Recibe su nombre porque su primera ubicación se compró gracias a la donación que a principios de los ochenta un grupo de musulmanes sirios y palestinos consiguió del rey Khalid bin Abdelaziz. Rezan juntos musulmanes de todas las tendencias
La Liga de la Comunidad Islámica, también denominada Mezquita Rey Khaled, situada en la calle Viriato nº 42, bajo, es la mezquita más antigua de la isla, cuyo imán es el egipcio Mohammed Mahmud Saleh. Está financiada por Arabia Saudí, donde estudió el imán, por lo que sigue la corriente wahhabí, la oficial en Arabia Saudí. Mucho se ha escrito sobre esta mezquita, pero no se ha explicado qué es el wahhabismo.
El término wahhabí toma su nombre de su fundador, Muhammad ibn Abd-al-Wahhab (1703-1792), quien creía que el Islam estaba siendo corrompido por lo que él consideraba que eran innovaciones. Tras estudiar las obras del teólogo damasceno Taqi ad-Din Ahmad ibn Taymiyyah (1263-1328), comenzó a predicar la necesidad de realizar una reforma del Islam basada en las doctrinas de este erudito, para volver a seguir el Islam, sólo a partir del Corán y la tradición del profeta, y según lo habían practicado los denominados salaf (predecesores, por lo que los wahhabíes se autodenominan salafíes), que eran las tres primeras generaciones de musulmanes, con el objetivo de resguardar el Islam de todo aditamento o modificación. Su primer blanco fue el sufismo, porque no sabía que Ibn Taymiyyah, el maestro en el que se inspiraba, así como muchos de sus más famosos seguidores, pertenecía a la cofradía sufí Qadiría.
Su doctrina fue muy rechazada, incluso por su padre, Abd-al-Wahhab, que era clérigo, y su hermano Salman Ibn Abd-al-Wahhab, también clérigo, erudito y juez, que escribió una refutación de las enseñanzas de su hermano titulada La palabra final del Corán y el Hadiz y dichos de los eruditos concernientes a la escuela de Ibn Abd al-Wahhab, que se convertiría en una obra referencial entre sus oponentes.
El resultado fue que Muhammad ibn Abd-al-Wahhab fue expulsado de su pueblo natal, por lo que se mudó a la localidad de Diriyah, donde formó una alianza con el jefe tribal Muhammad ibn Saud, quien proclamó el wahhabismo/salafismo como el Islam original. Valiéndose de esta ideología, el jefe tribal contó con la legitimidad religiosa que le autorizaba para embarcarse en la conquista de Arabia, disfrazada de una cruzada para restituir el Islam que Muhammad ibn Abd-al-Wahhab consideraba el auténtico.
En 1801 y 1802 los saudíes (seguidores de Muhammad ibn Saud), también enemigos del chiísmo, atacaron las ciudades iraquíes de Kerbala y Nayaf, masacrando a gran parte de la población chií y saqueando la tumba de Husayn ibn Ali, nieto de Mahoma, reverenciada por todos los musulmanes y convertida en un lugar sagrado para los chiíes.
Ciudades sagradas
En 1803, estos beduinos conquistaron las ciudades sagradas de La Meca y Medina, dedicándose a demoler monumentos históricos como el cementerio de Al-Baqí (que contenía los restos de muchos de los familiares de Mahoma, los primeros mártires del Islam, sus compañeros y figuras centrales en el Islam), la tumba de Fátima, hija de Mahoma, e incluso intentaron destruir la tumba de Mahoma, pero las críticas que les llegaron de los musulmanes de todos los lugares del planeta les obligaron a abandonar su propósito. Estas ciudades pertenecían al califato otomano, practicante de una forma más tolerante del Islam (muchos califas pertenecieron a cofradías sufíes), esto y las muchas quejas por parte de los musulmanes que peregrinaban a La Meca y Medina llevó a los otomanos a iniciar una guerra (1811) en la que la tropas de Mehmet Ali, gobernador de Egipto, vencieron a los saudíes, que se vieron obligados a replegarse al desierto. Los otomanos reconstruyeron todo lo que los saudíes destruyeron. La guerra finalizó en 1818, con la conquista de la capital saudí de Diriyah. Abdullah ibn Saud (hijo de Muhammad ibn Saud) y sus partidarios más cercanos fueron llevados a Estambul, donde fueron decapitados. Los saudíes se volvieron a rebelar contra los otomanos entre 1824 y 1899 y finalmente en 1902, bajo el mando de Abdul Aziz ibn Saud, descendiente de Muhammad ibn Saud, que en 1924 conquistó La Meca y Medina (volviendo a destruir todo lo que los otomanos habían reconstruido y que incluía algunas de las obras maestras del arte islámico del siglo XIX y proclamando, en 1932, el reino de Arabia Saudí).
