Más de 5.000 fieles se reunieron ayer en la Feria de Muestras de Zaragoza para celebrar el final del Ramadán.
Zaragoza,02-10-2008,heraldo.es,PAULA FIGOLS.
La Feria de Muestras de Zaragoza se convirtió ayer en una gran mezquita para celebrar el fin del Ramadán. JUAN CARLOS ARCOS
Ayer no fue un miércoles cualquiera para miles de musulmanes. La luna creciente de la noche anterior marcó el final del Ramadán, mes de ayuno y abstinencia para los musulmanes. La fiesta del fin del Ramadán -conocida como Aid al Fitr- se celebró en Aragón con rezos multitudinarios y reuniones familiares. En Zaragoza se reunieron ayer por la mañana más de 5.000 musulmanes en la Feria de Muestras -la celebración más numerosa de Aragón- y en el centro deportivo de La Granja.
La falta de una gran mezquita obliga a las comunidades islámicas a alquilar estos recintos para sus fechas señaladas. El Aid al Fitr es el principal día festivo del calendario musulmán, junto con la Fiesta del Cordero, que se celebra dentro de dos meses y medio. Durante el Ramadán, siguiendo los preceptos del Corán, los musulmanes se abstienen de comer, beber, fumar y mantener relaciones sexuales desde el alba y hasta que se pone el sol. Mujeres embarazadas, enfermos y niños están exentos. Es un mes de autocontrol y mucha espiritualidad. La tradición islámica cuenta que durante el Ramadán -el noveno mes del calendario lunar islámico-, Dios reveló el Corán a Mahoma.
La inmigración ha generalizado la celebración del Ramadán en la Comunidad Autónoma. La Unión de Comunidades Islámicas de Aragón estima que en la región viven unos 35.000 musulmanes, magrebíes y subsaharianos principalmente, pero también españoles y conversos. Algunos recordaban cómo hace unos 20 años, cuando celebraban por primera el Aid al Fitr en Zaragoza, apenas se reunieron unas decenas de personas. La imagen, ayer, en la Feria de Zaragoza era la de una fiesta muy colorida.
Sobre las nueve de la mañana comenzaron a llegar los primeros al pabellón 10, reconvertido en gran mezquita por un día. Unos vestían tradicionales chilabas, otros traje o vaqueros. Es una fiesta muy familiar: acudieron niños, mayores y ancianos. Los pequeños se saltaron por un día las clases y los adultos pidieron fiesta en el trabajo (tienen reconocido el derecho a solicitar esta jornada como día festivo). Los organizadores, la Unión de Comunidades Islámicas de Aragón, dispusieron ayer diez autobuses desde diversos puntos de la ciudad para trasladar a los participantes hasta la Feria.
Alfombras hacia la Meca
Tras los saludos, los musulmanes fueron colocando sus alfombras sobre el frío suelo de la Feria, orientadas hacia el Este, hacia la Meca. En la parte delantera siempre se colocan los hombres y unos metros más atrás, las mujeres. Poco después de las 10.30 -se esperó a los rezagados-, el imán llamó a la oración y se hizo el silencio en el pabellón. El rezo duró unos cinco minutos y después el imán -un egipcio que habitualmente dirige las oraciones en la mezquita de la Comunidad Islámica de Zaragoza, en el barrio Oliver- pronunció el sermón. Otro miembro de la Comunidad, Abdelkader Aarab, intervino después en español para aquellos que no entienden el árabe.
"El Ramadán es un mes de gran esfuerzo para los musulmanes, tanto de cuerpo como de pensamiento. Hoy se termina la abstinencia y es un día de gran alegría. Tras el rezo, la gente se reúne en familia y los niños reciben regalos, como en la Navidad cristiana", explicó Fawaz Nahhas, español de origen sirio, presidente de la Unión de Comunidades Islámicas de Aragón, mientras a su alrededor correteaban los niños, y se saludaban hombres y mujeres.
Tras la oración, habían preparado dulces y pastas. "El ayuno se hace duro. Hoy es un día de alegría y de fiesta, después de un mes de recogimiento y obediencia a Dios", afirmaba Abassia Semrouni, argelina que lleva 10 años en España. Su hija Amel, de 16, sonreía a su lado. "No se hace tan duro. Solo en gimnasia pasaba sed y hambre. Mis profesores de instituto y mis amigos entienden que yo haga el Ramadán", señalaba esta joven, que hace unos meses decidió ponerse el pañuelo. "Al principio, mis compañeros de clase se sorprendieron, pero ahora lo ven como algo normal, no le dan importancia", apuntaba Amel, que estudia en el Instituto Pablo Serrano y quiere hacer la carrera de Medicina.
"Hoy es un día muy importante para nosotros. Nos gusta pasarlo con la familia y los amigos", afirmaban Kaliloiu Bibaga y Ahhaji Camara, gambianos. "El jefe lo entiende y me ha dado dos días de fiesta", señalaba Kalilou, que trabaja de chófer.
