Gente de pie en las escalres del ayuntamiento de Nueva York para una marcha interconfesional en respuesta a la petición del aspirante a la candidatura republicana a la presidencia Donald Trump de que se impida la entrada de musulmanes a Estados Unidos, el miércoles 9 de diciembre de 2015 en Nueva York.Foto: AP Foto/Mary Altaffer / AP en español
Alguien dejó una cabeza de cerdo ante una mezquita en Filadelfia. Un centro islámico en Florida sufrió vandalismo. Un templo sij en California fue atacado por alguien que lo confundió con una mezquita y dejó una pintada con una referencia soez al grupo extremista Estado Islámico.
Los grupos activistas creen que ha habido un aumento en los incidentes antiislámicos en Estados Unidos en las últimas semanas que pueden relacionarse con el tiroteo de la semana pasada en California y la retórica provocativa de Donald Trump y otros aspirantes de las primarias republicanas. Y señalan que los musulmanes temen que las represalias puedan llevar a más acoso y episodios violentos.
"El aumento comenzó con los atentados de París y se intensificó con lo que pasó en San Bernardino y ahora con lo que propone Donald Trump", señaló el miércoles Ibrahim Hooper, portavoz jefe del Consejo sobre Relaciones Estadounidense-Islámicas. "Nunca he visto semejante miedo y aprensión en la comunidad musulmana, ni siquiera después del 11-S", dijo en alusión a los atentados de 2001 en Estados Unidos.
El FBI, que hace estadísticas sobre los crímenes de odio en todo el país, señaló que los datos para 2015 no estarán disponibles hasta el año que viene. Pero la Liga Antidifamación dijo haber registrado más de tres docenas de incidentes desde los atentados del 13 de noviembre en París en los que murieron 130 personas.
"Hablamos de al menos tres docenas de los que tengamos noticia, y estoy seguro de que hay muchos más incidentes que no se denunciaron", dijo Oren Segal, director del Centro sobre Extremismo de la Liga. "Con los atentados terroristas auténticos y el mensaje público sobre ellos se ha creado una atmósfera madura para esta clase de estereotipos e incidentes", dijo Segal. "Hay gente que se aprovecha de ello".
El ritmo de incidentes parece haber subido desde la balacera del 2 de diciembre en San Bernardino en la que 14 murieron y 21 resultaron heridas. Los sospechosos, Syed Rizwan Farook y su esposa Tashfeen Malik, murieron después en un tiroteo con la policía.
Ese incidente llevó a que Trump propusiera el lunes una prohibición completa a la entrada de migrantes musulmanes en Estados Unidos, abriendo un agrio debate que ha dominado la conversación política nacional. Los activistas señalan que otros aspirantes a la candidatura republicana también han avivado los sentimientos antiislámicos, como Ben Carson, que sufrió que un musulmán no debería ser presidente, y Rick Santorum, que puso en duda que la Constitución de Estados Unidos protegiera al islam.
"El terreno se ha preparado para esta clase de acoso con la demonización actual del islam", señaló Hooper. "Después del 11-S hubo crímenes de odio en los márgenes de la sociedad, pero ahora están generalizados, con el aspirante favorito a la candidatura republicana diciendo que los musulmanes no son queridos en América".
En ocasiones, para las autoridades resulta difícil determinar si los sospechosos por estos crímenes están motivados por los prejuicios o si hay algo más en juego.
Piro Kovalni, de 55 años, entró en el supermercado Fatima Food Mart en Queens el sábado y tuvo una breve discusión con el dependiente antes de supuestamente insultarle, señaló la policía de Nueva York. El tendero, Sarker Haque, de 53 años, dijo a WPIX-TV que su agresor exclamó "Mato musulmanes" antes de pegarle un puñetazo en el ojo izquierdo.
Kolvani dijo el miércoles a Associated Press que trataba de comprar algo en la tienda cuando tuvo una discusión con el dependiente, pero negó con vehemencia que la religión fuera un factor. Kolvani fue detenido como sospechoso de agresión, pero la fiscalía del distrito no ha determinado si le acusará de crimen de odio.
Documentos judiciales indican que Kolvani, residente de Jacksonville, Florida, fue detenido allí tras supuestamente bajarse los pantalones ante una tienda Walmart el 21 de noviembre.
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