Finalmente la historia de Meryem conoció un final feliz, después de haber sido excluida del colegio donde trabajaba por negarse a quitarse el pañuelo islámico (hiyab), las autoridades de la comuna francófona de Chaudfontaine en Bélgica revieron su decisión y permiten a Meryem de ejercer su trabajo sin quitarse el hiyab.
La historia comenzó en el año 2010, cuando el Ejecutivo de los Musulmanes de Bélgica, había propuesto una profesora de religión islámica, para enseñar en una escuela primaria, pero la comuna de Chaudfontaine le impidió ejercer su trabajo por llevar el hiyab.
Años más tarde, y más exactamente esta semana, las autoridades revieron su decisión y decidieron permitir a Meryem ejercer su profesión si quitarse el hiyab a pesar del reglamento interno de la escuela que prohíbe los símbolos religiosos, aseguró el Consejo de estado.
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