MADRID,22/09/2016,REPÚBLICA/EP
El menor llevaba un año esperando después de recorrer solo 10 países tras escapar de una cárcel en la que estaba confinado junto a otros 300 niños por ser kurdo
El Gobierno ha concedido protección subsidiaria a Abdsalam Haj Taher, el chico de 17 años que pidió asilo en España hace ya un año después de recorrer él solo cerca de 10 países tras escapar a la edad de 15 de una cárcel en la que el Estado Islámico (EI) le había confinado junto a otros 300 niños por ser un kurdo sirio de Kobane. Se trata del tipo de protección que se está otorgando a todos los refugiados sirios que solicitan asilo en España.
Según las fuentes oficiales consultadas por Europa Press, la resolución de su petición se aprobó en la reunión de la Comisión Interministerial de Asilo y Refugio (CIAR) el pasado mes de julio y fue firmada el 15 de septiembre. Estaba así, pendiente de notificación.
Precisamente el joven denunciaba este jueves su situación en una mesa redonda organizada por el Tribunal Supremo, en la que ha expuesto que la falta de resolución de su petición de asilo le hacía imposible traer a España a sus padres, que están refugiados en Turquía. Este, afirmaba, es hoy su único anhelo.
El joven ha recibido protección subsidiaria, un estatuto similar en lo que a protección y derechos se refiere al de refugiado. Tiene a diferencia de este, un carácter temporal por lo que periódicamente Abdu, como se hace llamar, tendrá que justificar ante la administración que las razones para seguir protegido en España persisten. Con todo, con él podrá reagrupar a su familia pidiendo que se les extienda la misma protección.
Abdsalam narra el infierno que vivió en Siria en una entrevista publicada este jueves por El Mundo, en la que explica que vio todo un rosario de torturas, aunque a él “sólo” le pegaron. “A algunos niños les aplicaban descargas eléctricas, a otros les sentaban en una silla con las manos atadas a la espalda y con una cuerda iban tirando hacia arriba hasta que se les doblaban los brazos, luego quitaban la silla, a otros les colgaban de los pies, boca abajo, y uno hacía como si fuera un boxeador dándole a un saco”, detalla.
El joven, que consiguió escapar y recorrió media Europa antes de llegar a España, asegura además que intentaban adoctrinarles. “Te decían que te fueras con ellos, que si matabas a los infieles tendrías 72 mujeres para ti solo en el Paraíso, que no nos preocupáramos de este mundo”, afirma.
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