El imán de la mezquita de Valladolid, Zaki Zayed, segundo por la derecha, sentado junto a miembros del Centro Islámico de Palencia en la mezquita Es Salaam de la capital palentina, situada en el paseo del Otero :: VÍCTOR HERRERO
Los fieles tienen prohibido comer, beber, fumar y tener relaciones sexuales desde el amanecer hasta la puesta del sol Mil musulmanes cumplen con sus preceptos en el noveno mes del calendario islámico
DATOS
24.000 musulmanes, procedentes en su mayoría del norte de África, residen en la región.
1.000 personas forman parte de la comunidad musulmana en la provincia de Palencia.
Como cada año, pero no en las mismas fechas, ha comenzado el mes del Ramadán, razón por la que la mayor parte de la comunidad musulmana de Palencia, formada por unas mil personas, va a dedicar los próximos treinta días a cumplir con uno de los preceptos fundamentales del islam, el ayuno o 'Sahur'.
El Ramadán es el noveno mes del calendario islámico, que no se corresponde con el nuestro, por lo que cada año tiene una fecha distinta. El 'Sahur' consiste en hacer ayuno desde el amanecer al anochecer (desde las 5:30 hasta las 21:30 horas), es decir, que durante las horas de sol los musulmanes tienen prohibido comer, beber, fumar y mantener relaciones sexuales. Sin embargo, el fundamento del Ramadán tiene una dimensión más profunda, ya que hace referencia al comportamiento humano. Quien pretende cumplir con el Ramadán debe comportarse de manera correcta con su familia, sus amigos y vecinos, esto es, debe convertirse en una buena persona a través del perdón y de la ayuda a la gente de su comunidad, según lo establece el islam.
Dos musulmanes leen textos islámicos en la mezquita de la capital palentina. :: VÍCTOR HERRERO
«El fondo del Ramadán no es no poder comer o beber, sino volver a una vida sana y correcta, a una vida religiosa confortable, para ser una persona perfecta y que nuestros errores se perdonen», apostilla Zaki Zayed, el imán de la mezquita de Valladolid, que con frecuencia se acerca hasta la capital palentina, hasta la mezquita Es Salaam que el Centro Islámico de Palencia tiene en el paseo del Otero, para dirigir la oración colectiva de los viernes, aunque, como este último pasado, el sol invite a no moverse de casa.
Y es que el verano trae consigo elevadas temperaturas y días muy largos, en los que el ayuno se hace un poco más duro. «El musulmán que cumple con el Ramadán ve perdonados todos sus pecados del año. Por eso, para él, la compensación del espíritu vale mucho más que el esfuerzo», relata Zaki Zayed. En este mes se conmemora la revelación del Corán al profeta Mahoma y los fieles intensifican sus oraciones. En general, se hace una vida más religiosa. «Es muy importante, se lee más el Corán y hay más oraciones voluntarias», apostilla.
No todos los musulmanes están obligados a seguir este precepto. Están exentos los que no puedan aguantarlo o se vean perjudicados por ello, como los niños, los enfermos, los viajeros y las mujeres durante el embarazo y la menstruación. En el caso de que la persona esté de viaje o tenga una enfermedad temporal, debe guardar el ayuno los días que correspondan al final del Ramadán.
Para el resto de las excepciones, es obligatorio compensar el no cumplimiento del ayuno. «La persona a quien le sea imposible, debe calcular cuánto le cuesta su propio alimento y entregar esa cantidad de dinero o de comida, correspondiente a todo el mes, a una persona o una familia de recursos limitados. De esta manera, «todos los musulmanes pueden celebrarlo» explica Zayed.
Cuando termina el Ramadán se celebra una de las dos fiestas más importantes del islam, en la que se reza también una oración especial.
En los países islámicos, el Ramadán se ajusta con los horarios laborales y se vive de manera muy diferente. No obstante, Zayed cuenta que en España «el Estado tiene un acuerdo con las comunidades islámicas para que los musulmanes puedan coordinar el trabajo con su religión. En caso de tener algún problema, puede cumplirse otro día al final del mes».
El imán organiza las relaciones de la comunidad musulmana con otras asociaciones y, sobre todo, aclara los conceptos de la religión. «A veces, se enseñan conceptos erróneos a los niños. Por ello, nos invitan a los colegios y a las universidades para explicar la verdad. En ocasiones, el problema es que no se pone interés, y creemos que es importante buscar y preguntar, por lo que la mezquita está abierta a la gente que quiera saber», dice el imán.
Islam España es el portal del islam en lengua española , un proyecto de futuro para la convivencia,la cooperación y el diálogo.
«El fondo del Ramadán no es no poder comer o beber, sino volver a una vida sana y correcta, a una vida religiosa confortable, para ser una persona perfecta y que nuestros errores se perdonen», apostilla Zaki Zayed, el imán de la mezquita de Valladolid, que con frecuencia se acerca hasta la capital palentina, hasta la mezquita Es Salaam que el Centro Islámico de Palencia tiene en el paseo del Otero, para dirigir la oración colectiva de los viernes, aunque, como este último pasado, el sol invite a no moverse de casa.
Y es que el verano trae consigo elevadas temperaturas y días muy largos, en los que el ayuno se hace un poco más duro. «El musulmán que cumple con el Ramadán ve perdonados todos sus pecados del año. Por eso, para él, la compensación del espíritu vale mucho más que el esfuerzo», relata Zaki Zayed. En este mes se conmemora la revelación del Corán al profeta Mahoma y los fieles intensifican sus oraciones. En general, se hace una vida más religiosa. «Es muy importante, se lee más el Corán y hay más oraciones voluntarias», apostilla.
No todos los musulmanes están obligados a seguir este precepto. Están exentos los que no puedan aguantarlo o se vean perjudicados por ello, como los niños, los enfermos, los viajeros y las mujeres durante el embarazo y la menstruación. En el caso de que la persona esté de viaje o tenga una enfermedad temporal, debe guardar el ayuno los días que correspondan al final del Ramadán.
Para el resto de las excepciones, es obligatorio compensar el no cumplimiento del ayuno. «La persona a quien le sea imposible, debe calcular cuánto le cuesta su propio alimento y entregar esa cantidad de dinero o de comida, correspondiente a todo el mes, a una persona o una familia de recursos limitados. De esta manera, «todos los musulmanes pueden celebrarlo» explica Zayed.
Cuando termina el Ramadán se celebra una de las dos fiestas más importantes del islam, en la que se reza también una oración especial.
En los países islámicos, el Ramadán se ajusta con los horarios laborales y se vive de manera muy diferente. No obstante, Zayed cuenta que en España «el Estado tiene un acuerdo con las comunidades islámicas para que los musulmanes puedan coordinar el trabajo con su religión. En caso de tener algún problema, puede cumplirse otro día al final del mes».
El imán organiza las relaciones de la comunidad musulmana con otras asociaciones y, sobre todo, aclara los conceptos de la religión. «A veces, se enseñan conceptos erróneos a los niños. Por ello, nos invitan a los colegios y a las universidades para explicar la verdad. En ocasiones, el problema es que no se pone interés, y creemos que es importante buscar y preguntar, por lo que la mezquita está abierta a la gente que quiera saber», dice el imán.
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