Ayuno y oración. 6.200 musulmanes del territorio inician el miércoles el mes del Ramadán
DATOS
¿Qué es Ramadán?: Es el noveno mes del calendario musulmán. Sus meses tienen 28 días y, a diferencia del occidental, se rige por las fases de la luna. Según reza el Corán, el libro sagrado del Islam, Alá ha dado once meses para el hombre y reclama uno para sí. Es un mes consagrado al ayuno, la reflexión y la oración.
Cuándo: Este año comienza el 10 o el 11 de agosto, dependiendo del inicio del ciclo lunar, y termina el 10 de septiembre.
Obligaciones: Desde la primera claridad del alba y hasta que se pone el sol, durante el Ramadán no podrán comer, beber, mantener relaciones sexuales, discutir... Las mujeres embarazadas, con el período, los niños y las personas enfermas están exentas del ayuno.
Musulmanes: En la actualidad, en Gipuzkoa residen 6.230 musulmanes, según los datos de un estudio elaborado por la Unión de Comunidades Islámicas de España, facilitado a este periódico por Ikuspegi, el Observatorio Vasco de Inmigración. En Vizcaya habría 10.494 musulmanes mientras que en Álava habría 7.980. A estas cifras, en todo el País Vasco habría que sumar otros 1.242 personas más, correspondientes a musulmanes con nacionalidad española, según el estudio. En toda España se calcula que la cifra de musulmanes es de 1,4 millones.
Mezquitas: En Gipuzkoa existen actualmente al menos siete mezquitas (hace diez años había sólo tres). Dos se encuentran ubicadas en Eibar y el resto están en Zumarraga, Errenteria, Irun, Orio y Azkoitia. Además, existen al menos otros tres centros que funcionan como lugares de oración en Tolosa, Bergara y Oñati..En Gipuzkoa ya hay al menos siete localidades con mezquitas y otras tres que disponen de locales de oración.En los próximos 28 días, Monsef llamará por teléfono a los suyos mucho más de lo habitual. «Les voy a echar de menos», asegura.
Llegó de Marruecos a Gipuzkoa hace cinco años y, desde entonces, le ha tocado vivir el mes del Ramadán en la distancia, lejos de los suyos. «Es muy diferente vivirlo aquí», reconoce con nostalgia este andoaindarra de 26 años, que trabaja como auxiliar educativo en un centro de acogida. «En Marruecos el ambiente es distinto, el sentimiento es diferente, porque allí todo el mundo hace Ramadán. El horario de trabajo se adapta, los restaurantes están cerrados, todo el mundo ayuna. Aquí se hace más duro y te acuerdas mucho del cariño de tu gente, de las celebraciones con la familia cuando al caer la noche llega la ruptura del ayuno».
Pero en Gipuzkoa no estará del todo solo. El Ramadán comienza el próximo miércoles. «O quizás se adelante el martes. Todo depende del inicio del ciclo lunar. Estaremos pendientes del cielo». Como Monsef Youssef, alrededor de 6.200 musulmanes que actualmente residen en Gipuzkoa (según un estudio realizado por la Unión de Comunidades Islámicas de España, facilitado a este periódico por el Observatorio Vasco de Inmigración Ikuspegi) se ocuparán de mantener el ayuno y la oración del mes del Ramadán.
Como millones de musulmanes en todo el mundo, comenzarán entonces uno de los períodos más «especiales» del año. Durante un mes, se abstendrán de comer, beber o de tener relaciones sexuales desde la primera claridad del alba a la puesta de sol. Y dedicarán buena parte del día a la oración. No en vano, el Ramadán es uno de los pilares del Islam. «Es un mes sagrado y como musulmán me siento más cerca de Alá y de hacer el bien. Me dicen que durante el Ramadán soy una persona más agradable, porque durante ese mes se evita discutir y todo el mundo intenta ser mejor persona», asegura Monsef.
En el territorio, la presencia de guipuzcoanos de Alá es cada vez más creciente. Prueba de ello es que en Gipuzkoa actualmente hay ya al menos siete mezquitas, cuando hace diez años había sólo tres. Dos se encuentran ubicadas en Eibar, donde hace más de 25 años se abrió el primer templo en el País Vasco, y el resto están en Zumarraga, Errenteria, Azkoitia, Orio e Irun. En San Sebastián no hay porque «no existe una comunidad musulmana estable y los precios de alquiler de locales son muy altos». Junto a las mezquitas, al menos existen otros tres locales que se utilizan como lugares de oración en Tolosa, Bergara y Oñati, estos dos últimos impulsados por la comunidad pakistaní que reside en el Alto Deba.
Musulmanes con arraigo
La mayoría de los musulmanes que residen en el territorio proceden de los países del Magreb. Según los datos del Eustat, existen actualmente en el territorio cerca de 4.000 marroquíes y 700 argelinos. El resto de musulmanes principalmente son personas llegadas de otros países distintos al Magreb e hijos de inmigrantes nacidos aquí, que cuentan con la nacionalidad española y se han «escolarizado en euskera y castellano». No en vano, Gipuzkoa cuenta con población musulmana con arraigo en el territorio. Prueba de ello son los más de 25 años de existencia de la mezquita de Eibar o la trayectoria de la de Zumarraga, abierta en 1994.
