martes, 26 de abril de 2016

¿Más cementerios musulmanes para Madrid?

Madrid,26/04/2016,FRANCISCO DE ANDRÉS


Protesta por el cierre del cementerio de Griñón a finales de 2014; luego fue reabierto pero se ha quedado pequeño - ISABEL PERMUY

El Ejecutivo de Cifuentes advierte que si se abren más camposantos mahometanos en la región deberán cumplir las normas de sanidad, en particular la del uso del ataúd

La noticia de que el Ayuntamiento que preside Manuela Carmena reservará a finales de este año 10.000 metros cuadrados del Cementerio de Carabanchel Alto a la comunidad musulmana, para que entierre a sus muertos según los ritos coránicos, ha desatado un debate en ciertos medios que según fuentes de la Comunidad de Madrid es «no existe en el terreno oficial». El gobierno de la Comunidad debe autorizar la ampliación de cementerios a petición de los ayuntamientos, para garantizar que se ajustan a la normativa vigente, pero asegura que «hasta la fecha» no ha recibido ninguna petición en ese sentido por parte del ayuntamiento de la capital.

La única constancia que tiene el Ejecutivo de Cristina Cifuentes fue la reunión entre una delegación de Emiratos Árabes Unidos y representantes del ayuntamiento madrileño, en la que se presentó la solicitud de más cementerios musulmanes para la región. «Fue una reunión del Ayuntamiento de Madrid con un Estado extranjero, pero no con representantes de la comunidad musulmana madrileña», advierte el portavoz de la Comunidad de Madrid, Juan José Bote.

Nadie pone en cuestión que el único cementerio musulmán de la Comunidad, el de Griñón, se ha quedado muy pequeño para la población mahometana de la región, calculada en unas 200.000 personas. El que fuera camposanto para la Guardia Mora de Franco ha conocido muchas vicisitudes recientes, hasta su paso a manos del ayuntamiento de Griñón, pero por encima de todas destaca que ya no puede albergar a más fallecidos musulmanes. A quienes quieran seguir los ritos funerarios del Corán no les queda más opción que acudir a otros cementerios españoles (en Andalucía por ejemplo están 8 de los 24 cementerios mahometanos del país), o repatriar los cuerpos a sus países de origen, por lo general Marruecos.

Cuestión distinta es la exigencia de las asociaciones musulmanas españolas respecto al rito funerario. Las normas coránicas establecen algunas condiciones que sí son compatibles con las del reglamento de Sanidad Mortuoria, aprobado en 1997. Por ejemplo, enterrar solo con una sencilla sábana blanca, con el cuerpo recostado sobre la derecha y mirando a la Meca. Otras sin embargo son incompatibles, en especial el entierro sin féretro para que el cuerpo esté en contacto con la tierra. Las normas funerarias son estrictas en este terreno (al margen de la manga ancha existente en algunos camposantos andaluces): el féretro es necesario para evitar contaminaciones de acuíferos y epidemias. Cualquier excepción a esta norma de salud pública, recuerda Juan José Bote, «requiere un estudio previo de las aguas muy técnico». La ley civil choca, por la misma razón, con las exigencias de las asociaciones musulmanas en materia de traslado de cadáveres, y exige que vayan en cajas o compartimentos estancos de cinc.

En la mayoría de los casos, los parientes musulmanes aceptan una pequeña trampa a la norma coránica: la introducción de arena dentro del ataúd, para que el cuerpo esté en contacto con ella, o el uso de féretros con un pequeño orificio para que la cabeza toque la tierra. Las asociaciones musulmanas españolas exigen, no obstante, un cambio en la normativa legal española para permitir el entierro sin féretro como establece el rigor coránico. «Si nos lo llegan a plantear diremos que no», advierte el representante de la Comunidad de Madrid, «con la salud pública no se juega».

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