martes, 26 de julio de 2016

División por una mezquita

Barcelona,21/07/2016,elmundo.es,JORDI PASCUAL


La asociación de vecinos de Can Bel se manifestó el sábado contra la mezquita en su barrio, al considerar que el diálogo con el Ayuntamiento es una farsa. MARGA CRUZ

El Ayuntamiento de Pineda negocia con los vecinos y la comunidad islámica el traslado de un espacio de culto en el centro de la ciudad

La calle Eivissa, en el centro de Pineda de Mar, a duras penas tiene una pista polideportiva y una casa en cada extremo. Es la ubicación pensada por la comunidad islámica para trasladar su centro de culto actual, situado a pocos metros del posible nuevo enclave. Pero parte de los ciudadanos no lo ven claro y, organizados en la asociación de vecinos de Can Bel, reiteran que se tiene que buscar otra ubicación. «Somos más de 2.000 personas y tenemos razones diversas, sólo pedimos al Ayuntamiento que rectifique», razona Joan Anton Ruiz, secretario de la asociación.El conflicto viene de lejos. Ya en el 2012 se planteó hacer una mezquita en el barrio de Les Creus y en 2013, en Poblenou. «Se negaron los vecinos y punto», explica Anton. 

Pero entrado 2016, la idea que se planteaba desde hacía meses de construir un centro de culto en el barrio del Carme tomó fuerza. En el mes de marzo, el director general de Asuntos Religiosos de la Generalitat, Santi Vendrell, visitó el municipio y esclareció que, a diferencia de lo que algunos rumores decían, no se trataba de una macromezquita. De hecho, de construirse, tendrá ocho metros cuadrados menos que el actual centro de culto en la calle Sant Jordi.La negativa vecinal no cedió y tan sólo un mes después, ante la presión de la asociación de Can Bel y del Carme, el Ayuntamiento hizo una asamblea en la que el alcalde, el socialista Xavier Amor, intentó explicar ante una audiencia de 200 personas que la construcción seguiría los trámites urbanísticos correspondientes. Pero no convenció. Los vecinos no ponen en duda la legalidad sino que reivindican su voluntad de incidir en la configuración de su barrio. Poco después empezaron las movilizaciones en contra del nuevo centro de culto.

En el pleno de mayo se aprobó una moción presentada por Pineda Sí Pot, PSC, CiU y Ciutadans sobre un plan de inversión para la mejora del barrio donde se incluía una mesa de trabajo sobre el centro de culto. A cambio, se pararon las movilizaciones. La propuesta prosperó con el voto favorable de todos los grupos políticos y, a día de hoy, la mesa está en marcha con la participación de vecinos, representantes de la comunidad islámica y del Ayuntamiento. Un mes después de su inicio, la asociación de Can Bel considera que el diálogo es una farsa y ya prepara nuevas movilizaciones. «Presentamos 20 propuestas para una ubicación alternativa y las descartaron todas menos una de la que ya no sabemos nada más», explica Anton. Ya el sábado hubo un corte de carretera del que se desvincularon las asociaciones de vecinos del Carme y Bellamar, que siguen confiando en las negociaciones. 

Aparte de provocar las quejas de los conductores, la marcha también tuvo su momento de tensión cuando un joven que participaba en la movilización empujó a otro joven negro que iba en bicicleta. Los mossos ayudaron al agredido a recoger sus pertenencias y a recolocar la rueda de la bicicleta que había quedado torcida. Aunque el chico insistía en poner una denuncia, finalmente se fue mientras los manifestantes intentaban calmar al agresor diciéndole que la culpa es del alcalde.Mientras los vecinos dicen no estar en contra de la libertad de culto, colectivos como Joves per la Terra del Alt Maresme lamentan los discursos xenófobos. En un comunicado apuntaron directamente al que hizo el portavoz del PP, Diego Sánchez, en el pleno de mayo. Según el colectivo, un discurso «contrario al diálogo y a la negociación» que intentaba «polarizar aún más las posiciones, llegando a mostrar intolerancia y humillación al colectivo islámico».

Tras el corte de carretera, el gobierno municipal publicó un comunicado en el que dice que la movilización «pone en riesgo la continuidad de las conversaciones» ya que es «incompatible con la voluntad de diálogo». A su vez, critican la asistencia del portavoz del PP y agradecen «la responsabilidad» mostrada por las asociaciones de Bellamar y del Carme por no participar en la protesta. Se comprometen, además, a convocar una nueva reunión durante esta semana.

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