SALOU,24/09/2009,elperiodico.com,RAFAEL MORALES.
Serigne Mame Mor Mbacke, vestido con una túnica blanca, durante su visita a Salou. Foto: EL PERIÓDICO
Medio millar de senegaleses reciben un líder musulmán en la localidad de la Costa Daurada
Medio millar de senegaleses han llenado de colorido esta mañana la plaza de la Pau de Salou (Tarragonès). La visita del líder religioso musulmán Serigne Mame Mor Mbacke se ha convertido en un auténtico acontecimiento para la numerosa colonia de senegaleses que reside en la capital de la Costa Daurada. Mbacke, que ha llegado acompañado por el cónsul de Senegal en España, Ibrahima Diallo, ha sido recibido por el alcalde de la localidad, Pere Granados (Fups).
Salou no solo es la capital del turismo de masas de la Costa Daurada. Salou es la meca en Catalunya y en España de los emigrantes de Senegal. Con más de 2.000 senegaleses empadronados y entre 1.000 y 1.500 más sin empadronar, según los cálculos que hacen ellos mismos, la ciudad tarraconense se ha convertido en el primer destino en Catalunya y uno de los más importantes en toda España de los emigrantes de este país africano. Granollers y Terrassa, Madrid y Granada, no andan lejos, pero los senegaleses de Salou se han incrustado en el tejido social y, si no fuera por el intenso negro de su piel, pasarían tan inadvertidos como el resto de los ciudadanos.
"Si miras por la calle enseguida se ve a los negros, pero si no fuera por el color no destacarían tanto", comenta con cierta sorna Thierno Thiam, presidente de la asociación Colectivo de Senegaleses Salou-Tarragona, para explicar la buena integración que él y sus compatriotas han conseguido.
Integración
Los planes institucionales de acogida a los inmigrantes y el que de forma paralela ejecuta el Ayuntamiento de Salou están dando sus frutos, aunque no todo sea de color rosa. La crisis está siendo mala para todos. "Hay muchos que ahora se han quedado sin trabajo, pero el principal problema sigue siendo el de los que no tienen papeles", dice Thiam, un hombretón que va vestido con una túnica y desprende una aureola venerable que confirma el saludo reverente de todos los paisanos con los que se cruza.
Callejear por el centro de Salou constata que la ciudad no tiene el perfil habitual de la Costa Daurada. El hecho diferencial está en que más del 40% de sus casi 30.000 habitantes (en verano triplica la población) son extranjeros. Entre estos, el 6,03% son senegaleses y le siguen los rumanos (3,09%) como la comunidad extranjera más numerosa. Pero como dice Thiam, los senegaleses se ven mucho más. Están por todas partes, en grupos que hablan tranquilamente en la calle, haciendo las compras o atendiendo a sus clientes en los numerosos comercios que regentan.
Servicio de acogida
El 95% de los senegaleses de Salou son de religión musulmana, este es el motivo de que hayan estado atareados desde antes del verano preparando la visita del marabú. "Fundamentalmente, trabajan en los sectores de servicios y comercio. Están tan integrados que, el otro día, la colla castellera realizó una actividad para que participaran y ha tenido un éxito impresionante", explica Ana Narbona, la concejal responsable del departamento de inmigración del ayuntamiento.
"Estamos poniendo los medios para que cualquier persona que venga de fuera se sienta bien acogida e informada sobre la realidad de Salou, de sus derechos y de sus deberes, y de los servicios que presta el ayuntamiento", añade.
En el servicio de acogida asesoran sobre la burocracia necesaria para el empadronamiento, para tramitar el pasaporte y la tarjeta de asistencia sanitaria, pero también les enseñan las normas básicas de "comportamiento cívico para que se adapten y respeten las costumbres del lugar donde están", dice Narbona. Entre esas costumbres están las de no acumular basuras en las viviendas, llevarlas a los contenedores en los horarios previstos, respetar el descanso de los vecinos y otras por el estilo.
Recelos
"No es fácil", confiesa Alpha Ailoune, un dakariano de 34 años que lleva cinco años en Salou y ha abierto las puertas del cielo a la administración local y a los senegaleses con su trabajo como mediador en el ámbito de la salud y de servicios sociales. "Muchos de ellos han sufrido un cambio radical. Salen del campo, de viviendas sin agua y sin luz, se suben a un avión y aterrizan en un lugar donde todo es diferente", justifica.
Pero este mediador, que habla ocho idiomas y estudió educación física y derechos humanos en Dakar, aporta otro punto de vista diferente a la integración de los senegaleses en Salou. "Los estamos intentando educar para que se integren, pero todavía existen barreras. La gente de aquí todavía mira con recelo a los negros. También habría que trabajar en la educación de los españoles para que acepten a los emigrantes", reclama.
