Cordoba,11/02/2017,sevilla.abc.es,RAFAEL RUIZ
Parte del yacimiento arqueológico de Medina Azahara - ARCHIVO
El formulario de candidatura se registró en enero ante la Unesco, lo que inicia los trabajos de evaluación formal
La Junta de Andalucía registró el pasado doce de enero ante el Ministerio de Educación y Cultura sendas copias oficiales en inglés y castellano del que va a ser el documento definitivo con el que Medina Azahara intentará entrar en la lista del Patrimonio Mundial de la Unesco en 2018. El registro oficial, que se ha realizado por parte del Gobierno central ante la agencia de la ONU para la educación y la cultura, supone el pistoletazo de salida a las aspiraciones para el yacimiento arqueológico se convierta en el cuarto elemento propio de la ciudad de Córdoba en disponer del sello internacional que señala a los elementos culturales y etnográficos de referencia para todos los humanos. La lista es conocida: la Mezquita-Catedral de Córdoba, la ampliación de todo el Casco Histórico y la Fiesta de los Patios de Córdoba.
La candidatura ha recibido el nombre oficial de «La ciudad califal de Medina Azahara» con el objetivo de resaltar una realidad. Se trata de un testigo único de la presencia musulmana en Europa y, en concreto, de esa etapa de la historia. La urbe palatina tuvo una vida efímera. Empezó a construirse en el 936 como una forma de mostrar el enorme poder omeya de Abderramán III, su particular Versalles de la época. Tardó relativamente poco en crearse, cuarenta años, y se destruye -lo que dio pie a su abandono- a inicios del siglo XI con la «fitna» o guerra civil. El conflicto armado que desmembró el poder único en los reinos de taifas. Félix Hernández realizó las primeras excavaciones sistemáticas en 1911 y la consideración de monumento nacional llegó en 1923.
La decisión definitiva no se tomará hasta mediados del año próximo, cuando se reúna el Comité del Patrimonio Mundial. La sede de esa reunión tiene que fijarse en el encuentro de 2017, que tiene lugar entre el dos y el doce de julio en la ciudad polaca de Cracovia. Previamente, Medina Azahara -así como la gestión que realiza la Junta de Andalucía- pasará el examen correspondiente. En torno al otoño de este año se espera recibir la misión de evaluación donde el Gobierno andaluz tendrá que dar las explicaciones correspondientes.
Las líneas estratégicas del formulario ya se conocen. Lo que ha cambiado -está pendiente su presentación pública por parte de la consejera Aguilar- tiene que ver con el periodo de consultas con expertos en la materia del documento que dio a conocer ABC. En concreto, se llevó a cabo una reunión de alto nivel donde se recabaron opiniones con personalidades internacionales para conocer en qué se podía mejorar.
El formulario tiene que garantizar, sobre todo ante los evaluadores de Icomos (que tienen un papel muy determinante), que Medina Azahara cumple los criterios del Patrimonio de la Humanidad. La Unesco actualiza la guía de operaciones cada año. Es un documento muy detallado que a lo largo de 160 folios explica cómo se tienen que presentar las candidaturas, qué hay que hacer, qué no hay que hacer nunca y cuáles son las preguntas clave que es necesario responder. La Junta propone más fondos, más personal y, además, autonomía financiera y una mayor protección urbanística.
Medina Azahara forma parte de la lista prevista de la Unesco desde el año 2015, propuesta por un comité nacional en el que se encuentra el Gobierno central y todas las autonomías. Treinta monumentos españoles se encuentran en esa candidatura previa, algunos de los cuales ya han recibido un informe negativo por respuesta. Es el mayor riesgo que puede correr un monumento cuando encara a la Unesco. Algunos elementos del patrimonio nacional llevan en esa sala de espera desde el año 1998.
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