lunes, 2 de abril de 2018

El nuevo primer ministro de Etiopía promete un futuro más democrático y justo

Adís Abeba, 02 abr 2018,(EFE).


Abiy Ahmed, que fue investido hoy como nuevo primer ministro de Etiopía en sustitución de Hailemariam Desalegn, prometió en su primer discurso reformas necesarias para un futuro mejor, más democrático y más justo, y pidió perdón a víctimas y detenidos del estado de emergencia que rige en el país.

"Nosotros, los etíopes, necesitamos democracia y libertad, y estamos autorizados a tenerlas; la democracia no debe ser un concepto extraño para nosotros", dijo el joven y carismático político procedente de una de las zonas más conflictivas del país, Oromía, que reúne al mayor grupo étnico.

Abiy se convirtió en el tercer primer ministro de Etiopía  desde la caída en 1991 del gobierno comunista en una sesión extraordinaria del Parlamento de Adís Abeba en la que estuvieron presentes 478 de los 547 miembros de una Asamblea que está integrada en su totalidad por la coalición gobernante, el Frente Democrático Revolucionario Etíope (EPRDF).

Ha sido presentado por Shiferaw Shigutie, uno de los otros dos aspirantes a ser líder del EPRDF, y al acto también ha acudido el dimitido Desalegn, que sucedió en agosto de 2012 al fallecido Meles Zenawi como primer ministro.

Entre los diputados, se han visto lágrimas de emoción ante el discurso de Abiy, que ha tocado temas importantes como el de los exiliados, a los que ha dado la bienvenida "con los brazos abiertos", así como el de las miles de víctimas mortales y encarceladas por la ley marcial, a las que ha pedido perdón "de corazón".

Fuera del Parlamento, multitud de etíopes también han aplaudido las palabras del nuevo líder.

"Es el discurso más liberal que se ha escuchado nunca bajo el cielo etíope", ha escrito en redes sociales el fundador del Addis Fortune -el mayor periódico en inglés del país-, Tamrat Giorfis, un profesional reputado que nunca ha expresado sus opiniones políticas en público.

"Abiy Ahmed ha, literalmente, anunciado la salida oficial del pasado", exclamó el periodista.

Uno de los retos pendientes y más acuciantes para el nuevo primer ministro es gestionar el estado de emergencia que declaró su antecesor un día después de dimitir del cargo.

En los menos de dos meses que lleva en vigor este estado de emergencia, las fuerzas de seguridad de Etiopía han detenido a 1.107 personas, sobre todo en la región de Oromía, donde más de 10.000 personas han huido en las últimas semanas a Kenia por los ataques de las fuerzas de seguridad que han acabado con la vida de más de una decena de civiles.

La población, organismos internacionales y países como Estados Unidos, piden al nuevo líder que derogue el estado de emergencia y libere a los miles de presos políticos.

La embajada de Estados Unidos en Adís Abeba, uno de los primeros organismos en pronunciarse sobre la investidura, felicitó a Ahmed y se mostró dispuesta a colaborar "para que se levante" la ley marcial.

Casado y con tres hijas, Abiy tiene experiencia militar, un doctorado en Filosofía y ha fundado la Agencia de Seguridad de Redes de Información (INSA), servicio de inteligencia criticado por espiar a miles de etíopes y ciudadanos extranjeros.

El nuevo líder habla de forma fluida las tres lenguas oficiales -oromo, ahmárico y trigriña- y procede de una familia multicultural con madre amhara -el otro gran grupo étnico del país junto con los oromos- de religión cristiana ortodoxa y padre oromo musulmán.

Abiy pronunció un discurso digno de las esperanzas depositadas en él para la reconciliación nacional y subrayó que "la democracia no se puede conseguir si hay una ausencia de derechos, ya sean civiles o económicos".

"El derecho de las personas ha expresar sus opiniones, a reunirse libremente y a participar en diálogos efectivos y en el sistema político es algo adscrito a nuestra humanidad", proclamó en su alocución hoy, apenas una semana después de la detención de 12 opositores, periodistas y blogueros por la Policía cuando celebraban una reunión por la liberación de varios reporteros y políticos.

El poder Ejecutivo en Etiopía recae casi por completo en el primer ministro, ya que la Presidencia, que ostenta Mulatu Teshome desde octubre de 2013, es un cargo de marcado carácter simbólico y honorífico.

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