Astrónomos investigaron una galaxia ubicada a 6.000 millones de años luz, aunque lo que descubrieron no fue lo que esperaban.
El misterio rodeaba a las ráfagas de radio rápidas (FRB por sus siglas en inglés). Desde que fueron detectadas hace pocos años, los investigadores centraron sus estudios en ellas. Sin embargo, las certezas eran pocas y, hasta el momento, parecería que solo se encargaron de descartar hipótesis.
"Parte del proceso científico es investigar resultados para ver si se sostienen. En este caso, parece que hay una explicación más mundana de las observaciones de radio", afirmó Peter Williams, uno de los autores del estudio. En ese sentido, la explicación "mundana" deriva de la necesidad de centrarse en un supermasivo agujero negro, publicó el portal Gizmodo.
Las FRB duran solamente milisegundos y consisten en explosiones breves pero muy potentes que liberan energía. Mientras avanzaba la investigación, los científicos creían haberlas registrado en tiempo real y también haber identificado su localización: una galaxia ubicada a 6.000 millones de años luz.
A partir de este descubrimiento, investigaron esta galaxia con radiotelescopios de alta tecnología, y entonces se sorprendieron al detectar que las señales aún tenían fuerza. Y así lograron llegar a su fuente: el 'parpadeo' de un agujero negro. "La emisión de radio de esta fuente sube y baja, pero nunca desaparece. Eso significa que no puede estar asociada con las FRB", agregó Edo Berger, colega de Williams, al descartar la relación entre las FRB y esta galaxia.
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