Santa Cruz De Tenerife ,17.07.2018,(EFE).
Algunas de las pequeñas galaxias que orbitan alrededor de la Vía Láctea podrían modificar la estructura interna de sus halos de materia oscura en las primeras fases de su vida mediante la energía producida por las explosiones de supernova, según el Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC).
El hallazgo, dado a conocer hoy en un comunicado, se debe a un equipo internacional de investigadores liderado por un antiguo estudiante de la Universidad de La Laguna (ULL) José R. Bermejo-Climent, y por la astrónoma del Instituto de Astrofísica de Canarias Giuseppina Battaglia.
Explica el IAC que se cree que la mayor parte de la materia del Universo es materia no bariónica, posiblemente compuesta por partículas que aún se desconocen y, según la teoría actual, si en la formación y evolución de galaxias solo influyen las interacciones gravitatorias, las galaxias deberían estar rodeadas por extensos esferoides de partículas de materia oscura siguiendo una distribución concreta y cuya densidad aumenta conforme nos acercamos a su centro.
Sin embargo, se está alcanzando el consenso de que los procesos debidos a la componente bariónica de las galaxias puede alterar la distribución de materia oscura, haciéndola menos densa en el centro", comentan Arianna Di Cintio y Chris B. Brook, astrofísicos del IAC y de la ULL.
Los cálculos analíticos y simulaciones muestran que, en principio, la energía que proviene de las explosiones de supernovas tipo II, asociadas a la muerte de estrellas masivas, pueden presionar el gas repetidamente hacia las partes externas.
Esto provocaría un cambio en el potencial gravitatorio en el centro de las galaxias, reajustando la distribución de materia oscura, que se volvería menos densa en las regiones centrales.
"Es de crucial importancia cuantificar cómo los procesos relacionados con la muerte de las estrellas pueden afectar a las propiedades de la distribución de la materia oscura", informan ambos investigadores, que añaden que esto ayuda a la comunidad científica a poner a prueba las teorías sobre la materia oscura.
En este estudio los autores han utilizado datos precisos sobre la cantidad de estrellas formadas en las primeras fases de la vida cuando el Universo apenas tenía una cuarta parte de su edad actual, de 16 galaxias enanas del grupo local al que pertenece la Vía Láctea.
El grupo local -explican los investigadores del IAC y de la ULL Carme Gallart y Matteo Monelli, ofrece la posibilidad de calcular cuántas estrellas han nacido y muerto en la historia de las galaxias que lo componen desde los primeros tiempos, porque podemos estudiar estos sistemas con "exquisito" detalle gracias a su proximidad.
Calculando la cantidad de energía asociada a las estrellas masivas que se espera que hayan explotado en forma de supernova tipo II en los primeros miles de millones de años de vida de estas galaxias, los autores han podido concluir que, salvo que más del 90% de esta energía se pierda en forma de radiación, estos procesos pueden inducir cambios en la densidad de los halos de materia oscura de las galaxias analizadas.
Los investigadores predicen que entre las galaxias enanas que rodean la Vía Láctea las desviaciones más grandes de la estructura inicial de los halos de materia oscura deberían tener lugar en las galaxias enanas brillantes de Sculptor y Fornax, afirman Bermejo-Climent y Battaglia, mientras que las galaxias enanas menos luminosas de Draco y Ursa Minor deberían haber sido más capaces de preservar las densidades centrales iniciales en sus halos de materia oscura.
Los estudios de este artículo se han llevado a cabo en colaboración con investigadores del MPIA, Heidelberg (Alemania), el Centro de Astrofísica Teórica y Cosmología de la Universidad de Zurich (Suiza), el Instituto de Astronomía de la Universidad de Edimburgo (Reino Unido) y el Departamento de Física de la Universidad de Surrey (Reino Unido). EFE
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