Los jóvenes realizan turnos de cuatro horas por las mañanas. Miguel Barluenga
Un grupo de jóvenes participa en un proyecto arqueológico para desenterrar parte de la mezquita sobre la que se erigió el templo
Más que una colonia de verano, un proyecto arqueológico para desenterrar parte de la historia de Huesca. Un grupo de jóvenes de la capital oscense, de Zaragoza y Barcelona participan desde el lunes en la actividad "Catedral oculta" que organiza la Diócesis de Huesca y que se desarrolla en su entorno. Los voluntarios desentrañarán hasta el 29 de julio parte del legado musulmán anterior a la construcción del templo gótico, que comenzó en el siglo XIII.
Antes, y durante 200 años, se ofició el culto cristiano en el edificio de la mezquita aljama de la que ahora se buscan restos. Se trata de un encargo realizado por el Obispado de Huesca y que asume la arqueóloga Julia Justes, directora del campo de trabajo que se ha establecido en el espacio ubicado delante del claustro de la catedral. Esperan dos semanas de tareas con un equipo que completan otros voluntarios, entre ellos los seminaristas de la Diócesis.
Todos ellos dan los primeros pasos de un proyecto del que Justes espera que "tenga futuro, porque nunca se ha trabajado en este segmento del entorno de la catedral. Operamos a ambos lados de lo que suponemos que se trata de un arco de herradura y buscamos estancias que hace 30 o 40 años localizó Antonio Durán Gudiol en unos estudios previos".
Durán Gudiol fue un sacerdote e historiador especializado en descubrir las raíces aragonesas. Llevó a cabo sobre este terreno prospecciones de otro tipo que "no eran intervenciones arqueológicas", explica Justes. Además, "aprovechamos para realizar una limpieza general de toda la zona y en unas pocas horas ya hemos visto aflorar muros de diferentes épocas y algún suelo. Vamos a dejar que la excavación nos lleve".
Más allá de las suposiciones inherentes a todo proyecto arqueológico, se sabe que el arco daba entrada al alminar de la mezquita musulmana. Si esto es así, allí ha de aparecer la base de la torre. Además, hacia el exterior existían unas escaleras por las que se accedía al alminar. De momento se cuenta con un plazo de dos semanas para los trabajos, que se retomarían el próximo año si se estima necesario.
Isabel Ramos, delegada de la Pastoral de Infancia y Juventud de la Diócesis, también coordina esta actividad y destaca "a la gente de la casa que viene a ayudar en días sueltos". Aparte de la "Catedral oculta", por las tardes se completan estas labores con trabajos en el interior del templo, "lo que nos manden, para conocer también espacios que normalmente no se encuentran abiertos al público, desde criptas a capillas que suelen estar cerradas, el archivo…".
Las jornadas se dedican, asimismo, al ocio en la piscina y a actividades propias y momentos para la oración y la reflexión personal. "Están muy entusiasmados, hemos empezado con ganas de trabajar y se les nota contentos, comenzando a entender lo que se busca", celebra Ramos.
Se trata de estudiantes de ESO o Bachillerato. Uno de ellos, el zaragozano Esteban Luzón, ha vivido en Huesca durante 11 años y siempre se ha sentido atraído por la arqueología. “Se agradece estar en un ambiente cristiano, con otros jóvenes en el Seminario, y acceder a este y otro tipo de lugares poco conocidos está muy bien”, asegura. Tras un comienzo “cansado” al quitarse las primeras capas de tierra, en unos días “será una labor más delicada e interesante”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario