Cuando se encontraron los primeros textos aljamiados, algunos estudiosos pensaron que estaban escritos en una lengua extraña. Una especie de turco o de árabe desconocido. ¿Qué eran esos escritos escondidos entre los muros de adobe de las casas, envueltos en blancas telas de lino y con piedras de sal dentro?
Libro de dichos maravillosos.
Debía ser brujería, secretos masónicos (aunque en el tiempo en el que se escribieran no se supiera qué era eso) o pócimas mágicas, Pero los textos aljamiados (siglo XVI) que se conservan no son más que testimonios de amor, de religión, de leyes o del día a día.
Tras un tiempo de investigación se vio claro que esas extrañas escrituras están narradas en castellano puro y duro (más bien antiguo) pero con caracteres árabes. Tal vez porque sus autores, los últimos moriscos que vivieron en España, no querían perder una parte de sus orígenes, su hermosa caligrafía que tan alabada es en el Islam. Y tal vez porque ya estaban tan integrados en la sociedad española de su tiempo que no sabían hablar más que el español.
De eso hace, por lo menos, 400 años. Por eso, aprovechando el IV Centenario de la expulsión de los moriscos por Felipe III (1609-1614), la Biblioteca Nacional acoge hasta el 26 de septiembre la exposición "Memoria de los moriscos. Escritos y relatos de una diáspora cultural", organizada por la Sociedad Estatal de Conmemoraciones Culturales.
La escritura aljamiada (un término que viene del árabe 'algamiyah' que era como se conocía a las lenguas extranjeras) tuvo su mayor auge en el Valle del Jalón aragonés. De las antiguas viviendas de barro se han rescatado la mayoría de las escrituras que ahora se muestran por primera vez al público.
En total, más de 300.000 moriscos tuvieron que abandonar sus tierras, dejar sus casas y su país. Muchos ya se habían convertido al cristianismo obligados por ley, pero el mestizaje de las dos religiones se mantenía vivo en su escritura y en sus vidas.
De hecho, la mayoría de los textos aljamiados que pueden verse en la exposición tratan aspectos de la religión pero de un modo sincrético. Como el Poema de Yusuf, una de las muestras más importantes que, en romance aragonés y caracteres árabes, cuenta la historia de José que aparece en el Génesis pero siguiendo la tradición coránica. O el tratado del Mancebo de Arévalo, un autor importantísimo para esta tradición que recorrió el país hablando con musulmanes a escondidas de la Santa Inquisición.
Pero no sólo de religión vivían los moriscos, en la exposición también pueden apreciarse manuscritos de fábulas al más puro estilo 'Las mil y una noches', viajes imaginarios, cuentos, anotaciones sobre la vida diaria o testimonios sobre la pérdida de la libertad personal y de las leyes antiguas.
Además, en estos manuscritos del siglo XVI la belleza de las ilustraciones que los adornan y el misterio que envolvió la producción hace nazca una conexión virtual entre el misterio que guarda lo expuesto en el presente y uno de los periodos más oscuros de nuestra historia, sólo con un simple paseo.
La exposición se completa con algunos textos de la literatura musulmana escrita en castellano, como la primera edición en español del Corán; testimonios recogidos por la Inquisición que reflejan la persecución angustiosa a la que fueron expuestos años antes de su expulsión y la tercera fase de la tradición de la literatura aljamiada, la que continuaron escribiendo en el norte de África los exiliados de su país, los expulsados de España.
Islam España es el portal del islam en lengua española , un proyecto de futuro para la convivencia,la cooperación y el diálogo.
Libro de dichos maravillosos.
Debía ser brujería, secretos masónicos (aunque en el tiempo en el que se escribieran no se supiera qué era eso) o pócimas mágicas, Pero los textos aljamiados (siglo XVI) que se conservan no son más que testimonios de amor, de religión, de leyes o del día a día.
Tras un tiempo de investigación se vio claro que esas extrañas escrituras están narradas en castellano puro y duro (más bien antiguo) pero con caracteres árabes. Tal vez porque sus autores, los últimos moriscos que vivieron en España, no querían perder una parte de sus orígenes, su hermosa caligrafía que tan alabada es en el Islam. Y tal vez porque ya estaban tan integrados en la sociedad española de su tiempo que no sabían hablar más que el español.
De eso hace, por lo menos, 400 años. Por eso, aprovechando el IV Centenario de la expulsión de los moriscos por Felipe III (1609-1614), la Biblioteca Nacional acoge hasta el 26 de septiembre la exposición "Memoria de los moriscos. Escritos y relatos de una diáspora cultural", organizada por la Sociedad Estatal de Conmemoraciones Culturales.
La escritura aljamiada (un término que viene del árabe 'algamiyah' que era como se conocía a las lenguas extranjeras) tuvo su mayor auge en el Valle del Jalón aragonés. De las antiguas viviendas de barro se han rescatado la mayoría de las escrituras que ahora se muestran por primera vez al público.
En total, más de 300.000 moriscos tuvieron que abandonar sus tierras, dejar sus casas y su país. Muchos ya se habían convertido al cristianismo obligados por ley, pero el mestizaje de las dos religiones se mantenía vivo en su escritura y en sus vidas.
De hecho, la mayoría de los textos aljamiados que pueden verse en la exposición tratan aspectos de la religión pero de un modo sincrético. Como el Poema de Yusuf, una de las muestras más importantes que, en romance aragonés y caracteres árabes, cuenta la historia de José que aparece en el Génesis pero siguiendo la tradición coránica. O el tratado del Mancebo de Arévalo, un autor importantísimo para esta tradición que recorrió el país hablando con musulmanes a escondidas de la Santa Inquisición.
Pero no sólo de religión vivían los moriscos, en la exposición también pueden apreciarse manuscritos de fábulas al más puro estilo 'Las mil y una noches', viajes imaginarios, cuentos, anotaciones sobre la vida diaria o testimonios sobre la pérdida de la libertad personal y de las leyes antiguas.
Además, en estos manuscritos del siglo XVI la belleza de las ilustraciones que los adornan y el misterio que envolvió la producción hace nazca una conexión virtual entre el misterio que guarda lo expuesto en el presente y uno de los periodos más oscuros de nuestra historia, sólo con un simple paseo.
La exposición se completa con algunos textos de la literatura musulmana escrita en castellano, como la primera edición en español del Corán; testimonios recogidos por la Inquisición que reflejan la persecución angustiosa a la que fueron expuestos años antes de su expulsión y la tercera fase de la tradición de la literatura aljamiada, la que continuaron escribiendo en el norte de África los exiliados de su país, los expulsados de España.
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