La Alhambra es una de las atracciones más importantes de España, pero la novedad está en las calles bulliciosas como Calderería Nueva. Sus pequeños comercios y casas de té reproducen en todas las esquinas el sabor árabe del "Castillo Rojo". -La Alhambra es el ícono de la influencia árabe en el sur de España, pero una nueva atracción turística aprovecha el legado musulmán: pequeñas calles como Calderería Nueva logran crecer económicamente gracias a la venta de objetos africanos y la multiplicación de las casas de té.
El sur de España evidencia en sus calles y cultura el paso de los árabes por la Península Ibérica. La última fortificación en resistir al avance de los Reyes Católicos fue la Alhambra, sitio declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
El castillo rojo se ve desde el Mirador de San Nicolás, en el Albayzín, uno de los barrios típicos de Granada. El antiguo castillo moro es la principal atracción turística de la ciudad, y la admiración por su estilo arquitectónico, sumada a la gran afluencia de inmigrantes marroquíes, inspiró a sus habitantes a generar nuevos negocios.
Granada mantiene fuerte su legado árabe. Según su principal mezquita, la población musulmana en el país es de 1.200.000 personas. En 2005, la cantidad total de habitantes en la ciudad y alrededores era inferior a medio millón, lo cual la convertía en la 13ª más grande de España.
La ciudad de Federico García Lorca continúa expandiéndose, y pequeñas calles como Calderería Nueva se llenan de comercios con productos árabes y africanos. Los visitantes como Rupal Lad encuentran irresistible su patrimonio histórico y cultural, el cual se ve reflejado en la comida y las casas de té. Otros turistas como Melanie Saldanha disfrutan del ambiente relajado y la actitud amistosa de los habitantes. Ambos aspectos son fundamentales para el crecimiento económico de la ciudad.
VIEJAS ATRACCIONES, NUEVO TURISMO
Calderería Nueva no siempre fue una calle muy concurrida. El comerciante Said Elkhlouf explica que el lugar estaba prácticamente abandonado hasta que llegaron los inmigrantes africanos en los años 80 y llenaron de vida las calles del lugar. Con ellos, se logró la regeneración del distrito, lo cual ayudó a impulsar el mercado inmobiliario y promovió la restauración de varios edificios históricos. Eventualmente, sus comercios y la amabilidad de los vecinos comenzaron a atraer a los turistas, quienes convirtieron a la zona en un éxito económico.
La Alambra seguirá siendo una de las atracciones más importantes de España, pero el nuevo sabor árabe de la ciudad está en las calles bulliciosas de Calderería Nueva.
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