El pequeño de 5 años, cuya imagen sentado en una ambulancia con el rostro ensangrentado y la mirada perdida ha dado la vuelta al mundo, fue rescatado la semana pasada junto con sus padres y hermanos tras un bombardeo.
Uno de los hermanos de Omran, el pequeño niño sirio de 5 años rescatado la semana entre las ruinas de un edificio bombardeado en Alepo cuya imagen ha dado la vuelta al mundo, ha fallecido a consecuencia de las heridas que sufrió durante el ataque aéreo que destruyó la vivienda donde Omran vivía con sus hermanos y sus padres.
Según informó el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos, una organización vinculada a la oposición siria con sede en Londres, Ali Daqneesh había resultado herido de gravedad en el bombardeo que sufrió el pasado 17 de agosto por la noche el barrio de Qaterji, al este de Alepo, y falleció finalmente el sábado 20 en el hospital conocido como M10 de la ciudad, donde había ingresado. El Aleppo Media Centre (AMC), una red de activistas sirios que opera en el norte de Alepo, confirmó también la muerte de Ali, de 10 años de edad.
Activistas de la oposición siria dieron a conocer la semana pasada las imágenes del rescate de Omran, cuya fotografía sentado en una silla de una ambulancia, totalmente cubierto de polvo de los restos del edificio y la cara manchada de sangre con la mirada perdida, ha dado la vuelta al mundo y se ha convertido en un símbolo del horror de la guerra civil en Siria, que ha cumplido ya su quinto año. Omran fue rescatado junto con tres de sus hermanos y sus dos padres después de que un avión ruso bombardeara el barrio donde vivían.
Alepo permanece dividida desde 2012 entre una zona oeste en poder de las fuerzas del régimen de Bashar al-Assad y el este, aún en manos de la oposición siria. Apoyada por cazas rusos desde septiembre del año pasado, la aviación siria bombardea continuamente los barrios orientales de la ciudad, que sufren un asedio desde hace semanas.
Se estima que más de 290.000 personas han muerto en Siria desde que estallara el conflicto en 2011, de las cuales unas 15.000 eran niños. En Alepo, que antaño fue la segunda ciudad más importante de Siria y núcleo económico e industrial del país, unas 250.000 personas viven en los barrios del este de la ciudad, 100.000 de ellas niños, según datos de UNICEF.
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