Celebrado en la Mezquita Central de Madrid
En el acto han participado representantes islámicos, ortodoxos, católicos, evangélicos y Hare Krishna de Madrid, entre otros
Ocho confesiones religiosas han celebrado en la tarde del jueves un acto interreligioso en la Mezquita Abu-Bakr o Central de Madrid, en el barrio de Tetúan. Los asistentes han vertido duras críticas contra la Unión Europea por su gestión de la crisis de los refugiados, que demandan no se denomine así porque se trata de una “crisis de solidaridad”.
El presidente de la Unión de Comunidades Islámicas de España, Riay Tatary, que ejerció de anfitrión, explicó que el Islam significa “paz” y que “no hay nada mas grande que la paz, tenemos que extender estos valores, la paz tiene que ser vigente en cada momento para transmitir este sentimiento a los demás”.
España como corredor humanitario de refugiados
Tras los discursos sonó el himno de la alegría y se leyó un manifiesto conjunto en el que se criticó a Europa por haberse convertido en una “fortaleza cerrada” que debería recolocar “inmediatamente” a los refugiados que permanecen en Grecia e Italia.
José Luis Segovia, del arzobispado de Madrid, ha querido hacer un “llamamiento” a la compasión porque “ningún sufrimiento humano debe ser ajeno” en referencia al drama de los refugiados mientras el representante de la Iglesia Evangélica, Ricardo Moraleja, cargaba contra el gobierno de Mariano Rajoy porque “no está cumpliendo su promesa de recibir a 15.000 refugiados”.
En este sentido y durante la lectura del manifiesto se solicitó del “estado español” que “facilite el paso seguro de inmigrantes a través del Mediterráneo” como fórmula de corredor humanitario.
El representante del Hare Krishna, Joel Hare, ha afirmado que “todos tenemos los mismos derechos a vivir en este planeta, con lo cual las personas que distinguen en nacionalidad, raza o género, son como aquellos que discriminan al otro por el tipo de ropa que lleva”.
El acuerdo con Turquía vulnera los derechos fundamentales.
Los líderes religosos fueron especialmente duros con los acuerdos suscritos con Turquía, que califican de atentado contra los derechos fundamentales. Según estas confesiones, dichos acuerdos con un país como Turquía que no consideran “seguro” -requisito para poder devolver demandantes de asilo” no están amparados por la legislación internacional “ni corresponden a los tratados suscritos por la Unión Europea en materia de asilo y refugio”.
Consideran que la actuación de los diferentes gobernantes adolece de humanidad y de justicia, y constitutye “un gravísimo atentado contra los derechos humanos” siendo contraria a “las enseñanzas que profesamos en favor de una humanidad comprometida con los necesitados y favorecedora de la cultura de la hospitalidad”.
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