Corriente minoritaria
El wahhabismo era una corriente minoritaria dentro del Islam hasta después de la Segunda Guerra Mundial, cuando Arabia Saudí se convirtió en un país rico gracias al petróleo. Desde entonces, los saudíes otorgan becas de estudio en el país, donan dinero por todo el mundo para crear escuelas, mezquitas, periódicos y otros medios para difundir el wahhabismo entre los musulmanes, con el objetivo de restaurar la pureza de la religión islámica. No es de extrañar que la primera mezquita en abrirse en la Isla haya sido financiada por Arabia Saudí. A pesar de eso, el wahhabismo encuentra una oposición intensa en muchos países musulmanes.
Pero no se crea que los wahhabíes son terroristas. Arabia Saudí es aliada de Estados Unidos en su lucha contra Al Qaeda, hasta el punto de permitir, a pesar de su rigorismo, que en su país haya tropas norteamericanas.
La mezquita recibe su nombre porque su primera ubicación (un chalé de Ciudad Jardín, situado frente al estadio insular) se compró gracias a la donación que a principios de los ochenta un grupo de musulmanes sirios y palestinos consiguió del rey Khalid bin Abdelaziz. La mezquita contó con varios imanes, el que más tiempo estuvo fue el egipcio Mohammed Kamal, que actualmente es el imán de la mezquita Suhail de Fuengirola. Después de que se demoliera para la construcción de los túneles de Julio Luengo, la mezquita se trasladó a un garaje de la calle Viriato, donde, tras ser remodelado, se encuentra la mezquita actual, que ha quedado pequeña para todos los fieles que oran en ella, por lo que muchos se ven obligados a rezar en los pasillos e incluso en las aceras de la calle.
Los musulmanes esperan que pronto puedan trasladarse a unos terrenos cedidos por el Ayuntamiento en la avenida Juan Carlos I, y parece ser que todo está pendiente de un pequeño trámite burocrático y de la financiación.
A pesar de su ideología, en la mezquita de La Liga de la Comunidad Islámi-ca rezan juntos musulmanes de todas las tendencias, entre los que se encuentran chiíes y miembros de cofradías sufíes, porque la mayoría de los asistentes a la mezquita no reprueban a sus correligionarios.
Islam España es el portal del islam en lengua española , un proyecto de futuro para la convivencia,la cooperación y el diálogo.
La Liga de la Comunidad Islámica, también denominada Mezquita Rey Khaled, situada en la calle Viriato nº 42, bajo, es la mezquita más antigua de la isla, cuyo imán es el egipcio Mohammed Mahmud Saleh. Está financiada por Arabia Saudí, donde estudió el imán, por lo que sigue la corriente wahhabí, la oficial en Arabia Saudí. Mucho se ha escrito sobre esta mezquita, pero no se ha explicado qué es el wahhabismo.
El término wahhabí toma su nombre de su fundador, Muhammad ibn Abd-al-Wahhab (1703-1792), quien creía que el Islam estaba siendo corrompido por lo que él consideraba que eran innovaciones. Tras estudiar las obras del teólogo damasceno Taqi ad-Din Ahmad ibn Taymiyyah (1263-1328), comenzó a predicar la necesidad de realizar una reforma del Islam basada en las doctrinas de este erudito, para volver a seguir el Islam, sólo a partir del Corán y la tradición del profeta, y según lo habían practicado los denominados salaf (predecesores, por lo que los wahhabíes se autodenominan salafíes), que eran las tres primeras generaciones de musulmanes, con el objetivo de resguardar el Islam de todo aditamento o modificación. Su primer blanco fue el sufismo, porque no sabía que Ibn Taymiyyah, el maestro en el que se inspiraba, así como muchos de sus más famosos seguidores, pertenecía a la cofradía sufí Qadiría.
Su doctrina fue muy rechazada, incluso por su padre, Abd-al-Wahhab, que era clérigo, y su hermano Salman Ibn Abd-al-Wahhab, también clérigo, erudito y juez, que escribió una refutación de las enseñanzas de su hermano titulada La palabra final del Corán y el Hadiz y dichos de los eruditos concernientes a la escuela de Ibn Abd al-Wahhab, que se convertiría en una obra referencial entre sus oponentes.
El resultado fue que Muhammad ibn Abd-al-Wahhab fue expulsado de su pueblo natal, por lo que se mudó a la localidad de Diriyah, donde formó una alianza con el jefe tribal Muhammad ibn Saud, quien proclamó el wahhabismo/salafismo como el Islam original. Valiéndose de esta ideología, el jefe tribal contó con la legitimidad religiosa que le autorizaba para embarcarse en la conquista de Arabia, disfrazada de una cruzada para restituir el Islam que Muhammad ibn Abd-al-Wahhab consideraba el auténtico.
En 1801 y 1802 los saudíes (seguidores de Muhammad ibn Saud), también enemigos del chiísmo, atacaron las ciudades iraquíes de Kerbala y Nayaf, masacrando a gran parte de la población chií y saqueando la tumba de Husayn ibn Ali, nieto de Mahoma, reverenciada por todos los musulmanes y convertida en un lugar sagrado para los chiíes.
Ciudades sagradas
En 1803, estos beduinos conquistaron las ciudades sagradas de La Meca y Medina, dedicándose a demoler monumentos históricos como el cementerio de Al-Baqí (que contenía los restos de muchos de los familiares de Mahoma, los primeros mártires del Islam, sus compañeros y figuras centrales en el Islam), la tumba de Fátima, hija de Mahoma, e incluso intentaron destruir la tumba de Mahoma, pero las críticas que les llegaron de los musulmanes de todos los lugares del planeta les obligaron a abandonar su propósito. Estas ciudades pertenecían al califato otomano, practicante de una forma más tolerante del Islam (muchos califas pertenecieron a cofradías sufíes), esto y las muchas quejas por parte de los musulmanes que peregrinaban a La Meca y Medina llevó a los otomanos a iniciar una guerra (1811) en la que la tropas de Mehmet Ali, gobernador de Egipto, vencieron a los saudíes, que se vieron obligados a replegarse al desierto. Los otomanos reconstruyeron todo lo que los saudíes destruyeron. La guerra finalizó en 1818, con la conquista de la capital saudí de Diriyah. Abdullah ibn Saud (hijo de Muhammad ibn Saud) y sus partidarios más cercanos fueron llevados a Estambul, donde fueron decapitados. Los saudíes se volvieron a rebelar contra los otomanos entre 1824 y 1899 y finalmente en 1902, bajo el mando de Abdul Aziz ibn Saud, descendiente de Muhammad ibn Saud, que en 1924 conquistó La Meca y Medina (volviendo a destruir todo lo que los otomanos habían reconstruido y que incluía algunas de las obras maestras del arte islámico del siglo XIX y proclamando, en 1932, el reino de Arabia Saudí).
Corriente minoritaria
El wahhabismo era una corriente minoritaria dentro del Islam hasta después de la Segunda Guerra Mundial, cuando Arabia Saudí se convirtió en un país rico gracias al petróleo. Desde entonces, los saudíes otorgan becas de estudio en el país, donan dinero por todo el mundo para crear escuelas, mezquitas, periódicos y otros medios para difundir el wahhabismo entre los musulmanes, con el objetivo de restaurar la pureza de la religión islámica. No es de extrañar que la primera mezquita en abrirse en la Isla haya sido financiada por Arabia Saudí. A pesar de eso, el wahhabismo encuentra una oposición intensa en muchos países musulmanes.
Pero no se crea que los wahhabíes son terroristas. Arabia Saudí es aliada de Estados Unidos en su lucha contra Al Qaeda, hasta el punto de permitir, a pesar de su rigorismo, que en su país haya tropas norteamericanas.
La mezquita recibe su nombre porque su primera ubicación (un chalé de Ciudad Jardín, situado frente al estadio insular) se compró gracias a la donación que a principios de los ochenta un grupo de musulmanes sirios y palestinos consiguió del rey Khalid bin Abdelaziz. La mezquita contó con varios imanes, el que más tiempo estuvo fue el egipcio Mohammed Kamal, que actualmente es el imán de la mezquita Suhail de Fuengirola. Después de que se demoliera para la construcción de los túneles de Julio Luengo, la mezquita se trasladó a un garaje de la calle Viriato, donde, tras ser remodelado, se encuentra la mezquita actual, que ha quedado pequeña para todos los fieles que oran en ella, por lo que muchos se ven obligados a rezar en los pasillos e incluso en las aceras de la calle.
Los musulmanes esperan que pronto puedan trasladarse a unos terrenos cedidos por el Ayuntamiento en la avenida Juan Carlos I, y parece ser que todo está pendiente de un pequeño trámite burocrático y de la financiación.
A pesar de su ideología, en la mezquita de La Liga de la Comunidad Islámi-ca rezan juntos musulmanes de todas las tendencias, entre los que se encuentran chiíes y miembros de cofradías sufíes, porque la mayoría de los asistentes a la mezquita no reprueban a sus correligionarios.
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