La comunidad musulmana, que celebró ayer el final del Ramadán, proyecta crear el Consejo Islámico de la Región
Con chilabas tradicionales o con 'ray-ban', gorra y camiseta, con 'hiyab' multicolores o con el austero pañuelo negro, decenas de fieles musulmanes abarrotaron ayer a primera hora los accesos al polideportivo del barrio del Infante, en Murcia, mientras el resto de viandantes, curiosos, se volvían ante la llamada del muecín que surgía de los altavoces. A las nueve de la mañana, con el sol ya en lo alto, el mes del Ramadán había terminado. Comenzaba la fiesta del Aid el Fitr, que durará tres jornadas. «Hoy es un día para perdonarlo todo, para disfrutar con la familia y los amigos», contaban Korka y Amadou, dos senegaleses que repartían abrazos a propios y extraños. «Nuestra religión es de paz, no nos permite hacer daño a nadie, ni un rasguño. Si alguien lo hace, no es buen musulmán», explicaban.
La Federación Islámica de la Región (FIRM), que representa, según los cálculos de la propia organización, a 58 de las cerca de 75 pequeñas mezquitas u oratorios que hay en Murcia, convocó el acto de ayer en el Infante. La Federación ha ido ganando en representatividad y ha conseguido entrar en el Consejo Islámico Español, un organismo que espera convertirse en voz autorizada de la comunidad musulmana ante el Gobierno central. En ese Consejo también está presente la Unión de Comunidades Islámicas de España (UCIDE), que sigue siendo la organización con más peso en el conjunto del país, aunque no en Murcia.
A partir de ese Consejo Islámico nacional, que nació en abril después de numerosas polémicas internas, se crearán ahora consejos islámicos autonómicos que deberán representar a los musulmanes ante los distintos gobiernos regionales. El objetivo es crear un consejo de estas características en Murcia. «Todas las entidades religiosas deberíamos unirnos, buscar un consenso para que los musulmanes tengan un interlocutor válido que pueda negociar con la administración», explica Mounir Benjelloun, de la FIRM. Entre otras cuestiones, sobre la mesa está la apertura de nuevas mezquitas para los entre 70.000 y 75.000 fieles que viven en la Región o las clases de religión en las escuelas públicas.
Pero esa unidad pasaría porque la FIRM se sentase en el futuro Consejo Islámico de la Región con UCIDE, la otra organización con presencia en la comunidad autónoma. Sin embargo, el secretario de UCIDE-Murcia, Mohamed Reda el Qady, aclaró ayer a este periódico que todavía no ha recibido una petición en este sentido por parte de la FIRM.
Proyectos aparcados
Mientras las comunidades musulmanas tratan de organizarse, algunos proyectos permanecen estancadas. Por ejemplo, la construcción de una mezquita. Los musulmanes de la Región siguen congregándose en bajos y garajes pese a que su número se ha multiplicado en la última década fruto de la inmigración. Sus representantes denuncian que esta situación solo contribuye a la exclusión, pero por ahora han renunciado a seguir demandando una mezquita para evitar conflictos sociales. «En estos momentos, no es la prioridad», resume Benjelloun.
Islam España es el portal del islam en lengua española , un proyecto de futuro para la convivencia,la cooperación y el diálogo.
Con chilabas tradicionales o con 'ray-ban', gorra y camiseta, con 'hiyab' multicolores o con el austero pañuelo negro, decenas de fieles musulmanes abarrotaron ayer a primera hora los accesos al polideportivo del barrio del Infante, en Murcia, mientras el resto de viandantes, curiosos, se volvían ante la llamada del muecín que surgía de los altavoces. A las nueve de la mañana, con el sol ya en lo alto, el mes del Ramadán había terminado. Comenzaba la fiesta del Aid el Fitr, que durará tres jornadas. «Hoy es un día para perdonarlo todo, para disfrutar con la familia y los amigos», contaban Korka y Amadou, dos senegaleses que repartían abrazos a propios y extraños. «Nuestra religión es de paz, no nos permite hacer daño a nadie, ni un rasguño. Si alguien lo hace, no es buen musulmán», explicaban.
La Federación Islámica de la Región (FIRM), que representa, según los cálculos de la propia organización, a 58 de las cerca de 75 pequeñas mezquitas u oratorios que hay en Murcia, convocó el acto de ayer en el Infante. La Federación ha ido ganando en representatividad y ha conseguido entrar en el Consejo Islámico Español, un organismo que espera convertirse en voz autorizada de la comunidad musulmana ante el Gobierno central. En ese Consejo también está presente la Unión de Comunidades Islámicas de España (UCIDE), que sigue siendo la organización con más peso en el conjunto del país, aunque no en Murcia.
A partir de ese Consejo Islámico nacional, que nació en abril después de numerosas polémicas internas, se crearán ahora consejos islámicos autonómicos que deberán representar a los musulmanes ante los distintos gobiernos regionales. El objetivo es crear un consejo de estas características en Murcia. «Todas las entidades religiosas deberíamos unirnos, buscar un consenso para que los musulmanes tengan un interlocutor válido que pueda negociar con la administración», explica Mounir Benjelloun, de la FIRM. Entre otras cuestiones, sobre la mesa está la apertura de nuevas mezquitas para los entre 70.000 y 75.000 fieles que viven en la Región o las clases de religión en las escuelas públicas.
Pero esa unidad pasaría porque la FIRM se sentase en el futuro Consejo Islámico de la Región con UCIDE, la otra organización con presencia en la comunidad autónoma. Sin embargo, el secretario de UCIDE-Murcia, Mohamed Reda el Qady, aclaró ayer a este periódico que todavía no ha recibido una petición en este sentido por parte de la FIRM.
Proyectos aparcados
Mientras las comunidades musulmanas tratan de organizarse, algunos proyectos permanecen estancadas. Por ejemplo, la construcción de una mezquita. Los musulmanes de la Región siguen congregándose en bajos y garajes pese a que su número se ha multiplicado en la última década fruto de la inmigración. Sus representantes denuncian que esta situación solo contribuye a la exclusión, pero por ahora han renunciado a seguir demandando una mezquita para evitar conflictos sociales. «En estos momentos, no es la prioridad», resume Benjelloun.
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