jueves, 24 de diciembre de 2015

La mezquita de Tórtoles, que se usaba como pajar, recupera su esplendor

Zaragoza,24/12/2015,(EFE).


La mezquita de Tórtoles de Tarazona (Zaragoza), que se usaba como pajar y se descubrió que era una mezquita hacia 1980, ha recuperado su esplendor tras las obras de restauración efectuadas en este monumento, que presenta la mejor decoración pictórica de las escasas que se conservan en España.

La mezquita fue construida a mediados del siglo XV y declarada bien catalogado del patrimonio cultural Aragonés por la importancia que posee al ser una de las obras más tardías de la cultura musulmana en la península, según ha explicado a EFE el arquitecto que ha restaurado el artesonado del monumento, Javier Ibargüen.

El edificio se encuentra situado en el barrio antiguo de Tórtoles, en su día ocupado por moriscos. Y aunque presenta unos materiales modestos y un exterior sencillo, según ha explicado el arquitecto, posee un gran valor gracias a su techumbre.

Su descubrimiento en sí, hace poco más de 30 años, fue todo un hallazgo y se produjo gracias al fotógrafo Rafael Lapuente, junto a otros integrantes del Centro de Estudios Turiasonenses, que encontraron elementos arquitectónicos en lo que se creía que era un pajar.

Lo que encontraron fue el "mihrab" de la mezquita, un arco orientado al sureste que representa la puerta de entrada a la Meca y sirve como punto de referencia al que se dirigen los que oran. La mezquita es un edificio atípico para la época a la que corresponde y sobre esto existen muchas incógnitas, algunas de ellas respondidas gracias a su proceso de restauración.

El arquitecto Javier Ibargüen ha señalado que uno de estos hallazgos fue un hueco tapiado que se creía que podría corresponder al espacio destinado al "minbar", un mueble que habitualmente se sitúa en las mezquitas para que el imán predique, algo que se confirmó al abrirlo.


La restauración fue llevada a cabo en dos fases, una primera centrada en el exterior que consistió en el revestimiento del zócalo de la fachada de ladrillo, eliminación de humedades y construcción de una escalera exterior y puerta de acceso al edificio.

Y una segunda fase, en la que se realizó la restauración y colocación del artesonado, la creación de una zona expositiva, así como diversas actuaciones en la techumbre, en el "mihrab" y en el retablo pintado al fresco. La intervención en el "mihrab", que tiene la singularidad de ser el único entre los aragoneses que conserva el total de su planta, ha sido una de las más importantes.

Para Ibargüen, otro de los retos de la obra era unificar en un mismo espacio un edificio que tuvo tres usos diferentes, primero mezquita, después iglesia cristiana y finalmente pajar. Para ello, se ha hecho un trabajo especial en la unificación de tonos del edificio y en su iluminación, entre otros.

La techumbre, una de las partes restauradas por el arquitecto, es el elemento más importante del edificio, puesto que presenta la mejor decoración pictórica de las escasas mezquitas que se conservan en España. Este elemento, de madera y con decoración vegetal, animal e inscripciones árabes, se encontraba muy deteriorado y estuvo desmontado desde los años 90.

Por su valiosa decoración, se han incluido a los pies del edificio unas muestras de estas pinturas que el arquitecto considera de "increíble calidad decorativa" y que, por la altura del tejado, no se pueden apreciar bien. Además, ha adelantado, también están trabajando en un audiovisual que mostrará a los visitantes la historia del edificio.

El Ayuntamiento de Tarazona, la Comarca de Tarazona y el Moncayo son quienes han asumido el coste de la restauración, una inversión de más de 400.000 euros realizada a través del Plan de Competitividad Turística. La obra ha permitido abrir sus puertas para uso cultural y turístico y se podrá conocer, a través de un espacio expositivo, la importancia del edificio así como su proceso de rehabilitación. 

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