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Estará vetado en lugares donde sea necesario identificar a las personas0 PATRICIA BAELO
Alemania está un paso más cerca de prohibir el uso del velo integral en escuelas, universidades, manifestaciones, tribunales y cualquier otro lugar público en el que las personas deban ser identificadas. Es más, cualquier vulneración de la norma será considerada una infracción. Así lo acordaron ayer el ministro federal de Interior y sus homólogos de los Estados federados gobernados por la Unión Cristianodemócrata (CDU), el partido de Angela Merkel, y su hermanada Unión Cristianosocial Bávara (CSU), tras reunirse durante dos días en la capital alemana para diseñar un nuevo paquete de medidas de seguridad que tranquilice a la población después de los dos atentados terroristas cometidos por refugiados a finales de julio en el sur del país.
La propuesta, incluida en un documento bautizado como Declaración de Berlín, supone una solución a medio camino entre el ala más conservadora de los representantes regionales, partidarios de una prohibición total, y el Gobierno central, que la considera problemática desde el punto de vista jurídico. «Mostrar la cara es constituyente de la convivencia en nuestra sociedad», especialmente donde el rostro desempeña una función, defendió el ministro alemán de Interior, Thomas de Maizière, que pese a ser contrario al burka, insiste en que no se puede prohibir todo lo que uno rechaza. Ya hace unos días el político cristianodemócrata apostó por un veto parcial, argumentando que el total jamás contaría con el visto bueno de los socialdemócratas, socios de Merkel en el Ejecutivo de la gran coalición, ni del Tribunal Constitucional.Una opinión que comparte la canciller alemana, que no dudó en buscar consenso entre las dos partes al asegurar el pasado jueves: «A mi modo de ver, una mujer con velo integral en Alemania tiene pocas posibilidades de integrarse».
Palabras con las que se dirigía a las filas de la CSU, que desde los atentados en Wurzburgo y Ansbach, en Baviera, el Land que gobierna, la presionan más que nunca para que ponga fin a su política de acogida. Pero además, la dama de hierro tiene la mirada puesta en sus correligionarios de los estados federados de Mecklemburgo-Antepomerania y Berlín, que le exigen que lance un mensaje contundente contra el yihadismo, a solo unas semanas de que ambos celebren elecciones regionales.El velo integral «es un tema que afecta por completo a la seguridad, ya sea en los espacios públicos o en los controles aeroportuarios», insistió el titular de Interior de Mecklemburgo-Antepomerania,
Lorenz Caffier, que al igual que su colega en Berlín, Frank Henkel, pretende robar votos a los ultraderechistas Alternativa para Alemania (AfD), que según los sondeos entrará con fuerza en ambas Cámaras regionales. Por eso mismo, la controvertida Declaración de Berlín prevé además un endurecimiento de la ley de la doble nacionalidad para los hijos de extranjeros que hayan nacido y crecido en Alemania, una aceleración de las expulsiones de los refugiados que hayan delinquido y la eliminación del secreto médico para detectar tendencias suicidas entre los demandantes de asilo.
Prohibiciones Espacios controlados.
No se podrá llevar en centros educativos (de la guardería a la universidad), manifestaciones, estaciones, aeropuertos y tribunales. En general, en cualquier lugar en el que la gente pueda o deba ser identificada.Consecuencias Infracción. Llevar el burka en los lugares antes mencionados se considerará infracción del reglamento, aunque no se estipula por ahora qué pena supondrá.Oposición No al veto total. En Alemania, como en otras partes de Europa, hay un debate sobre «prohibir todo lo que uno rechaza», como dijo el ministro De Maizière.El burkini, símbolo de la integración en Australia El burkini suscita polémica en Francia, pero en su país de origen, Australia, es un medio de integración que permite a las musulmanas rigoristas disfrutar de la playa, según la diseñadora de este traje de baño, Aheda Zanetti.
Aheda Zanetti, una australiana de origen libanés de 48 años, lo diseñó hace más de diez años en Sídney para permitir a algunas musulmanas ir a la playa sin quebrantar sus creencias religiosas. «La playa, el surf, el sol y el deporte forman parte de la cultura australiana y tenía la sensación de haber estado privada de todas estas actividades durante mi juventud», declaró.La idea del burkini se le ocurrió viendo cómo su sobrina jugaba al netball.
«Quería que nadie se viese privado de actividades deportivas debido a las restricciones impuestas por el pudor». Zanetti abrió su primera tienda en Sídney en el 2005. Desde entonces, esta madre de tres hijos ha vendido más de 700.000 burkinis y exporta a países como Suiza, Reino Unido, Baréin o Sudáfrica.Gracias a esta prenda, dice Zanetti, muchas mujeres pueden nadar. Como Siham Karra-Hassan, que fue expulsada de la piscina
por meterse con prendas de algodón: «Las cosas cambiaron muy rápido con el burkini», dice, y lo demuestra su hija de 25 años, que es monitora de natación y viste burkini. Al principio, los otros bañistas le echaban una mirada fulminante pero luego todo se fue normalizando, afirma. Algunas mujeres, incluidas algunas no musulmanas, le hacen preguntas y se plantean comprarse uno para protegerse del sol australiano.
Niza prohíbe los burkinis
Pero mientras eso ocurre en Sídney, en Niza el Ayuntamiento prohíbe el uso de la prenda en las playas de la ciudad, y ya son once los municipios de la Costa Azul que han vetado los bañadores musulmanes, y quince en toda Francia.Polémica en Italia
Muchos musulmanes consideran el veto al burkini islamofobia. Como ejemplo, un imán de Florencia, Izzedin Ezir, colgó en Facebook esta imagen de unas monjas en la playa para demostrar que hay dos varas de medir en esta cuestión.
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