Para todos ellos, el Ramadán llegará en un momento de calor, por aquello de que coincide en pleno agosto, y de vacas flacas. «Si la crisis afecta a todo el mundo, es más preocupante con los inmigrantes. Hay bastante paro», explica Ahmed Ouafa, vicepresidente de la mezquita de Zumarraga y vendedor ambulante de profesión.
Ahmed, de 36 años, llegó a Gipuzkoa en 1991. Vivió primero en Lazkao y se instaló en Zumarraga en 1996, donde hay una importante comunidad musulmana. «Tengo primos y tíos en la comarca. Incluso varios de mis hermanos han nacido aquí», señala. Como en otros lugares de Gipuzkoa, la convivencia en el Alto Urola «es buena y de respeto. El Ayuntamiento de Zumarraga nos ha ayudado siempre que les hemos pedido que nos dejaran un lugar para celebrar alguna fiesta», añade Ahmed.
No obstante, la integración y la convivencia no está exenta de problemas. Rachid el Fadili, presidente de la Asociación Al Maghrebia, que se dedica a la educación e integración de menores extranjeros no acompañados, recuerda «el conflicto» que surgió el año pasado en el barrio de Iztieta de Errenteria, donde existe una de las mezquitas más frecuentadas, y en el que los vecinos salieron a la calle para denunciar supuestos delitos cometido por jóvenes inmigrantes. «Gracias a la mediación, la situación ha mejorado mucho. Quienes cometen hurtos y robos deben responder ante la Justicia, pero no por ello se debe culpar a todo el colectivo de musulmanes, la mayoría de ellos están integrados en el barrio y no tienen culpa alguna», explica Rachid.
A la espera de un cementerio
El día a día de los musulmanes en Gipuzkoa cada vez es más llevadero. Prueba de ello es que «en muchas localidades de Gipuzkoa ya hay carnicerías con carne halal, es decir, sacrificada por un matarife al estilo islámico y mirando a la Meca». Eso sí, una de las eternas reivindicaciones de la comunidad musulmana en Gipuzkoa es la de contar con un cementerio «sólo para musulmanes» (en Bilbao existe ya uno). «Mientras que no dispongamos de uno, tenemos que seguir repatriando los cadáveres. Aquí todo el mundo tiene un seguro contratado. De lo contrario, una repatriación cuesta 6.000 euros», asegura.
Para Ahmed, que lleva ya casi veinte años en Gipuzkoa, el Ramadán es una fecha esperada durante todo el año. «Antes lo vivía peor desde la distancia, pero ahora es mejor porque en el Alto Urola somos una comunidad cada vez mayor y nos apoyamos. Además, la gente de aquí cada vez conoce más cómo es el Ramadán y lo respeta», explica.
El ayuno no es un problema. «Aunque sea verano, nos mentalizamos para aguantar sin comer y beber. Solo es un cambio de horario. Se puede comer desde que se pone el sol hasta que sale y se aguanta bastante bien. Eso sí, hay gente en las fábricas que lo lleva peor, porque los que trabajan en una empresa y le coincide turno de noche tienen que pedir permiso para poder comer un bocadillo. Los jefes son cada vez más comprensivos en tiempos de Ramadán», explica. Eso sí, como dice Rachid El Fadili, «no es cierto que se rinda menos en el trabajo durante el Ramadán».
Comer la harira
Cuando cae el sol, llega la ruptura del ayuno en casas, en familia, o en las mezquitas. «Algunos llevamos al templo comida para la gente que está de paso o no tiene casa. Comemos dátiles, harira (una sopa parecida al cocido) y muchos dulces», explica Ahmed. No en vano, como recuerda Monsef, el Ramadán también es tiempo de «solidaridad con los que no tienen». El andoaindarra acudirá estos días a la mezquita de Orio, adonde acude a menudo a rezar.
A pesar que Monsef seguirá estos días los preceptos del Ramadán a rajatabla, es consciente de que, como ocurre con otras religiones, el significado de este mes se ha convertido para muchos en algo más tradicional que religioso. «Siguen a rajatabla el ayuno durante el día, pero luego se olvidan de las obligaciones religiosas como rezar, que es lo más importante del Ramadán. Además, también hay marroquíes que no hacen nada de nada», asegura el andoaindarra.
En opinión de Ahmed, de Zumarraga, aunque durante el año haya quien no cumpla con todo lo que exige el Corán, «la gente, jóvenes y adultos, sí lleva bastante bien el seguimiento del Ramadán y no comer jamón». Tampoco se permite beber alcohol.
'Eid al-Fitr'
Pasados 28 días, el mes de ayuno finaliza con la fiesta del 'Eid al-Fitr', con oraciones en la mezquita y celebraciones en familia y amigos. Pasado el Ramadán, Monsef reconoce que acaba el mes con las pilas cargadas. «Es como un filtro para purificar los pecados que has cometido». A pesar del ayuno, no adelgazará. «Al contrario, hay veces que ganas peso. En la ruptura del ayuno, al caer el sol, cada vez es más tradicional comer dulces, que engordan mucho». Feliz Ramadán para todos.
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domingo, 8 de agosto de 2010
Guipuzcoanos de Alá
SAN SEBASTIÁN,08.08.10,diariovasco.com,JUANMA VELASCO.
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