Investigador de la vida y obra de Al Idrissi, Hamed Liazid, imam de la mezquita Sidi Embarek además de investigador, analiza la vida y obra del cartógrafo coincidiendo con la celebración desde hoy y hasta el viernes del Congreso internacional titulado ‘El mundo del geógrafo ceutí Al Idrissi’.
“Con el Renacimiento europeo comienza la búsqueda de una identidad científica, y Al Idrissi se concibe como un genio mundial, de modo que desde entonces recibe un mejor trato por parte de Oriente y Occidente”, explica Liazid, quien asegura que Cristóbal Colón y Fernando de Magallanes tomaron como referencia sus mapas para las existosas exploraciones en las que cruzaron el Océano Atlántico.
La figura de Al Idrissi alcanza su máximo esplendor en una época, siglos XI y XII, V y VI en el calendario musulmán, “que se identifica con el apogeo de Ceuta como una de las capitales científicas del mundo”, apunta Liazid. Considerado uno de los “genios ceutíes” y experto en jurisprudencia islámica, Al Kadi Ayyad, el célebre geógrafo y cartógrafo representa una época “en el que Ceuta estaba a la cabeza de las ciencias islámicas: historia, geografía, humanidades, medicina, entre otras disciplinas”, añadió.
Al Idrissi tuvo un gran papel en la “evolución de la civilización mundial”, indicó Liazid, para lamentar no obstante que persiste el “silencio y olvido” de aquellos autores del “Occidente islámico (Andalucía, Marruecos, Argelia y Túnez y Libia) que escribieron libros sobre su obra”, explicó el imam.
Algunos de los autores a los que se refiere Liazid, los más destacados son Assela Ibn Pascual, Attak Mila Ibn Alabbar, Selat Assela Ibn Azzubeir y Addailwa Attak MIla Ibn Abdelmalik.
Sin embargo, en la bibliografía del “Oriente islámico” existen anotaciones “pobres que no llegan a dar ni de cerca ni de lejos en la figura de Al Idrissi”, describe Liazid, porque las menciones al geógrafo están vinculadas a Roger II, rey de Sicilia, “un emperador sabio, enamorado de las ciencias y que rindió respeto y admiración a este sabio”.
Los volúmenes en los que se trata en mayor profundidad la trayectoria del cartógrafo son, señaló el investigador ceutí: Jalil Ben Aibac Assafadi, en ‘Al Wafi Bi Alwafaiat’; Ibn Osaibiha, en ‘Oiun Al Anbaaa’, tratado sobre su faceta médica y que recoge esta disciplina desde la perspectiva persa a la roma; y Al Himad Al Asbahani en ‘Jarida Al Kasr Wayarida Al Aasr’.
La nobleza de este célebre ceutí tiene tres vertientes: “El árbol genealógico de Al Idrissi arranca con Fatima Azzahraa, hija del Profeta Muhammad; es nieto del fundador del estado Idrissí en Marruecos y nieto de los hamudíes idrissíes que fundaron el reino de los Idrissis desde Málaga hasta Ceuta”, argumentó Liazid.
Liazid lanza una cuestión al aire: “¿Por qué se han silenciado las fuentes de arabistas occidentales y orientales sobre la figura del Al Idrissi.
Un ceutí en la corte siciliana
Aldo Mieli, arabista y orientalista italiano, investigó el mapa mundi que Al Idrissi forjó en la corte siciliana del emperador Roger II (Mileto, 1095-Palermo, 1154), quien ejerciera de mecenas del geógrafo y cartógrafo ceutí, indicando que sólo se mantuvo íntegro siete años. Según explicó Hamed Liazid, investigador además de imam de la mezquita Sidi Embarek, tras el fallecimiento del rey en 1154 d.C. los rebeldes fragmentaron la carta y se la repartieron como botín.
El valor del mapamundi, orientado en sentido inverso al utilizado actualmente, es decir, el norte abajo y el sur arriba, residía en que estaba moldeado “sobre una placa de plata de 150 kilogramos, con una superficie de tres metros y medio de longitud por un metro y medio de anchura”, comentó Liazid.
“Gracias a Dios y en beneficio de la humanidad se salvaron las cartas originales y, básandose en ellas, se pudo reconstruir el mapa mundi con posterioridad”, explicó el imam de Sidi Embarek. Su recuperación se debe a Conrado Mouller, aclaró Liazid, después de analizar en profundidad la guía explicativa de Al Idrissi ‘Nuzht Al Mushtaq Fi Ijtiraq Alafaq’ hasta que finalmente, en 1931, se lanzó una nueva edición coloreada y editada en lengua latina.
Posteriormente, un órgano científico iraquí, a cargo de Mohamed Bahyat Al Azari y Yawad Alí, la tradujo al árabe en 1951, plasmándolo en una superficie de dos metros de largo y uno de ancho, explicó Liazid.
