Un grupo de turistas observa los restos arqueológicos bajo el suelo de la Mezquita|MADERO CUBERO
Fernando Arce publica un artículo en el que defiende que ni el registro documental ni mucho menos las excavaciones realizadas permiten afirmar la existencia de un complejo cristiano bajo el monumento
El arqueólogo del Centro de Ciencias Humanas y Sociales del Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), Fernando Arce, ha publicado un demoledor artículo en el que desmonta el mito de la existencia de la basílica de San Vicente o de cualquier otro complejo episcopal bajo la Mezquita-Catedral.
Publicado en Al-Andalus y la Historia, una revista de divulgación dirigida al gran público al que pretende ofrecer las últimas investigaciones acerca del pasado andalusí, el artículo, titulado ¿Hubo un precedente cristiano en el origen de la mezquita de Córdoba?, advierte de que “el tópico de la suplantación de los espacios sagrados, surgido sin base empírica, se esfuma cuando se ha excavado” bajo el templo.
En este sentido, defiende que es el registro arqueológico el que particularmente desmonta el mito de la existencia de un barrio episcopal bajo la Mezquita, ya que, si bien no han sido muchas las excavaciones realizadas, sí son “suficientes para poder descartar que este sector urbano contara con algún edificio religioso que fuera necesario eliminar como paso previo a la construcción de la aljama”.
“Esto vale tanto para iglesias como para mezquitas ya que, no lo olvidemos, hay relatos que hablan de templos cristianos mientras que otros aluden a mezquitas”, indica este experto, que ha llegado a exponer esta teoría en un congreso de cultura mozárabe organizado por el Cabildo.
En este ámbito, recuerda que las campañas excavatorias “más extensas y ambiciosas” se desarrollaron en los años 30 del siglo pasado y que “los resultados fueron del todo desmitificadores” ya que, según los propios testimonios de los arqueólogos, “nada apareció que pudiera asimilarse a la basílica esperada”. A su juicio, habría que bajar “hasta los niveles más profundos, romanos, sepultados por los anteriores, para encontrar restos de cierta monumentalidad y calidad ejecutoria”.
Esta hablando de los restos que pueden ser contemplados a través de un cristal en el suelo de la Mezquita-Catedral. “Se le dice al visitante que son parte de la basílica de San Vicente. Falso. Se trata de un ámbito doméstico, residencial, erigido en torno al siglo IV”, aclara este experto, que añade que las excavaciones de los años 90 y la última de 2017 “siguen sin aportar evidencias de un centro de culto arrasado”.
Turistas fotografiando el mihrab de la Mezquita Catedral de Córdoba | MADERO CUBERO
El “tópico” de la suplantación de los espacios sagrados “se esfuma cuando se ha excavado”
En definitiva, concluye que “el tópico de la suplantación de los espacios sagrados (de catedrales a aljamas), surgido sin base empírica, se esfuma cuando se ha excavado” tanto en Córdoba, como en otras ciudades como Zaragoza y Toledo, “bajo cuyas catedrales medievales encontramos los oratorios islámicos pero, si continuamos profundizando, no aparecen por ningún lado las catedrales visigodas”. Añade para refutar su hipótesis que hay otras partes de Córdoba en las que los referentes previos cristianos no fueron arrasados por los musulmanes, como puede ser Cercadilla, donde convivieron las iglesias y la primera mezquita, levantada en el siglo X.
Siguiendo ese hilo, Arce concluye que “por lógica y casuística” la catedral de Córdoba premusulmana “tiene que ser una de las ubicadas en el medio urbano cordobés”, y su apuesta es que estaba en la Iglesia de San Acisclo, puesto que “hay obispos enterrados en su necrópolis (lápida del obispo Lampadio muerto en 549, anillo del obispo Sansón sin fecha); y la información textual árabe-cristiana muestra una fuerte vinculación entre esta iglesia y autoridad episcopal”.
En lo que respecta a las pruebas documentales sobre la existencia de la basílica de San Vicente, entiende el investigador del CSIC que “el dosier documental ofrece más bien confusión”. “Reunidas todas, siempre procedentes del canal documental árabe, se ofrecen situaciones diversas, irreconciliables. Unas dicen que Abderramán I construyó su mezquita sobre una mezquita anterior que se remontaba a los tiempos de la conquista. Otras que había una iglesia pero que no estaba siendo compartida. Luego, como no, la de la iglesia de San Vicente, y otra que dice que el templo cristiano que se derribó no estaba en la sala de oración sino en lo que pasó a ser el patio de la aljama”, enumera Arce.
El arqueólogo concluye que solo “la lectura más conservadora” de las fuentes documentales podría sostener que “la implantación musulmana sería, más bien, una suplantación simbólica y material”.
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