Peregrinos musulmanes rezan frente a la mezquita de Namira, en el Monte Arafat (AP)
El ascenso al monte Arafat es uno de los pilares de la peregrinación, la cual debe realizar todo musulmán por lo menos una vez en la vida. Es el sitio donde el profeta Mahoma pronunció su discurso de despedida y los musulmanes creen que este día las puertas del cielo se abren para responder a sus plegarias y otorgarles el perdón.
Casi tres millones de musulmanes que acudieron al peregrinaje anual conocido como el Haj en Arabia Saudí comenzaron el lunes a subir por el rocoso monte Arafat mientras entonaban cánticos tradicionales.
Los peregrinos vestidos de blanco iniciaron el ascenso al alba, convirtiendo el llamado Monte de la Misericordia en un interminable mar blanco, mientras el "Labaik Alá" o "Aquí estoy, oh Alá", reverberaba en sus laderas, destacó AP.
El ascenso al Arafat es uno de los pilares de la peregrinación, la cual debe realizar todo musulmán por lo menos una vez en la vida. Es el sitio donde el profeta Mahoma pronunció su discurso de despedida y los musulmanes creen que este día las puertas del cielo se abren para responder a sus plegarias y otorgarles el perdón.
Mientras ascendían, muchos de los peregrinos se veían agotados por la falta de sueño, luego de haber pasado la noche entera en oración. Voluntarios y vendedores repartían paquetes de comida y sombrillas para que los peregrinos se protegieran del inclemente sol.
Uno de los peregrinos, Wasim Ahmad, de Mumbai, India, dijo que este era su primer haj y que se sentía como un niño que vuelve a nacer.
"Hoy es como el día del juicio final", dijo el hombre de 29 años. "Hemos venido para orar a Alá... un nuevo niño ha nacido", agregó.
En solitario y evidentemente en su primer Haj, Um Sayed, una egipcia de 46 años, pedía indicaciones a otros peregrinos.
"No hay nada más grande que sentir que vas a reunirte con Alá", dijo. "El cuerpo entero se estremece", acotó.
Mina, Arafat y Muzdalifa son las tres estaciones de los peregrinos durante el haj, en el que recrean el camino del profeta Mahoma.
El Haj atrae a millones de musulmanes cada año y representa un reto para las autoridades, que intentan evitar estampidas en los sitios sagrados, incendios en los campamentos y la propagación de enfermedades.
Este año, las autoridades saudíes han tomado nuevas medidas para mejorar el control de multitudes, como un nuevo sistema de tren ligero para transportar a los peregrinos.
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