Musulmanes que viven en Euskadi claman: ?en el Islam no cabe el asesinato?
Cinco ciudadanos de esa religión condenan rotundamente la matanza de París y se muestran convencidos de que la sociedad vasca sabrá distinguir entre los ciudadanos que simplemente profesan una fe y quienes atentan en nombre de Alá
Profesan la religión de Alá; pero, salvo el velo de ellas, nada les distingue de un vecino vasco más. Tienen en Euskadi su familia, su trabajo y su tierra. Tras los atentados terroristas de París que han conmocionado a todo el planeta, musulmanes residentes en Euskadi han expresado en voz alta su frontal rechazo a la violencia. «En el Islam no cabe el asesinato», proclaman a elcorreo.com tras condenar de forma rotunda la masacre perpetrada por el Estado Islámico. El colectivo teme que acciones de ese tipo alimenten el rechazo al diferente y la islamofobia, aunque confía en que la sociedad vasca sabrá distinguir entre los ciudadanos pacíficos que profesan una fe y una minoría fanática que atenta contra la vida humana.
«Cuando vi los atentados por la televisión sentí rabia y dolor. ¡Estaba muriendo gente!», relata Hajar Samadi , presidenta de la Asociación de Mujeres Musulmanas del País Vasco y residente en ibar, que se desmarca abiertamente de la locura yihadista que ha sembrado el miedo en Europa. «E inmediatamente pensé en la que se nos vendría encima. Aunque no nos identifiquemos con los atentados y la violencia, en la sociedad se activan ciertos prejuicios contra nosotros», apunta. Rosa García, una musulmana de 29 años -los mismos que Hajar-, que se instaló a los 7 con su familia en la localidad vizcaína de Sodupe, temió que se repitiesen reacciones como las que siguieron a atentados precedentes. «Llegaron a atacarnos tras el 11-M», recuerda en alusión a la masacre que asoló Madrid en marzo de 2004. Al enterarse de la matanza de París, su hermana rompió a llorar. Ella le aconseja «no hacer caso a los comentarios: callada y p'alante».
A lo largo y ancho del planeta millones de musulmanes se han sumado a las manifestaciones, expresando su condena rotunda y hasta han lanzado una campaña a través de las redes sociales bajo el hastag #notinmyname (no en mi nombre). «En el Islam no cabe la violencia, ni el crimen, ni el asesinato. Somos 1.500 millones de musulmanes en el mundo que creemos que el terrorismo no es Islam», subraya Fath El Hamzaoui, un joven polítólogo de 25 años especializado en el mundo árabe y Oriente Medio. «La propia palabra Islam significa paz», apunta Ahmed El Hanafi, Presidente de la Unión de Comunidades Musulmanas de Euskadi. «Que no nos juzguen a los musulmanes a causa de algunos terroristas. El terror no tiene religión, ni raza ni cultura», señala. Ese mensaje, a su juicio, va calando poco a poco en la sociedad. «Quedan restos de rechazo, pero cada vez más personas saben diferenciar los grupos terroristas de los ciudadanos musulmanes, sus vecinos», explica Ahmed Chaghuaoi, creyente y profesor de la Universidad en Vitoria.
¿El fin de la islamofobia?
Este cambio lo han vivido Hajar y Rosa en propias carnes. Tras la matanza de París «salimos a la calle a la defensiva, pensando que nos iban a atacar, pero me sorprendí muchísimo. Mucha gente nos ha apoyado y hasta me han abrazado para darme las gracias por asistir a una manifestación», cuenta Rosa. Sin embargo, Ahmed Chaghuaoi señala que queda mucho por hacer. «Desgraciadamente hay quienes aprovechan estos atentados para descargar su rabia contra los musulmanes. El principal problema es la generalización y ciertos discursos políticos que no favorecen la convivencia», apunta.
No hay comentarios:
Publicar un comentario