Un programa de estudios impuesto por las autoridades israelíes en escuelas palestinas puede dar pie a una serie de huelgas para el comienzo del año lectivo en Jerusalén oriental.
"El próximo año lectivo no será normal", señaló a IPS Samir Jibril, director de la Oficina de Educación de Jerusalén oriental. "Habrá muchas reivindicaciones y huelgas. Las instituciones palestinas se unirán contra la iniciativa. Hasta la sociedad civil urge a las autoridades israelíes a abandonar el plan", añadió.
La municipalidad de Jerusalén envió en marzo una carta a las escuelas privadas de Jerusalén oriental que reciben fondos de las autoridades israelíes. En la misiva se señala que al comienzo del año lectivo 2011-2012, las escuelas tendrán que comprar libros de texto preparados por la Administración de Educación de Jerusalén, organismo que depende de la municipalidad y el Ministerio de Educación.
Los palestinos de Jerusalén oriental rechazaron el plan en todos los niveles de las escuelas privadas, pues consideran que tiene motivación política. Los libros de texto ya están en las escuelas de esta parte de la ciudad que funcionan en la órbita de la Administración de Educación.
"La verdadera razón de todo este asunto es política. Se trata de un gobierno radical que trata de imponer su propia identidad a los palestinos de Jerusalén oriental. Sabiendo que no reconocen nuestra identidad, es un reflejo político más que una razón educativa o pedagógica", sostuvo Jibril.
La iniciativa surgió después de que el legislador Alex Miller, del partido de extrema derecha Israel Beiteinu, quien además preside la Comisión de Educación de la Knesset (parlamento), señaló en una reunión que el plan de estudio del sistema educativo en Jerusalén "debe ser israelí".
Tras la anexión ilegal de Jerusalén oriental en 1967 por Israel, los palestinos utilizaron el sistema educativo de Jordania. Luego de la firma del acuerdo de Oslo II, las escuelas de esa parte de la ciudad comenzaron a utilizar el plan de estudios de la Autoridad Nacional Palestina.
En la actualidad, cuatro entidades diferentes manejan el sistema educativo en Jerusalén oriental: la Administración de Educación, el Waqf Islámico, el sector privado y la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en Oriente Próximo.
La Administración de Educación es responsable de 50 escuelas en Jerusalén oriental, a las que concurren 38.785 alumnos, 48 por ciento de los estudiantes palestinos, según estadísticas de la Dirección de Educación para esta zona de la ciudad en el periodo 2010-2011. Otros 22.500 estudiantes concurren a 68 escuelas privadas diferentes en esa zona de la ciudad.
Las autoridades israelíes "presionan para implementar el plan de estudios israelí porque eso significaría que Jerusalén no es un territorio ocupado", indicó Jibril.
"Si Israel logra esto, luego seguirá con todas las demás escuelas", añadió. Las autoridades del Estado judío tratan de ejercer mayor influencia en los centros de estudio de Jerusalén oriental que antes controlaban, recordó, sacando adrede ciertos temas de los libros de texto y la insignia palestina, entre otras medidas.
La Corte Suprema de Israel dio en febrero un plazo de cinco años al Ministerio de Educación y a la municipalidad de Jerusalén para mejorar la educación pública en la parte este de la ciudad. Varios estudios indican que entre los problemas existentes faltan unas 1.000 aulas y más de 4.000 niños y niñas palestinos no van a la escuela.
Esto ocurre pese a que Jerusalén oriental –zona que el derecho internacional considera territorio ocupado—está protegida por la Cuarta Convención de Ginebra, que establece que, "con la colaboración de las autoridades nacionales y locales, la potencia ocupante facilitará el buen funcionamiento de los establecimientos dedicados a la asistencia y a la educación de los niños".
El artículo 13 del Pacto Internacional de Derechos Económicos y Sociales también especifica que cada Estado debe respetar la libertad de los padres a elegir las escuelas a las que concurrirán sus hijos y "de hacer que sus hijos o pupilos reciban la educación religiosa o moral que esté de acuerdo con sus propias convicciones".
El 6 de junio, la organización no gubernamental israelí Ir Amim envió una carta al primer ministro Benjamín Netanyahu denunciando el plan del gobierno para las escuelas privadas palestinas.
"El derecho de los niños y niñas de Jerusalén oriental a recibir una educación según su cultura e identidad nacional también es consistente con el derecho básico a la educación reconocido en las leyes israelíes y con el derecho a la igualdad en la educación, la libertad y la defensa de su identidad. Israel está obligado no solamente a evitar violar esos derechos, sino que también tiene la obligación positiva de apoyar su concreción", señaló la misiva.
En última instancia, dijo Jibril, el intento de Israel de introducir su propio plan de estudios contra la voluntad de los residentes palestinos en Jerusalén oriental refleja el objetivo más amplio de usar la educación para controlar a los palestinos jerosolimitanos y perjudicar la cultura e identidad palestinas.
"Israel continúa atacando a los palestinos e intentando imponer una nueva clase de educación que sea funcional a las ideas, cultura y puntos de vista israelíes", señaló.
"Muchos indicadores muestran que Israel está interfiriendo de un modo muy negativo y tiene un muy mal impacto sobre la educación" de los palestinos, agregó.
"Pero creemos que es nuestro derecho tener nuestro propio programa de estudios de acuerdo a nuestra filosofía e identidad nacionales, y que perserve nuestra cultura. Lo defenderemos hasta el final", aseguró.
