El Ayuntamiento podemita quiere paliar la ausencia de agentes de Policía Municipal de religión musulmana o de raza negra, asiática o india fijando unas cuotas en la plantilla reservadas a estos grupos minoritarios.
La alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, y el condejal de Seguridad, Javier Barbero, quieren paliar la ausencia de agentes de Policía Municipal de religión musulmana, budista o hinduísta, o de raza negra, asiática, india o etnia gitana fijando unas cuotas en la plantilla reservadas a estos colectivos minoritarios, según publica OKdiario.
La decisión es una forma de discriminación positiva que no ha gustado al Colectivo Profesional de Policía Municipal pues creen que atenta directamente contra la Constitución al tratar de forma favorable a determinados candidatos a estas oposiciones públicas. Es por ello que, según asegura ese medio, irán al juzgado para denunciarlo. Distintos colectivos que representan a los agentes han manifestado que si todas las plazas disponibles las obtienen agentes con nacionalidad española, con la altura suficiente y todas las pruebas físicas y teóricas aprobadas no hay problema.
Los sindicatos piden que se aumente el número de agentes -que actualmente no llega a 6.200-, pues aseguran que la cifra óptima debería rozar los 6.800, y piden a la regidora que recupere a las Unidades Centrales de Seguridad (UCS) suprimidas hace dos meses. El Ayuntamiento, por su parte, hace oídor sordos a las peticiones de los agentes y ha comunicado que creará una nueva unidad de gestión de la diversidad para proteger a los colectivos más vulnerables y dispondrá de un departamento especializado de atención a la tercera edad.
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