jueves, 28 de julio de 2016

Abogada cubana: Defensora de la comunidad musulmana

Cuba,28-07-2016,centrotampa.com,Juan Carlos Chávez


Díaz tomó el ejemplo paternal como una brújula de vida.

Los padres de Thania Díaz salieron de Cuba en los años setenta. La revolución comunista de Fidel Castro ya tenía una década en el poder y el freno a las libertades de la población cubana silenciaban los esfuerzos democráticos del movimiento opositor.

“De ellos aprendí el valor de vivir en un país de libertades y el respeto por los derechos de los demás”, dijo Díaz. “Eso es algo que no tiene precio”.

Los padres de Díaz se establecieron en Estados Unidos para mejorar sus condiciones de vida y conocer el ‘sabor’ de la libertad. Con el tiempo se mudaron a Cayo Hueso y sembraron la semilla de un negocio próspero, el restaurante El Mesón de Pepe.

“Mis padres empezaron con una bodega, algo muy modesto, donde se vendía sándwich cubano y esas cosas. Luego abrieron un restaurante”, comentó Díaz. “Lo que lograron es motivo de mucho orgullo para la familia”.

Esas condiciones de la Cuba que dejaron los padres de Díaz y el esfuerzo conjunto para salir adelante, no pasaron en vano. De hecho, fueron un elemento fundamental para que, más temprano que tarde, una joven Díaz comenzara a enfocar su atención en la defensa de los derechos de las personas, la libertad de religión y la justicia social.

Su gusto por las leyes y el academicismo marcaron un nuevo sello para la familia, más dedicada al comercio y la venta de comida.

“Crecí en un ambiente de restaurantes”, recordó Díaz. “Pero decidí que quería ser abogada y así fue que comencé trabajando en varias oficinas de Cayo Hueso como asistente. Fueron mis primeros pasos en la atención de los problemas sociales y civiles”.

Díaz es la menor de tres hermanos y la primera en alcanzar un título universitario en Leyes. A sus 32 años es la directora del Departamento de Derechos Civiles del Consejo de Relaciones Islámico-Americanas (CAIR, por sus siglas en inglés), en Florida.

El CAIR es una organización no gubernamental que se estableció en el 2001 para luchar no solo contra los estereotipos de los musulmanes y del islam sino defender las libertades civiles de la población ciudadana y minorías. El grupo, de alcance nacional, tiene oficinas en Tampa y Pembroke Pines, en Florida.

La oficina de Díaz es sencilla pero efectiva. Opera como un centro que abre sus puertas para monitorear y seguir el curso de denuncias y todo aquello que represente un abuso contra los derechos civiles. Pero es también un punto que combate la discriminación que afecta a la comunidad musulmana y a las minorías en un amplio abanico de temas.

El objetivo del CAIR es que se respeten los derechos de la gente y se alcance un entendimiento mutuo, al tiempo que se fomente el diálogo constructivo, la justicia y la comprensión social.

La multiplicación de objetivos exige un alto compromiso y dedicación de Díaz.

“Por eso nosotros tratamos de enseñar lo que es el islam y lo que no es. Hacemos esto a través de entrevistas con la prensa, reportes, seminarios y clases con la comunidad”, comentó Díaz.

La agenda no es sencilla.

Después de los atentados suicidas de París, en noviembre del 2015, la comunidad musulmana en general ha sido blanco de mayor presión y asedio. Los atentados terroristas en la capital francesa y el suburbio de Saint-Denis causaron la muerte de 137 personas y más de 400 resultaron heridas.

Los ataques fueron reivindicados por el llamado Estado Islámico, un grupo terrorista que no tiene nada que ver con la religión, el sentido de unión y los valores que profesa la comunidad musulmana en el mundo.

Sin embargo, según el CAIR e informes de agencias internacionales de noticias, se ha registrado un aumento del vandalismo contra mezquitas y centros islámicos, así como ataques de odio y amenazas de violencia.

A escala nacional las denuncias de acoso y la retórica antiislámica han llegado a cuestionar la política de refugiados. Las declaraciones de candidatos presidenciales y algunos gobernadores que se oponen a la llegada al país de refugiados de países como Siria han puesto más obstáculos para un entendimiento oportuno.

En meses recientes CAIR denunció ataques aislados contra mezquitas en los estados de Texas, Nebraska y Florida. Asimismo informó sobre disparos contra el domicilio de una familia musulmana en Orlando y grafitis con amenazas contra un estudiante egipcio en la Universidad de Connecticut.

En el estado de Florida los delitos de odio contra los musulmanes en esta campaña electoral no han sido la excepción, según CAIR, incluyendo denuncias de acoso escolar y vejaciones a las mujeres que visten el hiyab (velo musulmán) .

Los temores en tiempos de convulsión política y social exigen una entrega mayúscula, añadió Díaz. En ese sentido, la abogada cubanoamericana precisó que la desinformación no es un mal menor entre los hispanos.

“Hay mucho desconocimiento sobre la comunidad musulmana y hay una gran diferencia con esas personas que hacen cosas horribles contra la humanidad”, precisó Díaz.

El trabajo y compromiso de Díaz ha fortalecido aún más el rol de CAIR en Florida precisamente cuando más se necesita.

Wilfredo A. Ruiz, director de Comunicaciones de CAIR, dijo que el apoyo y profesionalismo de Díaz han sido fundamentales en el avance de la entidad. Calificó el trabajo de la abogada cubanoamericana de ejemplo de superación para la comunidad hispana y la mujer floridana.

“La colega Thania Díaz Clevenger ha sido instrumental en lograr el nivel organizacional superior que goza el Departamento de Derechos Civiles del CAIR”, comentó Ruiz en un correo electrónico enviado a CENTRO Tampa. “Sobre su espalda está dirigir un departamento que vela por los derechos civiles de minorías étnicas y religiosas. Esa labor, dada la coyuntura política que vivimos los hispanos y los musulmanes, es una labor crítica, necesaria y encomiable”.

En la misma frecuencia de ideas se refirió Bilal Saleh, miembro del consejo ejecutivo del Islamic Society of New Tampa.

“Durante años ella ha mostrado un compromiso para servir a la comunidad musulmana de la Florida y tratar de comprender nuestras prácticas religiosas y culturales”, comentó Saleh. “Ha sido decisiva en la transformación del departamento jurídico y una institución de la que la comunidad puede sentirse orgullosa y depender en tiempos de necesidad”.

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