sábado, 3 de septiembre de 2016

«No interesa propagar la unión entre culturas, sino crear miedo al mundo islámico»

Álava,03/09/2016,elcorreo.com,NATXO ARTUNDO


El fotógrafo Samuel Aranda / Rafa Gutiérrez

El reconocido reportero gráfico Samuel Aranda contrastó su labor para el New York Timesy sus trabajos más personales en el ciclo ‘Periodismo a pie de calle’

El reciente Ortega y Gasset se suma al World Press Photo y al premio Nacional de Fotografía en la trayectoria de SamuelAranda. Después de disfrutar hace tres años de su trabajo sobre las llamadas primaveras árabes, el público de Vitoria ha podido conocer de primera mano su labor de estos últimos años en África, tanto los conflictos en la República del Congo o la crisis del ébola –relatadas con su cámara para The New York Times– como la mirada más personal sobre los nómadas del Sahel o los sufíes en el mundo.

En su regreso a ‘Periodismo a pie de calle’, el reportero gráfico confesaba su sorpresa por «la afluencia de público, que muestra mucho interés y pregunta.Vas a otros lugares, más grandes, y no ves esto». Claro que para Aranda (Santa Coloma de Gramanet (Barcelona), 1979) «el edificio de Villa Suso, en el Casco Viejo, tenía más encanto» frente al remodelado Europa.

Su memoria también retrocede a aquellos momentos de optimismo en el mundo árabe, que han desembocado en procesos muy distintos. La clave está en «que sean países donde tenemos intereses los occidentales o donde no. Túnez ha sido el ejemplo de transición positiva e interesante. Viví allí dos años y ahora han aprobado un gobierno en coalición de conservadores laicos e islamistas.Es algo inaudito que no hemos conseguido en España, ni tampoco la paridad constitucional de mujeres en el Parlamento, que allí sí tienen», compara.

Pero esta realidad no se refleja en los medios occidentales, «porque creo que no nos interesa propagar la unión entre culturas, sino crear miedo a la gente del mundo islámico», distingue mientras señala a los conservadores europeos.

En el polo opuesto, están Libia, Yemen o un Egipto «donde no vamos a dejar nunca que sean países estables, porque para sacar el petróleo a bajo coste y tener el control en esas sociedades hay que hacerlo así». El sistema –«crear tensiones y problemáticas entre grupos étnicos»– es similar al que ha generado la violencia contra los pigmeos en el Congo, donde el ‘oro’ moderno del coltán ha desencadenado «historias muy dramáticas que preferiría no haber escuchado nunca».

Otro tipo de labor, fotografiada en blanco y negro, se ha recogido en el documental desarrollado junto a Martín Caparrós en torno a los pastores nómadas en su ruta Mauritania-Mali-Níger (que se estrenará en el inminente Festival de San Sebastián). «Están encantados con su modo de vida», indica, a la vez que cuestiona las formas y niveles de intervención en estas sociedades. Y es que «organizaciones occidentales han hecho pozos de agua a algunos pastores. Se han hecho sedentarios y se han enfrentado a otros, nómadas, porque las obras han secado acuíferos tradicionales».

Otras propuestas

También tiene claro quiénes resuelven problemas en las zonas en conflicto y quiénes no. Por este motivo, anima a la población a «apoyar a Médicos Sin Fronteras, y no a Naciones Unidas, Unicef o Acnur. No les he visto trabajar en ningún sitio», subraya el fotorreportero, que ha narrado en imágenes algunos de los conflictos más significativos del actual siglo.

Ahora busca también desarrollar proyectos al margen de la inmediatez informativa, como el que hizo hace unos años con el New York Times sobre la crisis en España, alguna de cuyas imágenes llevó al ministro Margallo a hablar de un ataque a la marca España con fotos de otro país. Aranda recuerda que tras el contenedor donde un hombre bucea y rebusca en primer plano, hay un teléfono de Girona en el dintel de un comercio. «A lo mejor es independentista», bromeó el fotógrafo catalán, de ascendencia andaluza.

Hace poco ha presentado un libro sobre la transición y regresión de Egipto tras la ‘primavera’, con Icono Cultural y BBVA. Y en estos momentos acaba de recorrer fronteras en Grecia, Croacia, Italia, Eslovenia oAlbania para otro proyecto, «qué es Europa o qué era».En breve, volverá al periodismo gráfico que «es como una relación sentimental, con momentos buenos y otros que no lo son tanto».

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