“Disperso entre apodos y nombres”
Hamed Liazid, imam de la mezquita Sidi Embarek, achaca que la figura de Al Idrissi esté desvirtuada a que los investigadores han atribuido diversos nombres y apodos al geógrafo y cartógrafo ceutí, de modo que su biografía ha quedado “dispersa”.
“Existe cierto desconcierto en cuanto al verdadero nombre de Al Idrissi, se le describe con varios nombres y las fuentes islámicas no reúnen todas las facetas que cultivó este sabio”, explica el investigador. Sin embargo, Liazid apuesta por añadir a su nombre el título de ‘el ceutí o assabti’, para identificarlo con la ciudad que le vio nacer y a la que volvió una vez consideró que su labor en el reino de Sicilia había concluido. “Debería ser llamado así al ser hijo de Ceuta”, añade.
Algunos, según comenta Liazid, le denominaron ‘al cherif’ o ‘hamudi’, un cambio de nombres que “desorientó a muchos investigadores que no han conseguido aglutinar toda su obra”, indicó el investigador.
Pero, si hay algo que sostiene Liazid es el linaje noble de Al Idrissi, para lo que analiza su árbol genealógico y establece detalladamente las generaciones que le distan de Fatima Azzahraa, hija del Profeta Muhammad. “Su nombre completo es Acharif Al idrissi Assabti Abu Abdillah Mohamed Ben Abdillah Ben Idriss Ben Yahyah Ben Alí Ben Hammud Ben Maimun Ben Ahmed Ben Alí Ben Abdillah Ben Omar Ben Idriss Ben Idriss Ben Abdila Ben Al Hassan Ben Al Hassan Ben Alí Ben Abitalib Wa Ben Fatima Azzahraa hija del Profeta Muhammad (sas).
En cuanto a su fallecimiento, continúa Liazid, se produjo en Ceuta. El imam hace referencia a la obra ‘Pensadores del islam’, del barón de Cardofou y al arabista italiano Aldo Mieli para documentar su retorno a la ciudad natal, mientras que toma al ruso Krachiouski para indicar que la muerte tuvo lugar en Ceuta, así como al sabio e investigador marroquí Abdelá Genoun.
Liazid propone unos versos de Al Idrissi para despedir al sabio: “Una vergüenza volver de la cola de Oriente a la de Occidente / Me siento sorprendido por cómo me pierdo en mi soledad después de que mi pensamiento lograra lo increíble / Y sufro la muerte de sed entre personas que han repartido entre ellas los regalos de las nubes”.
4 facetas
1. Cartógrafo y geógrafo: Al Idrissi destacó en el campo de la Geografía y confeccionó un mapa mundi de una “exactitud y precisión sorprendentes” para la época y a tenor de los medios técnicos disponibles además de “inédito hasta el momento”, en palabras de Hamed Liazid, imam de la mezquita Sidi Embarek e investigador. Junto al mapa hecho en plata, Al Idrissi escribió una guía explicativa del mismo bajo el título ‘Nuzht Al Mushtaq Fi Ijtiraq Alafaq’, “uno de los libros sobre geografía más consultados de la historia”, apuntó Liazid.
2 Medicina natural: La naturopatía o medicina natural fue otra disciplina cultivada por Al Idrissi, tal y como queda reflejado en su obra ‘Al Yameo Lisefat Achtat Annabat’. “El célebre geógrafo ceutí tradujo el nombre de cientos de plantas en las cinco o seis lenguas que hablaba”, explicó Liazid. Al Idrissi investigó a cerca de los beneficios corporales de la aplicación medicinal de estas plantas, legado que otros “médicos han tenido cuenta con posterioridad”, en palabras del imam de la mezquita Sidi Embarek.
3 Poeta: La “delicadeza, soltura y las bellas frases que hacen sentir a la personas el eco de sus palabras” son algunas de las características que Liazid atribuye al perfil lírico de Al Idrissi. El ceutí canta a la soledad, la vida y el amor, especialmente “cuando vaga por el mundo”, subraya el investigador. El imam recita una de sus composiciones: “Oh mi poesía, ¿dónde está mi tumba? / Se perdió en la soledad de mi vida / Mis ojos no han dejado de ver lo deseado en la tierra y el mar / He tratado con gentes del bien y el mal / Pero no encontré ni vecino ni hogar como el que llevo en mi pecho / Como si hubiera marchado y girado sólo entre muerte y tierras yermas”.
4. Asesor de Roger II: (Mileto, 1095 - Palermo, 1154), rey de Sicilia, confió en Al Idrissi como asesor hasta su fallecimiento, hecho que desató una revuelta en la región. El sucesor de Roger I alabó la producción cartográfica del ceutí, del cual fue su mecenas, hasta el punto de ser nombrado uno de sus consejeros. Al morir, Al Idrissi volvió a Ceuta ya que sentía que su trayectoria en Sicilia había terminado, comentó Liazid.
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