martes, 7 de febrero de 2017

La islamofobia en Quebec no apareció en una noche

Canadá,07.02.2017,TRT


Foto: Las personas lloran en el funeral organizado en Montreal por las tres de las víctimas mortales del ataque brutal en el Centro Cultural Islámico de Quebec.

El asesinato de seis musulmanes el 30 de enero en el Centro Islámico en la ciudad de Quebec causó una gran indignación en Canadá

Canadá se encara con los problemas duros sobre el ambiente libertario desde que una persona, que cree en la supremacía de la extrema derecha y de la raza blanca, asesinara el 30 de enero a los miembros de la comunidad musulmana en una mezquita en la ciudad de Quebec. ¿Cuánto impactaron las discusiones sociales, que mantiene Canadá, la exclusión de los musulmanes canadienses?

El asesinato de seis musulmanes en el Centro Islámico en la ciudad de Quebec causó una gran indginación en todo el país. Khaled Belkacemi, Azzedine Soufiane, Aboubaker Thabti, Abdelkrim Hassane, Mamadou Tanou Barry e Ibrahima Barry realizaban la oración en la mezquita antes de ser asesinados por el atacante Alexandre Bissonette de 27 años. Muchas personas asociaron este acto trágico con las palabras de odio del presidente estadounidense, Donald Trump. No están equivocados, pero no esta no es toda la historia.

Este ataque podría ser las acciones de una persona que actúa en solitarios. Pero, a mi juicio que este ataque está vinculado con las amplias discusiones sociales que continúan en Quebec desde hace una década.

Bissonette y yo tenemos la misma edad; y somos miembros de la misma generación. Yo, como miembro de una familia palestina, nací y crecí en Quebec, Montreal. Mi familia se instaló en Ville Lasalle, una zona francófono de la ciudad. Soy una niña de un tiempo cuando está en vigor la Ley número 101; es decir, tenía que ir a una escuela que ofrecía una educación en francés con el pretexto de proteger el idioma y la cultura de la gente” original” de la zona. No, al decir que los propietarios originales, no me refiero a los indígenas de la isla de la Tortuga. Me refiero a los descendentes de los colonos franceses; esa es la cultura de ellos.

Foto: 6 musulmanes canadienses fueron asesinados en un ataque en el Centro Cultural Islámico de Quebec. Alexandre Bissonette, sospechoso del atentado, se conocía con sus puntos de vista de extrema derecha y anti musulmanes antes del ataque. (Reuters)

Numerosos musulmanes de raza árabe y no árabe en Quebec son hijos de la Ley número 101. Los países, de donde provienen las víctimas mortales del atentado, es decir Túnez, Argelia, Marruecos y Guinea, forman parte de los países francófonos. Mi generación, es decir hijos de inmigrantes, es una comunidad que abrazó el francés. Nos apropiamos del dicho de que la cultura quebequense fue colonizada por la cultura hegemónica inglesa. Estábamos en solidaridad en la lucha para mantener vivo y proteger el francés. Pero, parece que eso no era suficiente.

Más de una vez, las personas me pararon en la calle y me dieron que no tenía que portar “esa cosa” en mi cabeza. Un día, un conductor de autobús me dijo que nunca iba a obligar a su hija para que llevara el velo islámico. Cuando intentaba convencer al conductor de autobús de que esa era mi propia elección, otras personas en el bus continuaron mirándome.

El hecho de que sintiera la necesidad de justificarme ante un extranjero es una evidencia de las presiones que se enfrentaban las personas que se parecían a mí. Cuando trabajaba los fines de semana en Tim Horton, una cadena de café y donas en Canadá, algunas personas rechazaban el servicio brindado por parte de mí. Algunos me llamaron terrorista. Y algunos, a pesar de que hablaba francés perfecto, intentaban describir con sus manos cuántas azucares y cremas querían en sus cafés, porque pensaban que yo no podía entenderlos. Yo estaba infantilizada y aislada.

En 2013 (me mudé a Turquía), Pauline Marois, del partido anti-inmigración y pro independencia Québécois, abrió la boca y se desató el infierno. Ella y su equipo quisieron imitar el modelo francés del secularismo dogmático en Quebec recibiendo el apoyo de algunas personas de la intelectualidad de Quebec. Y las personas, como yo, tuvieron que pagar el precio. 


Foto: La primera ministra de Quebec, Pauline Marois, defiende el secularismo de estilo francés que restringe la libertad de expresión religiosa en el ámbito público. (AP)

Tomaron como blanco a las mujeres que portan velo islámico como yo. Pauline y sus compañeros, que se dedicaron a vigilar nuestros cuerpos y nuestra elección de vestidos. Construyeron una discusión sobre los símbolos bajo el pretexto de proteger su tan cacareada “Declaración de Valores”

Pauline, al poner en marcha su ideología neoliberal y feminista blanca, causó que las mujeres musulmanas se convirtieran en el blanco de la violencia. Aunque fuera en los ritmos totalmente diferentes, Bissonette y yo, ambas, testificamos el crecimiento del dicho de aislar a los musulmanes en Quebec. Él, como yo, aprendió a temer a la gente y yo aprendí a sentirme culpable por mí misma

La islamofobia no es algo nuevo en Quebec. Existe ampliamente en Canadá, pero es hiriente en especial en Quebec. Es más perjudicial, porque Quebec considera a sí mismo como más progresista y en armonía en la lucha por la justicia social e igualdad. Pero la línea de violencia, que emergió de los comentarios desconsiderados hechos por los políticos y los intelectuales principales, permitió a las personas que se consideras a sí mismos "Quebecois" originales sentirse cómodas y sintió a la gente como yo como las personas non gratas. 

En la situación actual, numerosas personas están en tristeza, porque no quieren creer que las personas como ellas son capaces de hacer acciones lamentables. Ignoran o no pueden ver el fanatismo que ha acumulado a lo largo de años. 

Las vigilancias por la noche de las personas son agradables; estar de luto juntos tiene un impacto calmante. El presidente del Centro Social Islámico fue movido por el apoyo de la Municipalidad y les agradeció en francés a las personas por mostrar compasión.

Pero la compasión y el dolor compartido pueden ser bastante destruyentes si no se respaldan con un reconocimiento obvio de lo ha ocurrido en Quebec desde 2007. Durante una década, se les ha pedido a los musulmanes probar algo que no puede ni debe ser preguntado a una comunidad y a una persona; que son dignos de respeto y dignidad.

El asesinato de seis personas inocentes cuando rezaban a Allah inclinándose y buscaban consuelo muestra claramente la fuerza del racismo en el discurso político. Involucrarse en una discusión fundamentalmente excluyente, racista e islamófobo durante una década ha formado un espacio fértil donde este tipo de odio podría crecer. Las consecuencias han sido mortales. Desde el ataque en lo cual 6 musulmanes fallecieron, se han cometido 14 crímenes de odio contra los musulmanes solamente en Montreal.

Quebec no tiene un problema de Trump. Quebec tiene un problema de islamofobia. Cuando derramen lágrimas, lo reconozcan.

Autora: Sabrien Amrov, una estudiante de doctorado en el Departamento de Geografía Humana en la Universidad de Toronto en Canadá.

No hay comentarios: