Londres,16/09/2013,EFE.
Una mujer musulmana que será juzgada en el Reino Unido por un delito de intimidación deberá quitarse el velo cuando preste declaración, aunque podrá conservarlo durante las vistas judiciales, según determinó hoy un magistrado en Londres.
El juez Peter Murphy, del tribunal de Blackfriars, sur de Londres, tomó esta decisión después de que la mujer, de 22 años -cuya identidad y detalles de su caso no han sido revelados,- había indicado que no se quitaría el velo durante el proceso. Durante una audiencia hoy en ese tribunal, Murphy señaló que la acusada "es libre, en general, de llevar el 'niqab' durante el proceso judicial; (pero) si la acusada presta declaración, debe quitarse el 'niqab' durante su testimonio".
Así, si la acusada se negara a acatar la orden del juez durante el proceso, podría ser encarcelada por desacato a un tribunal. Los abogados de esta mujer, que hasta la fecha se ha negado a quitarse el velo y mostrar su rostro ante cualquier hombre, alegan que obligar a su clienta a retirarse el velo contra sus deseos supondría una infracción de sus derechos humanos e iría contra la tolerancia del Reino Unido a la vestimenta islámica.
El juez Murphy afirmó hoy que "este tribunal podría utilizar sus poderes para hacer lo que pueda para aliviar cualquier incomodidad, por ejemplo, permitiendo el uso de pantallas o permitiéndole prestar declaración a través de vídeoenlace". No obstante, aunque la mujer empleara una pantalla para proteger su rostro de las miradas de las personas que presencian el juicio en la sala, es "crucial" que el juez, los miembros del jurado y los abogadas le vean la cara, según Murphy.
El magistrado explicó que pedirle que se descubra el rostro para prestar declaración no es "discriminación contra la religión", sino que se trata de "preservar el Estado de derecho en una sociedad democrática". Según Murphy, hay una "acuciante necesidad" de abordar el asunto de si las mujeres implicadas en procesos judiciales deberían poder mantener el velo puesto en el tribunal.
El juez admitió que la acusada, que durante la vista de 90 minutos escuchó con el "burka" y el "niqab" puestos en todo momento, tiene derecho a manifestar su religión o creencia, al tiempo que observó que esa mujer no es la única persona con derechos implicada en el juicio. El magistrado consideró que "deben considerarse los derechos de todos los participantes en el juicio" y recordó que el tribunal "tiene el máximo respeto por todas las creencias religiosas, tradiciones y prácticas".
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