La investigación en el campo de la tecnología genética ha avanzado a tal punto, que el día de hoy sería posible transmitir genes específicos que permitan eliminar de la faz de la Tierra especies enteras.
Durante años, los científicos en el campo de la genética han buscado la manera de que un gen específico sea transmitido con una probabilidad del 100 % a través de las poblaciones animales. Esto permitiría, por ejemplo, forzar la transmisión de genes modificados (sanos) en seres vivos que difunden enfermedades como el mosquito portador de la malaria.
Desde 2003, los científicos han trabajado en un método conocido como genética dirigida (del inglés, 'genetic drive'), que permitiría solucionar el problema propuesto. Este método ha sido perfeccionado y en la actualidad los investigadores cuentan con la capacidad de transmitir, por ejemplo, genes de infertilidad en un grupo animal específico, un logro que ayudaría no solo a extinguir la malaria, sino a crear defensas contra varias enfermedades genéticas.
Un peligro latente
Sin embargo, varios investigadores como James Collins de la Universidad de Arizona, advierten que la comunidad científica debe tener mucho cuidado en introducir en la naturaleza animales modificados genéticamente con el fin de extinguirlos, pues no se sabe con exactitud qué consecuencias podría traer el método de genética dirigida en un ambiente real. Según el científico, la completa eliminación o disminución de una especie podría dar origen a otras, por lo que es necesario considerar todos los riesgos antes de experimentar con la naturaleza.
De esta forma, especialistas de la Universidad de Harvard y del Instituto Tecnológico de Massachusetts han propuesto una solución mucho más efectiva en la genética dirigida, a través de una nueva tecnología que permite la transmisión de un gen modificado pero solo en unas pocas generaciones y su eliminación posterior. Esto permite que especies como el mosquito de la malaria transmitan los genes sanos en poblaciones específicas como regiones o países donde la enfermedad sea crítica pero frene su transmisión en ecosistemas mayores.
Esta solución, que ya ha sido probada con éxito en Panamá y las islas Caimán, demostró una disminución al 90 % de una especie de mosquitos salvajes, pero no su completa eliminación, algo que parece haber agradado tanto a los científicos como a los defensores de la naturaleza. Este año se pretende liberar millones de mosquitos modificados en Brasil para combatir el zika, el chicunguña y la fiebre amarilla.
Por su parte, este mes en EE.UU. la Academia Nacional de Ciencia y Medicina ha emitido un informe en el que se recomienda el tratamiento genético en seres humanos para curar enfermedades específicas utilizando esta tecnología, aunque las autoridades aún no han permitido su aplicación por consideraciones éticas.
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