Sevilla,12.08.2016,(EFE).
Este asistente virtual permite ampliar gráficamente las zonas más delicadas del paciente y con tendencia a quemarse, como son el rostro y las manos.
Un equipo multidisciplinar en el que participan profesionales del Hospital Virgen del Rocío de Sevilla ha desarrollado un software denominado BAI (Burn Analysis Imaging System) que ayuda a calcular la superficie quemada del paciente, su diagnóstico y tratamiento.
Este desarrollo informático genera un modelo 3D que se adapta a la complexión de la persona, según su peso, edad, altura y sexo, sobre el que los profesionales pueden representar las zonas que presentan quemaduras con sus diferentes grados, ha informado un comunicado del centro hospitalario sevillano.
Este asistente virtual permite ampliar gráficamente las zonas más delicadas del paciente y con tendencia a quemarse, como son el rostro y las manos, así como rotar, escalar y mover la figura para tener un mayor control de la vista en pantalla.
Est aplicación ayuda a cualquier profesional en la toma de decisiones, dado que calcula el porcentaje y la extensión de la superficie corporal quemada en función de la representación de la quemadura y su grado de afectación.
Profesionales del hospital Virgen del Rocío trabajan desde hace doce años con el Grupo de Imagen Biomédica del departamento de Teoría de la Señal y Comunicaciones de la Universidad de Sevilla en el desarrollo de este programa.
Especialistas de la Unidad de Cirugía Plástica y Grandes Quemados de este hospital, que atienden cada año más de 200 pacientes con estas heridas han determinado que el BAI estima la superficie quemada exacta en el 99,9 por ciento de los casos, un porcentaje claramente superior a los métodos tradicionales.
Este programa es de fácil instalación y manejo, incluso para un personal no especializado, pues se instala en ordenadores y tabletas, lo que permite que el personal extrahospitalario pueda diagnosticar correctamente al paciente desde el primer momento y derivarlo al centro adecuado.
El desarrollo de BAI fue financiado por el Ministerio de Ciencia y Tecnología a través del proyecto "Herramienta de ayuda al diagnóstico para la atención primaria de enfermeros quemados" y también ha recibido financiación de la Fundación para la Innovación y la Prospectiva en Salud en España (FIPSE) bajo el proyecto titulado 'Burn Analysis Imaging System (BAI)'.
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