martes, 6 de agosto de 2019

Togas sin costuras y jabón natural, imprescindibles en la maleta para la Meca

El Cairo, 6 ago 2019, (EFE), Noemí Jabois y Aya Ragheb


 A días para el inicio de la peregrinación a La Meca, los devotos egipcios recorren contrarreloj los zocos de El Cairo para hacerse con los imprescindibles que todo musulmán debe llevar en la maleta: togas sin costuras para los hombres, largas "abayas" para las mujeres, tijeras y jabón libre de perfumes.

El viaje religioso a Arabia Saudí es la viva imagen del ajetreo: un día de rezos, una jornada en el monte Arafat, apedrear tres columnas que representan al diablo y siete vueltas a la "Kaaba", un cubo en el que se encuentra la piedra negra, considerada por los musulmanes como un pedazo de paraíso.


Uno de los cinco pilares del islam que todo musulmán debe tratar de realizar al menos una vez en la vida, el "hach" supone soportar temperaturas de unos 40 grados, codazos con cientos de miles de devotos de todo el globo y cumplir con una normativa islámica obligatoria.

En el rincón de una enorme tienda de textiles escondida en las callejuelas de uno de los principales bazares de la capital egipcia, Moemen Mohamed Rashidy estira delicadamente sobre el mostrador dos piezas de tela blanca iguales a simple vista a las muchas otras que se reparten por las estanterías.


Sin embargo, esta está pensada para cumplir con todos los requisitos impuestos por el islam para los varones que realizan el "hach": está hecha de toalla, no tiene costuras y viene adaptada para vestirla fácilmente a modo de toga.

"La ropa de la peregrinación debe ser blanca, no puede llevar ninguna parte cosida ni ajustada al cuerpo y tampoco puede tener mangas", explicó a Efe Rashidy.

De este modo, todos los peregrinos, ricos y pobres, altos y bajos, son iguales ante Dios.

Los fabricantes y costureros han sabido adaptar las leyes islámicas a los tiempos modernos, dejando atrás los alfileres y los nudos para dar paso a los cómodos broches automáticos y añadiendo bolsillos para evitar pérdidas y robos.

Subiendo las escaleras de la tienda, en la planta femenina, la cosa es un poco diferente y, sin duda, más distendida. La única condición para ellas es que lleven todo el cuerpo cubierto excepto las manos y la cara.


En esta planta, el tendero relata a Efe que para las mujeres la ropa cosida está permitida, siendo de los más vendidos los conjuntos de pantalón, velo, camisón y "yalabía", una especie de chilaba.

Hanan es una de las pocas clientas que se encuentran en el comercio de textiles con vistas a la peregrinación, en su caso para el viaje de una prima.

Los tenderos lamentan la constante caída de las ventas debido a la inflación en Egipto, país que el año pasado envió cerca de 80.000 peregrinos a Arabia Saudí. "Este año es casi el 70% o el 80% del anterior", dice un tendero mientras enseña una "abaya" o túnica blanca con bordados.

Aunque la ropa suele ser el mayor quebradero de cabeza a la hora de hacer la maleta, uno no se puede olvidar las tijeras, pues los hombres deben raparse la cabeza y las mujeres cortarse un mechón de pelo tras realizar los distintos rituales.

Algunos optan por productos de aseo libres de perfumes como extra, ya que las fragancias están también prohibidos sin que esté muy claro el porqué.


A unos pocos cientos de metros, en el mismo bazar, varias tiendecitas acumulan jabones sin perfume hechos con los más sorprendentes ingredientes: leche de camello o cabra, papaya y aceite de oliva, insiste a Efe un vendedor, que pidió el anonimato.

Todos son productos "naturales" de Egipto, excepto algunos importados de Malasia. Son especiales para el "hach" y su coste puede alcanzar los 7,3 dólares.

Por último, hará falta un cordero, pero no es recomendable llevarlo en la maleta. Se puede adquirir en destino.

Con el sacrificio del animal dará comienzo la fiesta el Aíd al Adha, una de las principales festividades islámicas y broche de oro para el "hach". EFE

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