Dacca,10/07/2017,(EFE).
El comisionado de las Naciones Unidas para los refugiados, Filippo Grandi, pidió hoy que se permita el retorno "voluntario y pacífico" a Birmania de los entre 300.000 y 400.000 miembros de la minoría musulmana rohinyá refugiados en Bangladesh.
"La mejor solución para ellos es que sean capaces de regresar a su país, de manera voluntaria y pacífica, cuando las condiciones lo permitan", afirmó Grandi en una rueda de prensa en Dacca que ponía fin a un viaje de diez días por la región.
En su estancia de tres días en Bangladesh, Grandi visitó los campos de refugiados en el sureste del país, en la frontera con Birmania, donde se encuentran la mayoría de los ronhinyás "acogidos" en el país, un gesto que agradeció a las autoridades bangladesíes.
"En un mundo en el que los refugiados no son siempre bienvenidos, así que el hecho de que este país los haya acogido a pesar de su gran población y sus propios retos de desarrollo, es algo que me gustaría elogiar", remarcó el comisionado de ACNUR.
Sin embargo Grandi añadió que varios refugiados le describieron la crítica situación en la que están, al carecer de "oportunidades" tanto en su país como en Bangladesh, por lo que éstos se preguntaban por su futuro y si alguna vez tendrían "una vida normal".
Bangladesh ha sido la última etapa de un tour que llevó al comisionado también a Tailandia y Birmania, donde presenció la grave situación que viven los rohinyás en su propio país, donde se les niega la ciudadanía y la libertad de movimientos.
"Lo más importante es adentrarse de manera decisiva en la parte de la ciudadanía", sentenció Grandi, al aclarar que eso mejorará la grave crisis que viven los musulmanes del estado de Rakáin (oeste birmano), donde budistas y mahometanos viven enfrentados.
En Rakáin se encuentran más de un millón de rohinyás que sufren una creciente discriminación desde el brote de violencia sectaria en 2012, que causó al menos 160 muertos y dejó a unos 120.000 confinados en campos de desplazados.
La situación en Rakáin empeoró el pasado octubre con las operaciones militares para detener al grupo rebelde rohinyá que mató a nueve agentes en un ataque a varios puestos policiales a principios de ese mes.
Al menos 74.000 rohinyás cruzaron la frontera con Bangladesh para escapar a las operaciones militares que concluyeron el pasado febrero, entre denuncias de la ONU y de organizaciones no gubernamentales de que se habían cometido numerosos abusos con la población civil, incluidos asesinatos, violaciones y quema de casas. EFE
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