jueves, 27 de septiembre de 2018

Y a primera hora, clase de Islam

CALAHORRA/Logroño, 26 septiembre 2018,larioja.com,I. ÁLVAREZ/L.J. RUIZ


Karim Ettakkal Dahrouch, durante una clase de religión islámica impartida ayer en el colegio Madre de Dios de Logroño

Los cinco docentes de religión islámica ya se han estrenado en las aulas riojanas | «Es un Islam adaptado a los tiempos y a la sociedad. Mis alumnos son musulmanes riojanos», dice Karim Ettakkal, profesor en el colegio Madre de Dios.

Se llama Karim Ettakkal Dahrouch, nació en Tánger y tras más de 20 años en España, acaba de recalar en La Rioja para impartir clases de religión islámica. Él, además de otros seis docentes (cuatro más de Islam para 415 alumnos y dos de Religión Evangélica para 70), ha sido uno de los últimos en incorporarse a las aulas. Su primer contacto fue el 12 de septiembre (una semana más tarde de lo previsto) y en sus manos está la formación de cerca de 200 alumnos del colegio Madre de Dios de Logroño. Ni 'thobe' (túnica larga) ni 'taqiyah' (gorra de oración). Karim lleva tejanos granates y camisa blanca abierta que deja entrever un collar de plata. «Creo que esperaban a alguien con túnica y una gran barba», dice entre risas.

Su intenso acento delata un pasado andaluz. Llegó a Granada -«de manera legal», bromea- en 1996 y allí cursó Magisterio tras dos años de estudios islámicos en Tánger. Y a la sombra del Albaicín, desarrolló su vocación de educador social de menores en varios centros y colegios de la ciudad nazarí. Cuando recibió la llamada de la Comisión Islámica ofreciéndole un puesto de trabajo en La Rioja, no se lo pensó. Una semana después ya estaba en Logroño.

¿Cómo es una clase de Islam? «Hoy hemos hablado de la creación del mundo, de nuestros padres creadores, Adán y Eva, que estaban en el Paraíso», de la manzana... «Los valores son los mismos en todas las religiones y las clases son siempre en castellano. Solo se emplea el árabe para los versos del Corán, que después se traducen», explica Ettakkal poco después de despedir a una veintena de sus alumnos.

En Calahorra, en el colegio Quintiliano, es Hind la encargada de las clases. «Es algo que necesitaban los niños», dice tras comprobar la «ilusión» con la que sus alumnos musulmanes de Infantil y Primaria han recibido la asignatura en los primeros días de clase. Para ellos «todo es nuevo» y eran muchas sus dudas. «¿Va a ser en árabe?», preguntaban la mayoría de ellos el primer día de clase. «Ellos lo relacionan con la mezquita, donde se habla árabe, pero las clases son en castellano», apunta esta maestra, para quien los primeros días están resultando «muy gratificantes». El contenido de las clases explica que es el «pactado por la Comunidad Islámica y el Estado» y que «parte de los valores más importantes hasta la historia de los profetas». «Se intenta que sea lo más neutro, con una metodología adaptada para cada niño», precisa.

Javier Hernáez, director del centro logroñés durante más de 20 años, explicaba que la puesta en marcha de la asignatura se ha realizado con total normalidad, que Karim es ya uno más del claustro de docentes y que responde a la realidad del colegio, del barrio y de la sociedad. «En total son más de 200 niños matriculados», concreta.

Consciente de que la implantación de la asignatura ha despertado las fobias de más de uno, Ettakkal no entra en el debate. «No me preocupan los comentarios que vienen de fuera», dice al tiempo que invita «a todas las familias a un encuentro para explicarles la asignatura y lo que se imparte». Recuerda que «es una programación aprobada por el Ministerio de Educación y que en el caso de Melilla se imparte desde 1996. Hay máxima transparencia en lo que se imparte a los niños. Además existen muchos controles para quienes damos la clase. No sé si del Ministerio del Interior también, pero hemos tenido que pasar muchos filtros».

¿Como en las mezquitas? «Allí no se usan estos libros, son docentes que utilizan sus propias herramientas. En nuestro caso es todo más transparente y cercano y claro», defiende. No solo eso, es un Islam «adaptado a los tiempos y a la sociedad. Mis alumnos son musulmanes riojanos, no son una primera generación recién llegada y la tipología de las clases está adaptada. Todos estamos orgullosos de ser musulmanes y españoles y yo estoy aquí para ayudar», completa con una sonrisa perenne en los labios.

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