad de Madrid, solamente el cementerio de Griñón (en la frontera con Castilla-La Mancha) está acondicionado para enterramientos de musulmanes.

"Hay parcelas en algunos municipio -muy pocos- cedidos a la comunidad musulmana con este fin y existen otros, procedentes de la Guerra Civil, que fueron expresamente creados para enterrar a los miembros de la Guardia Mora", han agregado las fuentes.

Este es el caso del cementerio de Griñón, que se ha reactivado y ahora puede ser utilizado para enterrar a personas de religión musulmana y es gestionado por el Consulado de Marruecos.

Existen tres tipologías de cementerio musulmán: parcelas en cementerios municipales, cementerios privados y cementerios históricos, algunos de los cuales se encuentran en desuso, como el Cementerio de Adormideras en Galicia y el de Barcia, en Asturias, y otros que se inaugurarán próximamente, como el de Logroño.

Andalucía es la comunidad autónoma con más cementerios islámicos con un total de siete, seis de los cuales son de gestión municipal y uno de propiedad privada y gestionado por la comunidad islámica local.

En el País Vasco existe un cementerio municipal en Derio; en Aragón, el de Terrero, con origen en la Guerra Civil; en Cataluña hay tres, en Terrasa, Collserola y Manresa; y en Castilla y León, uno, en Burgos.

En la Comunidad Valenciana hay un cementerio municipal en Valencia y uno de gestión privada en Parque San Jaime, en Ribarroja del Turia, mientras que Baleares, Murcia, Canarias, Ceuta y Melilla tienen un cementerio islámico municipal cada una.

Según el rito musulmán, la persona fallecida tiene que ser enterrada en contacto directo con la tierra, envuelta en un sudario.

Además, el cuerpo tiene que estar mirando a la Meca, las tumbas no tienen ornamentación y no se puede enterrar en altura, por ejemplo en nichos, aunque sí, en profundidad, indicaron las fuentes.

En España, en cada Comunidad Autónoma está en vigencia una normativa diferente sobre la policía mortuoria sanitaria, que en algunos casos "es más flexible que en otros".

Pero "hay soluciones para todo: en algunas autonomías se permite enterrar a los musulmanes sin féretro, en otros es necesario hacerlo con ataúd y también existe la solución de introducir tierra dentro de la caja, de modo que el cuerpo, de algún modo, está en contacto con la tierra". EFE

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