Amesterdam, 14 Octubre 2009,.rnw.nl, Por Klaas den Tek
La comunidad marroquí holandesa ha creado un grupo de acción para frenar el mal comportamiento de sus jóvenes. Los firmantes del manifiesto “Alto a la criminalidad de los jóvenes marroquíes” hacen un llamado a su propia gente, que hasta ahora se ha mostrado más bien pasiva pasiva en la lucha contra este problema.
“La sociedad holandesa se ve enfrentada a un creciente nivel de violencia y criminalidad causado por jóvenes marroquíes holandeses”, se lee en el manifiesto. Los jóvenes de otros grupos de población tienen mucho menos conflictos con la justicia que los de padres u origen marroquí.
Cultura callejera
Hassan Lamou es agente de policía en La Haya y ha firmado el manifiesto. Por su trabajo enfrenta a diario el problema, que en su opinión no ha sido bien abordado: en los últimos veinte años apenas han cambiado los métodos de ayuda social, mientras que la juventud causante de las dificultades exige otro tipo de soluciones.
“Los chicos han adquirido una cultura callejera”, dice Lamou. “Los asistentes sociales parecen no entender que los problemas han cambiado y por lo mismo se equivocan a menudo. A veces los jóvenes cometen desmanes y sus padres ni siquiera llegan a enterarse”.
Según Lamoe es importante informar a los padres. Así no pueden negar que sus hijos están causando dificultades. La comunidad debe asumir su responsabilidad. La información negativa es dañina para la comunidad marroquí y por lo mismo es necesario actuar de inmediato. “Queremos algo más que palabras”, agrega el agente de policía: “Queremos acciones concretas en varios terrenos; educación, mezquitas, barrios”.
Padres del barrio
Los firmantes del manifiesto quieren organizar jornadas temáticas y reuniones de información, en las que se hable de la mejor manera de abordar a la juventud y sus problemas.
En realidad no es la primera vez que la comunidad marroquí holandesa toma cartas en este asunto. En el pasado existieron los llamados “padres del barrio” que vigilaban a los chicos el vecindario. No obstante, según el criminólogo Frank van Gemert, de la Universidad Libre de Amsterdam, hay una clara diferencia entre los padres del barrio y el nuevo grupo de activistas.
“Los padres del barrio eran hombres marroquíes de la primera generación, ligados a un estilo de educación autoritario, duro, no bien aceptado en Holanda”, explica Van Gemert. “El nuevo grupo es una iniciativa de holandeses marroquíes jóvenes. Son personas que crecieron en este país y saben cómo funciona la sociedad. Es un cambio realmente positivo”.
El grupo de acción “Alto a la criminalidad entre los jóvenes holandeses” quiere hacer sentir su presión sobre los jóvenes criminales y controlar sus conductas de manera continua. De modo paralelo, mediante una tutoría intensiva, se les ayudará a encontrar un empleo.
Islam España es el portal del islam en lengua española , un proyecto de futuro para la convivencia,la cooperación y el diálogo.
La comunidad marroquí holandesa ha creado un grupo de acción para frenar el mal comportamiento de sus jóvenes. Los firmantes del manifiesto “Alto a la criminalidad de los jóvenes marroquíes” hacen un llamado a su propia gente, que hasta ahora se ha mostrado más bien pasiva pasiva en la lucha contra este problema.
“La sociedad holandesa se ve enfrentada a un creciente nivel de violencia y criminalidad causado por jóvenes marroquíes holandeses”, se lee en el manifiesto. Los jóvenes de otros grupos de población tienen mucho menos conflictos con la justicia que los de padres u origen marroquí.
Cultura callejera
Hassan Lamou es agente de policía en La Haya y ha firmado el manifiesto. Por su trabajo enfrenta a diario el problema, que en su opinión no ha sido bien abordado: en los últimos veinte años apenas han cambiado los métodos de ayuda social, mientras que la juventud causante de las dificultades exige otro tipo de soluciones.
“Los chicos han adquirido una cultura callejera”, dice Lamou. “Los asistentes sociales parecen no entender que los problemas han cambiado y por lo mismo se equivocan a menudo. A veces los jóvenes cometen desmanes y sus padres ni siquiera llegan a enterarse”.
Según Lamoe es importante informar a los padres. Así no pueden negar que sus hijos están causando dificultades. La comunidad debe asumir su responsabilidad. La información negativa es dañina para la comunidad marroquí y por lo mismo es necesario actuar de inmediato. “Queremos algo más que palabras”, agrega el agente de policía: “Queremos acciones concretas en varios terrenos; educación, mezquitas, barrios”.
Padres del barrio
Los firmantes del manifiesto quieren organizar jornadas temáticas y reuniones de información, en las que se hable de la mejor manera de abordar a la juventud y sus problemas.
En realidad no es la primera vez que la comunidad marroquí holandesa toma cartas en este asunto. En el pasado existieron los llamados “padres del barrio” que vigilaban a los chicos el vecindario. No obstante, según el criminólogo Frank van Gemert, de la Universidad Libre de Amsterdam, hay una clara diferencia entre los padres del barrio y el nuevo grupo de activistas.
“Los padres del barrio eran hombres marroquíes de la primera generación, ligados a un estilo de educación autoritario, duro, no bien aceptado en Holanda”, explica Van Gemert. “El nuevo grupo es una iniciativa de holandeses marroquíes jóvenes. Son personas que crecieron en este país y saben cómo funciona la sociedad. Es un cambio realmente positivo”.
El grupo de acción “Alto a la criminalidad entre los jóvenes holandeses” quiere hacer sentir su presión sobre los jóvenes criminales y controlar sus conductas de manera continua. De modo paralelo, mediante una tutoría intensiva, se les ayudará a encontrar un empleo.
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