Una familia junto a los restos de un mercado incendiado en una aldea ronhinyá en Maungdaw, estado de Rakáin, en Birmania, el 27 de octubre pasado. REUTERS/Soe Zeya Tun REUTERS/SOE ZEYA TUN
Al menos 134 personas han muerto desde principios de octubre
Testigos aseguran que el Ejército dispara sobre civiles
Un grupo armado que dice representar a esta minoría atacó una comisaría
Cientos de musulmanes rohinyás, una minoría étnico religiosa de Myanmar (la antigua Birmania), intentan abandonar este país y pasar a la vecina Bangladesh para huir de la peor ola de violencia desde hace años.
El Ejército birmano se desplegó a principios de octubre en el distrito de Maungdaw, en el estado de Rakáin (de mayoría ronhinyá) , tras el ataque de un grupo de hombres armados a varias comisarías.
Desde entonces han muerto más de un centenar de personas y varios testigos acusan a los militares birmanos de asesinar a civiles. El Ejército lo niega pero impide la entrada a la región de los trabajadores de las ONG y de la prensa internacional.
Ola de violencia
El pasado nueve de octubre, hombres armados atacaron tres puestos de la policía fronteriza en Maungdaw. El ataque fue reivindicado por un grupo hasta ahora desconocido, Al-Yakin Muyahidin, que en vídeos publicados en internet se identifican como rohinyás y dicen defender los derechos de esta minoría.
Según un recuento de la agencia Reuters, basado en informaciones fragmentarias de los medios locales, desde entonces han muerto 132 supuestos milicianos y 32 miembros de las fuerzas de seguridad.
Residentes y activistas locales acusan a los militares de cometer todo tipo de violaciones de los derechos humanos y de disparar contra los civiles que intentaba cruzar el río Naaf, que separa Birmania de Bangladesh. Human Rights Watch (HRW) denunció el domingo con imágenes de satélite la quema de 430 casas en tres aldeas.
"Los vecinos me llevaron al lugar junto a la orilla donde fueron ejecutadas 72 personas - ha declarado a Reuters, de forma anónima, un dirigente comunitario rohinyá. "Me dijeron que el Ejército había disparado a la multitud".
“Un montón de cuerpos flotaban en el mar“
Otro testigo ha asegurado a la misma agencia que mujeres y niños de 10 aldeas intentaban huir a Bangladesh y fueron tiroteados cuando intentaban abordar varios barcos. "Un montón de cuerpos flotaban en el mar", ha asegurado el testigo.
El Gobierno niega la implicación del Ejército
El Gobierno birmano ha negado cualquier implicación del Ejército en violaciones de los derechos humanos. La Oficina de la Ministra de Exteriores y líder de facto del Ejecutivo, la premio Nobel de la paz Aung San Suu Kyi, ha segurado que la cifra de casas quemadas es de 180 y ha limitado el alcance de los daños.
El subdirector de la oficina, Zaw Htay, ha atribuido los incendios a los insurgentes, según el diario estatal Global New Light of Myanmar.
Por su parte, el mayor Kyaw Mya Win, de la Policía de Maungdaw, ha declarado a Reuters que la gente intentaba escapar porque habían atacado a los militares. "Los aldeanos se han convertido en insurgentes, incluyendo a las mujeres", ha dicho Kyaw Mya Win.
“Los aldeanos se han convertido en insurgentes, incluyendo a las mujeres“
El Gobierno ha anunciado que próximamente se levantará la prohibición de acceso a la zona, aunque no ha concretado una fecha. El anuncio coincide con la llegada a Rakáin de los expertos de una comisión creada por el propio Ejecutivo para evitar la violencia sectaria. La comisión está presidida por el exsecretario general de la ONU, Kofi Annan.
Una minoría oprimida
Las autoridades birmanas no reconocen la ciudadanía a los rohinyá, sino que les considera inmigrantes bengalíes, y les impone múltiples restricciones, incluida la privación de movimientos.
La ola de violencia desatada desde este pasado octubre es la peor desde que centenares de personas murieron en el estado de Rakáin en enfrentamientos entre musulmanes y budistas en 2012.
Aquellos enfrentamientos desencadenaron en 2015 una crisis de refugiados en el océano Índico: cientos de ronhinyás se lanzaron al mar en barcos atestados para intentar llegar a Malasia. En Birmania, 120.000 personas fueron confinadas en 67 campos y aún continúan en ellos.
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Si se confirma, la aparición de un grupo armado que dice luchar por sus derechos sería un factor nuevo. El grupo, autodenominado Al-Yakin Muyahidin, ha colgado vídeos en internet en el que sus militantes aparecen junto a varios hombres heridos y postrados en el suelo.
"Somos rohinyá y queremos restaurar nuestros derechos usurpados", dice uno de los supuestos militantes. "Nos merecemos nuestros derechos y no somos terroristas".
Aye Aye Soe, directora general del Ministerio de Exteriores, dirigido por Suu Kyi, ha calificado al grupo de "extremista". "Quieren causar disturbios y caos en la zona para obtener atención internacional, para presionar a Myanmar", ha declarado Aye Soe.
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