Granada,19 noviembre 2016, granadaesnoticia.com
La puerta daba entrada desde el arrabal del Arenal a la Medina a través de la actual plaza de Bibarrambla
La Asociación Oppidum Eleberis ha señalado que tras unas obras de rehabilitación que se están llevando a cabo en un edificio de la calle de Granada Arco de las Orejas número 5, actualmente en fase de excavación arqueológica, se pueden apreciar restos de la línea principal de la Muralla de la Medina al-Garnata y las paredes en recodo del Torreón donde se abría la Puerta de Bab al-Ramla, entre otros vestigios y “siempre a la espera de lo que depare el informe definitivo de la excavación”.
Según ha informado la asociación este sábado, la puerta daba entrada desde el arrabal del Arenal a la Medina a través de la actual plaza de Bibarrambla. El Rabat de al-Ramla abarcaba las calles de Mesones y Alhódiga y se cerca en tiempo de los nazaríes, al que se le añaden las puertas exteriores de Bab Almazán o del Corro y la Puerta del Rastro o de España.
En un escrito presentado este viernes ante la Delegación Territorial de Cultura, la Asociación Oppidum Eleberis solicita “la no afectación de los restos arqueológicos y su puesta en valor en el marco del proyecto de obras a desarrollar”, por estar protegida y por la entidad del hallazgo, que supone la recuperación de un tramo del trazado murario de la ciudad medieval de Granada, así como los valiosos vestigios donde se ubicaba la histórica Puerta del Arco de las Orejas.
Asimismo, Oppidum Eleberis solicita que desde Cultura se estudie la posibilidad del trasladar la histórica Puerta de las Orejas, exiliada y conservada en el paseo central de la Alameda a la plaza de Bibarrambla.
En varios libros aparece con el nombre de Puerta de los Cuchillos y de las Pesas, porque era habitual que se clavaran allí las armas de los rufianes o malandrines y las pesas ilegales.
También es conocida como Arco de las Orejas, nombre que, según Gómez Moreno debía provenir de la antigua costumbre de poner en las entradas de las ciudades los mutilados miembros de los criminales. Tenía una capilla en honor a la fiesta del Corpus Christi edificada por el bachiller y canónigo Millán de Olivares de Ávila, capellán de la reina Isabel, con un cuadro copia de la Virgen de la Antigua que mandaron colocar en el arco por los Reyes.
EL “TRÁGICO FINAL” COMIENZA EN 1873
En aquel momento, era la única puerta que quedaba en el centro de la ciudad. Su “trágico final” comienza en 1873, cuando los cantonales, piqueta en mano, empezaron a derribarla, interviniendo el Gobierno de la nación que detiene su derribo, la declara monumento ordena su rehabilitación, cosa que nunca se hizo por parte del Ayuntamiento.
Once años después, en 1884 su situación era insostenible y el ayuntamiento la declara en ruina. El Gobierno paraliza de nuevo su derribo mediante un telegrama y con otro igual lo autoriza, y la puerta, torreón y muralla son derribadas, celebrándose “tan infausto acontecimiento” con fuegos artificiales y palmas reales como dicen los cronistas de la época, según explica la asociación citada.
Los restos de la puerta fueron depositados y enterrados en el Museo Arqueológico por miedo a que desaparecieron o fueran reutilizados, “hasta que el insigne Torres Balbás, cuando era director conservador, los rescató y reconstruyó la puerta con los sillares que aún se conservaban, en el paseo central de la Alameda de la Alhambra, donde actualmente está conservada”.
La Muralla de la Medina es un Bien protegido en su totalidad –tanto la parte conservada como la que pueda aparecer en las excavaciones y debe ser protegida y puesta en valor para su visita–, por el Decreto de 22 abril de 1949 sobre protección de los Castillos españoles, declarada Bien de Interés Cultural (BIC) por la Disposición Adicional 2ª de la Ley 16/1985.
Asimismo, la Puerta de Bab al-Rambla está protegida además individualmente, como Monumento Nacional Histórico Artístico por Real Orden el 10-10-1881 (Gaceta de Madrid 13-10-1881), actualmente Bien de Interés Cultural (BIC) con la tipología de Monumento.
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