El Centro de restauración de la Fundación Santa María ha iniciado la recuperación del tramo de la muralla medieval que bordea el aparcamiento de la explanada de Doña Blanca, en la parte alta de Albarracín. Los trabajos de restauración se alargarán hasta mediados de noviembre.
Esta muralla se corresponde con la que rodeaba el escarpe del meandro, cercando el primer emplazamiento de la ciudad, en el extremo sur de la misma. La muralla, que recorría este cerramiento es la que delimitó la primera medina musulmana, que se construyó en el siglo X.
La muralla coincide con un muro de proporciones diferentes y distinta apariencia, muy degradado y oculto por la acumulación de suciedad y el seto vegetal, que en décadas anteriores se instaló en su remate, como saneamiento estético de este sector de la localidad.
Este mismo alibustre ha servido como límite y barrera de seguridad del aparcamiento que se ha acabado instalando en la explanada situada al pie de la torre de Doña Blanca.
Según han informado desde la Fundación Santa María de Albarracín, el trabajo inicial ha consistido en la limpieza del sector y el acondicionamiento para su adecuado trabajo, teniendo en cuenta que se sitúa en la empinada ladera que cae hacia el río Guadalaviar. Después se han instalado los andamios, y se han iniciado los trabajos más minuciosos de excavación y localización de los restos de esta muralla, bajo la supervisión de un arqueólogo.
La muralla medieval pretende restaurarse según el convenio firmado con la Dirección General de Patrimonio, en dos años consecutivos. El sector por el que se va a empezar la intervención es el más próximo al Museo de Albarracín, con un aspecto mucho más degradado, en el que en principio se conservan bajo un potente espesor de rellenos, los restos de la antigua muralla cuya capa externa del muro ha desaparecido casi en su totalidad.
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Esta muralla se corresponde con la que rodeaba el escarpe del meandro, cercando el primer emplazamiento de la ciudad, en el extremo sur de la misma. La muralla, que recorría este cerramiento es la que delimitó la primera medina musulmana, que se construyó en el siglo X.
La muralla coincide con un muro de proporciones diferentes y distinta apariencia, muy degradado y oculto por la acumulación de suciedad y el seto vegetal, que en décadas anteriores se instaló en su remate, como saneamiento estético de este sector de la localidad.
Este mismo alibustre ha servido como límite y barrera de seguridad del aparcamiento que se ha acabado instalando en la explanada situada al pie de la torre de Doña Blanca.
Según han informado desde la Fundación Santa María de Albarracín, el trabajo inicial ha consistido en la limpieza del sector y el acondicionamiento para su adecuado trabajo, teniendo en cuenta que se sitúa en la empinada ladera que cae hacia el río Guadalaviar. Después se han instalado los andamios, y se han iniciado los trabajos más minuciosos de excavación y localización de los restos de esta muralla, bajo la supervisión de un arqueólogo.
La muralla medieval pretende restaurarse según el convenio firmado con la Dirección General de Patrimonio, en dos años consecutivos. El sector por el que se va a empezar la intervención es el más próximo al Museo de Albarracín, con un aspecto mucho más degradado, en el que en principio se conservan bajo un potente espesor de rellenos, los restos de la antigua muralla cuya capa externa del muro ha desaparecido casi en su totalidad.
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