La comunidad musulmana belga insufló esperanza a la marcha contra "el terror y el odio" organizada en Bruselas (Bélgica), donde el pasado 22 de marzo se produjo un doble atentado yihadista en el que murieron 32 personas y más de 300 resultaron heridas.
"Me gustaría que todo el mundo deje de decir que todos los musulmanes son terroristas. Yo estoy aquí, con vosotros", afirmó Secaima, una joven de origen marroquí y tocada con el velo islámico que prefiere no revelar su apellido.
Como ella, en torno a 7 mil personas, según los cálculos de la Policía citados por varios medios, han decidido pasar uno de los escasos domingos soleados que salpican la primavera belga en la primera gran muestra pública de duelo y rechazo al extremismo tras los atentados.
Un grupo de manifestantes partió desde el corazón de Molenbeek, el distrito de amplia presencia musulmana que ha ganado una triste fama por haber sido lugar de paso y residencia de jóvenes radicalizados que participaron en los atentados de Bruselas y París, del pasado 13 de noviembre.
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