viernes, 16 de julio de 2010

La mezquita de Sant Antoni está cerrada desde la detención del imán

SANT ANTONI,16/07/2010,diariodeibiza.es,RAÚL SÁNCHEZ.

La mezquita de Sant Antoni lleva cerrada desde el martes, cuando fue detenido el imán. VICENT MARÍ

Sorpresa entre la comunidad musulmana por el arresto del líder espiritual, aunque la mayoría prefiere no hablar del tema. «Por el momento voy a seguir llevando a mi hija a la escuela», comenta una mujer

La mezquita de Sant Antoni, en la que los fieles musulmanes se reunían habitualmente varias veces al día para rezar, permanece cerrada desde el martes, día en el que fue detenido el imán Kharin, un hombre nacido en Marruecos que dirige la liturgia en este lugar, ubicado en el edificio Reco d´en Pep, perpendicular a la calle Isidor Macabich, en la zona de ses Variades.

La comunidad musulmana de Sant Antoni ha reaccionado con sorpresa ante la detención del imán, aunque la mayoría de las personas consultadas ayer por la mañana prefirieron no hacer declaraciones. A día de hoy hay censados 1.537 hombres y mujeres de países que profesan el Islam en Sant Antoni, según los datos facilitados por el Ayuntamiento, 1.488 de ellos de Marruecos y el resto de Irán, Irak, Emiratos Árabes, Argelia, Arabia Saudí y Afganistán, según datos del Consistorio.

La Guardia Civil arrestó el martes al imán, al que acusa de un delito de malos tratos y lesiones por golpear con una vara a doce alumnos de la escuela de cultura árabe. Además, los agentes del Equipo Mujer-Menor (Emume) desplazados desde Mallorca detuvieron al hombre que le ayuda a impartir las clases a los niños, también de nacionalidad marroquí.

La Policía Local de Sant Antoni comenzó a investigar hace dos meses lo que sucedía en las clases de cultura árabe, después de recibir la denuncia de varios padres. De la investigación de la Guardia Civil se desprende que los niños recibían golpes con una vara en la cabeza, en los brazos y en la espalda.

El imán, que está en libertad al igual que su ayudante, negó en su declaración ante el juez haber golpeado nunca a los pequeños. «No creo que sea verdad que pegase a los niños», comentó ayer Kharin, un argelino residente en Sant Antoni, uno de los pocos musulmanes que quiso hablar con la prensa. «No soy practicante, me gusta más la cerveza», ironizó este hombre en una peluquería de la calle Vara de Rey de Sant Antoni. «¿Dónde están las denuncias?», se preguntaba.

Imposible localizar al imán

Muchas personas conocen al imán, que suele frecuentar un bar, un locutorio y una peluquería árabe de la calle Vara de Rey, según comentaron ayer varios musulmanes. Sin embargo, ayer no fue posible localizarlo.

Tampoco quisieron añadir nada más a lo ya publicado varios miembros de diferentes comunidades islámicas. Uno de ellos incluso, comentó que la Policía le había «recomendado» no hablar más con la prensa.

Anissa, una mujer nacida en Marruecos que reside en Sant Antoni, recibía la noticia de la detención del imán Kharin sentada en un banco de un pequeño parque situado al lado de una conocida frutería de la avenida de Isidor Macabich.

Anissa, que llevaba puesto el velo islámico, tiene una niña, Marian, de cuatro años de edad, que asiste a las clases de la escuela de cultura árabe. «Llevo a Marian a la escuela para que aprenda el Corán y mantenga la cultura de mi país», explicó ayer Anissa, que dijo «no saber nada» de la detención del imán. «En principio voy a seguir llevando a la niña a las clases de cultura árabe», añadió esta mujer. Por el momento lo va a tener complicado porque la mezquita, donde se impartían las clases, lleva cerrada desde el martes.

Anissa y Kharin fueron los únicos musulmanes que quisieron hablar ayer sobre la detención del imán, a pesar de que fueron muchos los consultados.
«No molestan, al revés, no se meten con nadie», explicaron Manuel León, de 80 años, y Juana Reina, de 78 años, un matrimonio sevillano afincado en Sant Antoni desde hace doce años, que viven justo al lado de la mezquita. «Suelen rezar dentro aunque a veces lo hacen en el patio», comentó Reina. «Una vez incluso me invitaron a probar su comida», añadió esta vecina.

«Suelen venir a rezar casi todos los días a las dos de la tarde y a veces por la tarde, casi siempre dentro de la mezquita aunque a veces salen fuera», corroboró el camarero del bar El Barrio, anexo a la mezquita. «Nunca entran en el local», añadió. Este hombre considera, al igual que todos los vecinos españoles consultados, que «los musulmanes que acuden a rezar a la mezquita son pacíficos y no causan problemas».

«Los rezos no nos molestan»

«No hay ruido, no hay campanas, los rezos no nos molestan», comentó ayer otro vecino, que prefirió no facilitar su nombre y que explicó, al igual que otras personas, que todos los que acuden a la mezquita son hombres, a veces acompañados por niños, y que la afluencia aumenta en el Ramadán.

«No dan problemas, vienen muchos con sus hijos y algunos son clientes nuestros», explicó Estefi, secretaria de la Autoescuela Sant Antoni, ubicada en el edificio Reco d´en Pep, a unos diez metros de la mezquita. «A veces arreglan coches en los aparcamientos de tierra de ses Variades», añadió Estefi, que, como la mayoría de los vecinos, no conoce al imán.

«En general no tenemos problemas con la comunidad musulmana y desde el Ayuntamiento no vamos a prejuzgar», comentó por su parte el concejal de Gobernación, José Ramon Serra, Pilot, que recordó que el trabajo de los dos policías tutores que trabajan en Sant Antoni ha sido clave en esta investigación.

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