La RAE es referente en todo el hemisferio de habla hispana y los criterios se fundamentan en el diálogo con las Academias de la Lengua Española del mundo.
La Academia no cambia de criterio, pero introduce un anexo para explicar más detalladamente sus argumentos al Gobierno
La Real Academia Española (RAE) aprobará esta tarde el dictamen sobre el lenguaje inclusivo en la Constitución que le solicitó, en dos ocasiones, la vicepresidenta del Gobierno Carmen Calvo. Como ya publicó ABC, la Academia no ha encontrado razones para cambiar su criterio ampliamente aceptado en el ámbito de la lengua española en su análisis meticuloso del texto constitucional. Según ha podido confirmar este periódico, el documento defiende como correcta la redacción de la Carta Magna aprobada por las Cortes y en referéndum en 1978, pero ha extendido sus trabajos durante más de un mes para realizar una revisión completa del documento que la vicepresidenta del Gobierno tendrá mañana mismo sobre su mesa.
De hecho, el informe «Lenguaje inclusivo y Constitución», realizado de manera paritaria por dos académicas, Paz Battaner e Inés Fernández Ordóñez, y dos académicos, Ignacio Bosque y Pedro Álvarez de Miranda, ha sido enriquecido con un nuevo anexo en esta segunda ocasión, cuya finalidad, según comentan fuentes de la RAE a ABC, no es otra que explicar de manera más detallada los motivos en los que se asienta el criterio de la Docta Casa.
Lo cierto es que el dictamen no se aparta un ápice de la ortodoxia gramatical ya expresada repetidamente por la RAE y de hecho cuenta con el respaldo prácticamente unánime de los académicos. La conclusión es que la Constitución está bien redactada desde el punto de vista inclusivo.
Al ser un criterio claramente contrario al expresado por miembros del Gobierno y sobre todo ahora con la coalición en la que ha entrado Unidas Podemos, que lleva en su nombre el género femenino, la decisión de la RAE será leída críticamente con bastante seguridad. Por ser un dictamen solicitado por la Vicepresidencia, hoy no será hecho público su contenido, ni hasta que exista autorización gubernamental.
En el anexo, por los motivos antedichos, se han extendido los argumentos de peso gramatical y científico por el que la institución mantiene su criterio sin cambios y también, al parecer, se han puesto ejemplos de constituciones como la de Colombia y sobre todo Venezuela, en las que la introducción de la duplicación ha generado problemas.
Derechos y libertades fundamentales
Fuentes con conocimiento del caso expresan a ABC la preocupación que ha sobrevolado entre los juristas, puesto que la reforma del texto para duplicar con lenguaje inclusivo podría oscurecer la interpretación del texto. «Y la cuestión de la claridad es esencial en un texto Constitucional porque de ella dependen derechos y libertades fundamentales que podrían ver modificada su interpretación, lo mismo que podría ocurrir con las caracterísitas y atribuciones de las instituciones del Estado».
La primera versión del dictamen fue solicitada por Carmen Calvo en la comisión de Igualdad del Congreso de los Diputados y la academia lo puso en marcha en 2018, cuando era director todavía Darío Villanueva. La aceptación del encargo causó cierta tensión ya que algunos académicos consideraban que la RAE había dejado ya expresada la doctrina gramatical suficientemente.
Pasada la cita electoral de abril de 2019, ya en verano, Carmen Calvo insistió en el encargo el pasado verano. En palabras dichas entonces por el nuevo director de la RAE, Santiago Muñoz Machado, la institución debía concluir el trabajo y atender el encargo. Proceso que concluye hoy con la aprobación del nuevo informe.
Informe técnico y neutral
Al final, el criterio no cambia porque es el que siempre ha defendido la RAE y «el único respaldado por el uso mayoritario de la lengua». El resultado, tras la revisión realizada en los Plenos celebrados en diciembre y enero, es un «informe técnico y neutral» cuya base está, a pesar de la invasión de duplicidades de género que escuchamos en los debates políticos, en la norma que es aceptada por todos los hablantes.
Ya en el «Libro de estilo de la lengua española» la RAE dejaba claro de por dónde ha ido y sigue yendo su opinión: son innecesarias todas las variables del doble género (los inclusivos «todos y todas», «todxs», «todes» o «tod@s»). Además, el género masculino, «por ser el no marcado, puede abarcar el femenino en ciertos contextos».
Cabe recordar que, en su última entrevista con ABC, Muñoz Machado recordaba que la RAE haría un estudio razonable y razonado del caso: «Si la RAE es consultada para saber si la Constitución está bien o mal redactada, con mucho gusto lo estudiamos. Si es para solicitar un impulso de la Academia para que haya cambios en el lenguaje, tengo que decir que eso no nos corresponde», concluye.
En su día, Calvo anunció que llevaría el informe a la Comisión Constitucional y a la de Igualdad del Congreso. Es posible que, visto el resultado, la vicepresidenta comprenda que gramaticalmente hablando no es posible otra solución. O tal vez no valore el esfuerzo realizado por la institución cultural más valorada en el mundo hispano.
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