Islam España es el portal del islam en lengua española , un proyecto de futuro para la convivencia,la cooperación y el diálogo.
Zaragoza,02-10-2008,heraldo.es,PAULA FIGOLS.
La Feria de Muestras de Zaragoza se convirtió ayer en una gran mezquita para celebrar el fin del Ramadán. JUAN CARLOS ARCOSAyer no fue un miércoles cualquiera para miles de musulmanes. La luna creciente de la noche anterior marcó el final del Ramadán, mes de ayuno y abstinencia para los musulmanes. La fiesta del fin del Ramadán -conocida como Aid al Fitr- se celebró en Aragón con rezos multitudinarios y reuniones familiares. En Zaragoza se reunieron ayer por la mañana más de 5.000 musulmanes en la Feria de Muestras -la celebración más numerosa de Aragón- y en el centro deportivo de La Granja.
La falta de una gran mezquita obliga a las comunidades islámicas a alquilar estos recintos para sus fechas señaladas. El Aid al Fitr es el principal día festivo del calendario musulmán, junto con la Fiesta del Cordero, que se celebra dentro de dos meses y medio. Durante el Ramadán, siguiendo los preceptos del Corán, los musulmanes se abstienen de comer, beber, fumar y mantener relaciones sexuales desde el alba y hasta que se pone el sol. Mujeres embarazadas, enfermos y niños están exentos. Es un mes de autocontrol y mucha espiritualidad. La tradición islámica cuenta que durante el Ramadán -el noveno mes del calendario lunar islámico-, Dios reveló el Corán a Mahoma.
La inmigración ha generalizado la celebración del Ramadán en la Comunidad Autónoma. La Unión de Comunidades Islámicas de Aragón estima que en la región viven unos 35.000 musulmanes, magrebíes y subsaharianos principalmente, pero también españoles y conversos. Algunos recordaban cómo hace unos 20 años, cuando celebraban por primera el Aid al Fitr en Zaragoza, apenas se reunieron unas decenas de personas. La imagen, ayer, en la Feria de Zaragoza era la de una fiesta muy colorida.
Sobre las nueve de la mañana comenzaron a llegar los primeros al pabellón 10, reconvertido en gran mezquita por un día. Unos vestían tradicionales chilabas, otros traje o vaqueros. Es una fiesta muy familiar: acudieron niños, mayores y ancianos. Los pequeños se saltaron por un día las clases y los adultos pidieron fiesta en el trabajo (tienen reconocido el derecho a solicitar esta jornada como día festivo). Los organizadores, la Unión de Comunidades Islámicas de Aragón, dispusieron ayer diez autobuses desde diversos puntos de la ciudad para trasladar a los participantes hasta la Feria.
Alfombras hacia la Meca
Tras los saludos, los musulmanes fueron colocando sus alfombras sobre el frío suelo de la Feria, orientadas hacia el Este, hacia la Meca. En la parte delantera siempre se colocan los hombres y unos metros más atrás, las mujeres. Poco después de las 10.30 -se esperó a los rezagados-, el imán llamó a la oración y se hizo el silencio en el pabellón. El rezo duró unos cinco minutos y después el imán -un egipcio que habitualmente dirige las oraciones en la mezquita de la Comunidad Islámica de Zaragoza, en el barrio Oliver- pronunció el sermón. Otro miembro de la Comunidad, Abdelkader Aarab, intervino después en español para aquellos que no entienden el árabe.
"El Ramadán es un mes de gran esfuerzo para los musulmanes, tanto de cuerpo como de pensamiento. Hoy se termina la abstinencia y es un día de gran alegría. Tras el rezo, la gente se reúne en familia y los niños reciben regalos, como en la Navidad cristiana", explicó Fawaz Nahhas, español de origen sirio, presidente de la Unión de Comunidades Islámicas de Aragón, mientras a su alrededor correteaban los niños, y se saludaban hombres y mujeres.
Tras la oración, habían preparado dulces y pastas. "El ayuno se hace duro. Hoy es un día de alegría y de fiesta, después de un mes de recogimiento y obediencia a Dios", afirmaba Abassia Semrouni, argelina que lleva 10 años en España. Su hija Amel, de 16, sonreía a su lado. "No se hace tan duro. Solo en gimnasia pasaba sed y hambre. Mis profesores de instituto y mis amigos entienden que yo haga el Ramadán", señalaba esta joven, que hace unos meses decidió ponerse el pañuelo. "Al principio, mis compañeros de clase se sorprendieron, pero ahora lo ven como algo normal, no le dan importancia", apuntaba Amel, que estudia en el Instituto Pablo Serrano y quiere hacer la carrera de Medicina.
"Hoy es un día muy importante para nosotros. Nos gusta pasarlo con la familia y los amigos", afirmaban Kaliloiu Bibaga y Ahhaji Camara, gambianos. "El jefe lo entiende y me ha dado dos días de fiesta", señalaba Kalilou, que trabaja de chófer.
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