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"El próximo año lectivo no será normal", señaló a IPS Samir Jibril, director de la Oficina de Educación de Jerusalén oriental. "Habrá muchas reivindicaciones y huelgas. Las instituciones palestinas se unirán contra la iniciativa. Hasta la sociedad civil urge a las autoridades israelíes a abandonar el plan", añadió.
La municipalidad de Jerusalén envió en marzo una carta a las escuelas privadas de Jerusalén oriental que reciben fondos de las autoridades israelíes. En la misiva se señala que al comienzo del año lectivo 2011-2012, las escuelas tendrán que comprar libros de texto preparados por la Administración de Educación de Jerusalén, organismo que depende de la municipalidad y el Ministerio de Educación.
Los palestinos de Jerusalén oriental rechazaron el plan en todos los niveles de las escuelas privadas, pues consideran que tiene motivación política. Los libros de texto ya están en las escuelas de esta parte de la ciudad que funcionan en la órbita de la Administración de Educación.
"La verdadera razón de todo este asunto es política. Se trata de un gobierno radical que trata de imponer su propia identidad a los palestinos de Jerusalén oriental. Sabiendo que no reconocen nuestra identidad, es un reflejo político más que una razón educativa o pedagógica", sostuvo Jibril.
La iniciativa surgió después de que el legislador Alex Miller, del partido de extrema derecha Israel Beiteinu, quien además preside la Comisión de Educación de la Knesset (parlamento), señaló en una reunión que el plan de estudio del sistema educativo en Jerusalén "debe ser israelí".
Tras la anexión ilegal de Jerusalén oriental en 1967 por Israel, los palestinos utilizaron el sistema educativo de Jordania. Luego de la firma del acuerdo de Oslo II, las escuelas de esa parte de la ciudad comenzaron a utilizar el plan de estudios de la Autoridad Nacional Palestina.
En la actualidad, cuatro entidades diferentes manejan el sistema educativo en Jerusalén oriental: la Administración de Educación, el Waqf Islámico, el sector privado y la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en Oriente Próximo.
La Administración de Educación es responsable de 50 escuelas en Jerusalén oriental, a las que concurren 38.785 alumnos, 48 por ciento de los estudiantes palestinos, según estadísticas de la Dirección de Educación para esta zona de la ciudad en el periodo 2010-2011. Otros 22.500 estudiantes concurren a 68 escuelas privadas diferentes en esa zona de la ciudad.
Las autoridades israelíes "presionan para implementar el plan de estudios israelí porque eso significaría que Jerusalén no es un territorio ocupado", indicó Jibril.
"Si Israel logra esto, luego seguirá con todas las demás escuelas", añadió. Las autoridades del Estado judío tratan de ejercer mayor influencia en los centros de estudio de Jerusalén oriental que antes controlaban, recordó, sacando adrede ciertos temas de los libros de texto y la insignia palestina, entre otras medidas.
La Corte Suprema de Israel dio en febrero un plazo de cinco años al Ministerio de Educación y a la municipalidad de Jerusalén para mejorar la educación pública en la parte este de la ciudad. Varios estudios indican que entre los problemas existentes faltan unas 1.000 aulas y más de 4.000 niños y niñas palestinos no van a la escuela.
Esto ocurre pese a que Jerusalén oriental –zona que el derecho internacional considera territorio ocupado—está protegida por la Cuarta Convención de Ginebra, que establece que, "con la colaboración de las autoridades nacionales y locales, la potencia ocupante facilitará el buen funcionamiento de los establecimientos dedicados a la asistencia y a la educación de los niños".
El artículo 13 del Pacto Internacional de Derechos Económicos y Sociales también especifica que cada Estado debe respetar la libertad de los padres a elegir las escuelas a las que concurrirán sus hijos y "de hacer que sus hijos o pupilos reciban la educación religiosa o moral que esté de acuerdo con sus propias convicciones".
El 6 de junio, la organización no gubernamental israelí Ir Amim envió una carta al primer ministro Benjamín Netanyahu denunciando el plan del gobierno para las escuelas privadas palestinas.
"El derecho de los niños y niñas de Jerusalén oriental a recibir una educación según su cultura e identidad nacional también es consistente con el derecho básico a la educación reconocido en las leyes israelíes y con el derecho a la igualdad en la educación, la libertad y la defensa de su identidad. Israel está obligado no solamente a evitar violar esos derechos, sino que también tiene la obligación positiva de apoyar su concreción", señaló la misiva.
En última instancia, dijo Jibril, el intento de Israel de introducir su propio plan de estudios contra la voluntad de los residentes palestinos en Jerusalén oriental refleja el objetivo más amplio de usar la educación para controlar a los palestinos jerosolimitanos y perjudicar la cultura e identidad palestinas.
"Israel continúa atacando a los palestinos e intentando imponer una nueva clase de educación que sea funcional a las ideas, cultura y puntos de vista israelíes", señaló.
"Muchos indicadores muestran que Israel está interfiriendo de un modo muy negativo y tiene un muy mal impacto sobre la educación" de los palestinos, agregó.
"Pero creemos que es nuestro derecho tener nuestro propio programa de estudios de acuerdo a nuestra filosofía e identidad nacionales, y que perserve nuestra cultura. Lo defenderemos hasta el final", aseguró.
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