Más de 2.000 musulmanes celebran en Bilbao el fin del Ramadán, su periodo de ayuno
BILBAO,02.10.08,elcorreodigital.com,ESTIBALIZ SANTAMARÍA.-
rezaron en el polideportivo de San Ignacio. / F. GÓMEZ
El martes a las 20.13 horas asomó el primer halo de luna nueva y con él terminó el Ramadán para los musulmanes. Tras la noche, con los primeros rayos de luz, más de 2.000 fieles de Alá se congregaron en el polideportivo de San Ignacio para celebrar que han superado el mes santo y con él, el ayuno. Durante cerca de hora y media, realizaron una multitudinaria oración -el salat- y un imán les dio sus bendiciones con la jutba -el sermón-. A media mañana los fieles iniciaron su mayor fiesta del año entre abrazos, besos y fuertes apretones de manos. «Nos reunimos todos los hermanos para celebrar que hemos superado el Ramadán y que comienza un nuevo año en el que tenemos que mejorar», resumió Abdulá Vicente, miembro de la organización del festejo.
Es un día de tradiciones para la comunidad islámica. Es costumbre estrenar ropa, usar vestimenta blanca y, antes de la oración, desayunar algo dulce, sobre todo dátiles. Para los niños también es el día de la ilusión, algo similar a los Reyes Magos de los católicos. Ayer, tras la oración, todos los pequeños revoloteaban por el frontón del polideportivo en busca de su regalo. Después, les esperaban castillos hinchables, juegos y payasos para rematar la celebración.
La comunidad islámica ha vivido en septiembre sus días más especiales del año, «el mes santo en el que limpias tu interior, y hoy celebramos que hemos realizado ese paso con esta fiesta», explica Abdulá Vicente. En estas semanas, los musulmanes no prueban bocado mientras haya luz solar y, al anochecer, rompen el ayuno con una oración y una comida llamada Iftar. También es tradición aprovechar las tardes para visitar a los allegados ya que «otro de los objetivos del Ramadán es reforzar los lazos comunitarios. No se trata simplemente de dejar de comer, beber y fumar».
«Un día de alegría»
El comienzo y el final del Ramadán dependen del calendario lunar. Arranca y termina con la luna nueva. «Hoy podemos saber con antelación esas fechas. Llamas al centro meteorológico y te lo dicen exactamente, pero antaño alguien debía subir al monte o mirar al cielo en el desierto y esperar a que la luna saliera para correr la voz rápidamente», recuerda Abdulá. Esto supone que el mes del Ramadán cambie año tras año. «Se va adelantando diez días, así que en poco tiempo lo celebraremos en pleno agosto».
El propio imán comenzó la jutba celebrando que el de ayer era «un día de alegría y felicidad», y eso se notaba en las caras. Los fieles no ocultaban su satisfacción por haber superado el mes santo y haberlo celebrado en comunidad. Claro que no todos pudieron hacerlo y muchos tuvieron que interrumpir el acto antes de tiempo.
Y es que, pese a tener reconocido por ley el derecho de faltar a su puesto de trabajo durante este día, muchos musulmanes no consiguen ejercerlo. «La Constitución reconoce las libertades religiosas y la ley nos otorga un tiempo libre tanto para las oraciones colectivas del viernes como para las dos fiestas del Aid.
El problema es que el Gobierno estableció que debe haber un acuerdo entre el empresario y el trabajador y en muchos casos, el empleado se encuentra en un estado de indefensión que le impide ejercer este derecho», lamenta Othman Gómez. Año tras año, se muestran esperanzados de estrechar la mano a más 'hermanos' y dirigirles este día la felicitación «¡Eid Mubarak!».
Islam España es el portal del islam en lengua española , un proyecto de futuro para la convivencia,la cooperación y el diálogo.
BILBAO,02.10.08,elcorreodigital.com,ESTIBALIZ SANTAMARÍA.-
rezaron en el polideportivo de San Ignacio. / F. GÓMEZEl martes a las 20.13 horas asomó el primer halo de luna nueva y con él terminó el Ramadán para los musulmanes. Tras la noche, con los primeros rayos de luz, más de 2.000 fieles de Alá se congregaron en el polideportivo de San Ignacio para celebrar que han superado el mes santo y con él, el ayuno. Durante cerca de hora y media, realizaron una multitudinaria oración -el salat- y un imán les dio sus bendiciones con la jutba -el sermón-. A media mañana los fieles iniciaron su mayor fiesta del año entre abrazos, besos y fuertes apretones de manos. «Nos reunimos todos los hermanos para celebrar que hemos superado el Ramadán y que comienza un nuevo año en el que tenemos que mejorar», resumió Abdulá Vicente, miembro de la organización del festejo.
Es un día de tradiciones para la comunidad islámica. Es costumbre estrenar ropa, usar vestimenta blanca y, antes de la oración, desayunar algo dulce, sobre todo dátiles. Para los niños también es el día de la ilusión, algo similar a los Reyes Magos de los católicos. Ayer, tras la oración, todos los pequeños revoloteaban por el frontón del polideportivo en busca de su regalo. Después, les esperaban castillos hinchables, juegos y payasos para rematar la celebración.
La comunidad islámica ha vivido en septiembre sus días más especiales del año, «el mes santo en el que limpias tu interior, y hoy celebramos que hemos realizado ese paso con esta fiesta», explica Abdulá Vicente. En estas semanas, los musulmanes no prueban bocado mientras haya luz solar y, al anochecer, rompen el ayuno con una oración y una comida llamada Iftar. También es tradición aprovechar las tardes para visitar a los allegados ya que «otro de los objetivos del Ramadán es reforzar los lazos comunitarios. No se trata simplemente de dejar de comer, beber y fumar».
«Un día de alegría»
El comienzo y el final del Ramadán dependen del calendario lunar. Arranca y termina con la luna nueva. «Hoy podemos saber con antelación esas fechas. Llamas al centro meteorológico y te lo dicen exactamente, pero antaño alguien debía subir al monte o mirar al cielo en el desierto y esperar a que la luna saliera para correr la voz rápidamente», recuerda Abdulá. Esto supone que el mes del Ramadán cambie año tras año. «Se va adelantando diez días, así que en poco tiempo lo celebraremos en pleno agosto».
El propio imán comenzó la jutba celebrando que el de ayer era «un día de alegría y felicidad», y eso se notaba en las caras. Los fieles no ocultaban su satisfacción por haber superado el mes santo y haberlo celebrado en comunidad. Claro que no todos pudieron hacerlo y muchos tuvieron que interrumpir el acto antes de tiempo.
Y es que, pese a tener reconocido por ley el derecho de faltar a su puesto de trabajo durante este día, muchos musulmanes no consiguen ejercerlo. «La Constitución reconoce las libertades religiosas y la ley nos otorga un tiempo libre tanto para las oraciones colectivas del viernes como para las dos fiestas del Aid.
El problema es que el Gobierno estableció que debe haber un acuerdo entre el empresario y el trabajador y en muchos casos, el empleado se encuentra en un estado de indefensión que le impide ejercer este derecho», lamenta Othman Gómez. Año tras año, se muestran esperanzados de estrechar la mano a más 'hermanos' y dirigirles este día la felicitación «¡Eid Mubarak!».
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