Islam España es el portal del islam en lengua española , un proyecto de futuro para la convivencia,la cooperación y el diálogo.
Serigne Mame Mor Mbacke, vestido con una túnica blanca, durante su visita a Salou. Foto: EL PERIÓDICO
Medio millar de senegaleses reciben un líder musulmán en la localidad de la Costa Daurada
Medio millar de senegaleses han llenado de colorido esta mañana la plaza de la Pau de Salou (Tarragonès). La visita del líder religioso musulmán Serigne Mame Mor Mbacke se ha convertido en un auténtico acontecimiento para la numerosa colonia de senegaleses que reside en la capital de la Costa Daurada. Mbacke, que ha llegado acompañado por el cónsul de Senegal en España, Ibrahima Diallo, ha sido recibido por el alcalde de la localidad, Pere Granados (Fups).
Salou no solo es la capital del turismo de masas de la Costa Daurada. Salou es la meca en Catalunya y en España de los emigrantes de Senegal. Con más de 2.000 senegaleses empadronados y entre 1.000 y 1.500 más sin empadronar, según los cálculos que hacen ellos mismos, la ciudad tarraconense se ha convertido en el primer destino en Catalunya y uno de los más importantes en toda España de los emigrantes de este país africano. Granollers y Terrassa, Madrid y Granada, no andan lejos, pero los senegaleses de Salou se han incrustado en el tejido social y, si no fuera por el intenso negro de su piel, pasarían tan inadvertidos como el resto de los ciudadanos.
"Si miras por la calle enseguida se ve a los negros, pero si no fuera por el color no destacarían tanto", comenta con cierta sorna Thierno Thiam, presidente de la asociación Colectivo de Senegaleses Salou-Tarragona, para explicar la buena integración que él y sus compatriotas han conseguido.
Integración
Los planes institucionales de acogida a los inmigrantes y el que de forma paralela ejecuta el Ayuntamiento de Salou están dando sus frutos, aunque no todo sea de color rosa. La crisis está siendo mala para todos. "Hay muchos que ahora se han quedado sin trabajo, pero el principal problema sigue siendo el de los que no tienen papeles", dice Thiam, un hombretón que va vestido con una túnica y desprende una aureola venerable que confirma el saludo reverente de todos los paisanos con los que se cruza.
Callejear por el centro de Salou constata que la ciudad no tiene el perfil habitual de la Costa Daurada. El hecho diferencial está en que más del 40% de sus casi 30.000 habitantes (en verano triplica la población) son extranjeros. Entre estos, el 6,03% son senegaleses y le siguen los rumanos (3,09%) como la comunidad extranjera más numerosa. Pero como dice Thiam, los senegaleses se ven mucho más. Están por todas partes, en grupos que hablan tranquilamente en la calle, haciendo las compras o atendiendo a sus clientes en los numerosos comercios que regentan.
Servicio de acogida
El 95% de los senegaleses de Salou son de religión musulmana, este es el motivo de que hayan estado atareados desde antes del verano preparando la visita del marabú. "Fundamentalmente, trabajan en los sectores de servicios y comercio. Están tan integrados que, el otro día, la colla castellera realizó una actividad para que participaran y ha tenido un éxito impresionante", explica Ana Narbona, la concejal responsable del departamento de inmigración del ayuntamiento.
"Estamos poniendo los medios para que cualquier persona que venga de fuera se sienta bien acogida e informada sobre la realidad de Salou, de sus derechos y de sus deberes, y de los servicios que presta el ayuntamiento", añade.
En el servicio de acogida asesoran sobre la burocracia necesaria para el empadronamiento, para tramitar el pasaporte y la tarjeta de asistencia sanitaria, pero también les enseñan las normas básicas de "comportamiento cívico para que se adapten y respeten las costumbres del lugar donde están", dice Narbona. Entre esas costumbres están las de no acumular basuras en las viviendas, llevarlas a los contenedores en los horarios previstos, respetar el descanso de los vecinos y otras por el estilo.
Recelos
"No es fácil", confiesa Alpha Ailoune, un dakariano de 34 años que lleva cinco años en Salou y ha abierto las puertas del cielo a la administración local y a los senegaleses con su trabajo como mediador en el ámbito de la salud y de servicios sociales. "Muchos de ellos han sufrido un cambio radical. Salen del campo, de viviendas sin agua y sin luz, se suben a un avión y aterrizan en un lugar donde todo es diferente", justifica.
Pero este mediador, que habla ocho idiomas y estudió educación física y derechos humanos en Dakar, aporta otro punto de vista diferente a la integración de los senegaleses en Salou. "Los estamos intentando educar para que se integren, pero todavía existen barreras. La gente de aquí todavía mira con recelo a los negros. También habría que trabajar en la educación de los españoles para que acepten a los emigrantes", reclama.
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