Zaragoza,04/11/2008,heraldo.es,J.L. SOLANILLA.
En la sala del antiguo matadero se exponen hasta 33 piezas de destacados maestros y sus discípulos.
Decía Sami Efendi, un destacado caligrafista islámico que desarrolló su trabajo en los siglos XIX y XX, que leer una bella caligrafía es como oler el aroma de un tulipán. Seguro que disfrutaría ahora de la exposición que se inauguró ayer en una de las salas del Centro de Artesanía de Aragón, convertido en tarro de esencias aromáticas gracias a las 33 obras de caligrafía islámica pertenecientes a la escuela otomana, que se pueden ver hasta el próximo día 28.
La muestra ha sido posible gracias a la artista Nuria García Masip (Ibiza, 1978), en quien, a finales de los noventa, se despertó un profundo interés por el arte islámico, a raíz de un viaje a Marruecos. En el año 2000, comenzó a estudiar en Estados Unidos el arte de la caligrafía con el profesor Mohamad Zakariya, y cuatro años después se trasladó a Estambul, donde continuó estudiando con los más destacados creadores de la escuela otomana, que ha logrado mantener el arte caligráfico en su máximo nivel durante los últimos cinco siglos.
A través de un riguroso sistema de transmisión de maestro a discípulo, la cadena inicática no ha sido interrumpida desde que se creó esta escuela a mediados del siglo XV, con la conquista de Constantinopla por el sultán Mehmet el Conquistador.
La escritura árabe fue ennoblecida por el Islam y se convirtió en el principal medio de expresión artística islámica. La exposición, la primera de este estilo que llega a España, incluye 33 piezas de varios autores, entre ellos algunos de los principales maestros calígrafos de Estambul, así como de varios de sus principales alumnos, como la española Nuria García Masip, que es también la comisaria de esta exposición. Nuria García practica tanto el arte de la caligrafía en sí como el de la iluminación, que es un universo paralelo que requiere años de estudio y aprendizaje. Para iluminar una caligrafía se utiliza pan de oro de distintos quilates con el fin de obtener las diferentes tonalidades.
En la exposición se exhiben también algunos de los útiles empleados en el arte de la caligrafía, como el cálamo, caña que se hace con junco o bambú y cuyo tamaño varía en función del estilo y el grosor de las líneas y figuras caligráficas. Hay además diferentes hojas del papel utilizado, cuya elaboración es también artesanal. Las obras contienen generalmente ideas y referencias religiosas, aunque también las hay que se inspiran en motivos místicos o amorosos.
La exposición, que puede visitarse de lunes a sábado, de 12.00 a 14.00 y de 17.00 a 20.00, fue inaugurada con la presencia de Juan Carlos Trillo, director general de Comercio y Artesanía de la DGA.
Islam España es el portal del islam en lengua española , un proyecto de futuro para la convivencia,la cooperación y el diálogo.
En la sala del antiguo matadero se exponen hasta 33 piezas de destacados maestros y sus discípulos.
Decía Sami Efendi, un destacado caligrafista islámico que desarrolló su trabajo en los siglos XIX y XX, que leer una bella caligrafía es como oler el aroma de un tulipán. Seguro que disfrutaría ahora de la exposición que se inauguró ayer en una de las salas del Centro de Artesanía de Aragón, convertido en tarro de esencias aromáticas gracias a las 33 obras de caligrafía islámica pertenecientes a la escuela otomana, que se pueden ver hasta el próximo día 28.
La muestra ha sido posible gracias a la artista Nuria García Masip (Ibiza, 1978), en quien, a finales de los noventa, se despertó un profundo interés por el arte islámico, a raíz de un viaje a Marruecos. En el año 2000, comenzó a estudiar en Estados Unidos el arte de la caligrafía con el profesor Mohamad Zakariya, y cuatro años después se trasladó a Estambul, donde continuó estudiando con los más destacados creadores de la escuela otomana, que ha logrado mantener el arte caligráfico en su máximo nivel durante los últimos cinco siglos.
A través de un riguroso sistema de transmisión de maestro a discípulo, la cadena inicática no ha sido interrumpida desde que se creó esta escuela a mediados del siglo XV, con la conquista de Constantinopla por el sultán Mehmet el Conquistador.
La escritura árabe fue ennoblecida por el Islam y se convirtió en el principal medio de expresión artística islámica. La exposición, la primera de este estilo que llega a España, incluye 33 piezas de varios autores, entre ellos algunos de los principales maestros calígrafos de Estambul, así como de varios de sus principales alumnos, como la española Nuria García Masip, que es también la comisaria de esta exposición. Nuria García practica tanto el arte de la caligrafía en sí como el de la iluminación, que es un universo paralelo que requiere años de estudio y aprendizaje. Para iluminar una caligrafía se utiliza pan de oro de distintos quilates con el fin de obtener las diferentes tonalidades.
En la exposición se exhiben también algunos de los útiles empleados en el arte de la caligrafía, como el cálamo, caña que se hace con junco o bambú y cuyo tamaño varía en función del estilo y el grosor de las líneas y figuras caligráficas. Hay además diferentes hojas del papel utilizado, cuya elaboración es también artesanal. Las obras contienen generalmente ideas y referencias religiosas, aunque también las hay que se inspiran en motivos místicos o amorosos.
La exposición, que puede visitarse de lunes a sábado, de 12.00 a 14.00 y de 17.00 a 20.00, fue inaugurada con la presencia de Juan Carlos Trillo, director general de Comercio y Artesanía de la DGA.
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