Bruselas,01-05-2009,AFP
<-El ministro turco de Asuntos Exteriores, Ali Babacan (delante), y el comisario europeo de Ampliación, Olli Rehn.
Cinco años después de la gran ampliación de la Unión Europea (UE), el apetito de Turquía por unirse al club empieza a flaquear y la espinosa cuestión de Chipre, que formaba parte de ese grupo de nuevos miembros, podría ser una prueba de fuego para las relaciones turco-europeas.
"Para los turcos, es complicado ver la luz al final del túnel", subraya Mehmet Ozcan, del Instituto de Investigaciones Estratégicas en Turquía.
Ozcan alega que desde el inicio de las conversaciones con vistas a su ingreso a la UE, en octubre en 2005, Ankara ha realizado "muchas reformas" y cita una reciente: la creación de la primera cadena de televisión pública exclusivamente en kurdo, respondiendo a las exigencias europeas sobre derechos de las minorías.
"La población se pregunta sin cesar: '¿Qué hemos recibido a cambio de los esfuerzos realizados?'", dice Ozcan, quien percibe un "pesimismo" en Turquía pese a que ningún sondeo reciente confirma ese sentimiento.
El investigador admite que la lentitud de las conversaciones deriva también de los conflictos internos en Turquía, donde el gobierno islamo-conservador del Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP) ha aflojado el ritmo de reformas desde hace dos años, debido a una serie de elecciones y crisis institucionales en torno al laicismo.
"Ankara no logrará forzar la puerta de la UE sin reformas democráticas, pero las declaraciones desalentadoras de los líderes europeos desagradan a su vez a los turcos", estima Ozcan.
Francia y Alemania encabezan el grupo de países abiertamente hostiles a la adhesión de Turquía.
Ankara sólo ha inaugurado por ahora 10 de los 35 capítulos temáticos que jalonan las negociaciones de adhesión. El bloque europeo decidió en 2006 congelar ocho, ante el rechazo de Turquía de abrir sus puertos y aeropuertos a la República de Chipre, un miembro de la UE que Ankara no reconoce.
"Esta cuestión bloquea los avances. Sin una solución de ese expediente, no veremos el final del túnel", estima Sinem Açikmese, de la Fundación para la Investigación sobre Políticas Económicas.
La UE fijó diciembre de 2009 como fecha límite para que Ankara aplicara la unión aduanera con la República de Chipre y un bloqueo podría tener duras consecuencias para la adhesión turca.
"Quizás no una ruptura", estima Ozcan, "pero seuramente una congelación de las relaciones, a menos que la UE decida dar otro año a Ankara" para respetar sus compromisos con Chipre.
"Turquía no está dispuesta a mover ficha" hasta que no se concluya el diálogo iniciado en 2008 entre dirigentes greco y turco-chipriotas de la isla, dividida desde 1974, afirmó el negociador en jefe de la UE, Egemen Bagis.
Ankara reclama que se levanten las sanciones económicas contra la entidad turca que controla el norte de Chipre, tal y como prometió la Comisión Europea tras la adhesión de la isla a la Unión, el 1º de mayo de 2004, junto a otros nueve países de Europa central y del este.
La emergencia de constantes escollos en el camino europeo de Turquía se ha visto no obstante compensada mínimamente en las últimas semanas por la intervención del presidente estadounidense, Barack Obama, y un gesto conciliador con Armenia.
El presidente Obama abogó a principios de abril en una visita al país laico de mayoría musulmana por su adhesión en la UE, creando una "dinámica" favorable para Ankara, según un diplomático turco.
El anuncio este mes de Turquía y Armenia de querer normalizar sus relaciones históricamente hostiles también podría jugar en favor de los turcos.
Islam España es el portal del islam en lengua española , un proyecto de futuro para la convivencia,la cooperación y el diálogo.
<-El ministro turco de Asuntos Exteriores, Ali Babacan (delante), y el comisario europeo de Ampliación, Olli Rehn.
Cinco años después de la gran ampliación de la Unión Europea (UE), el apetito de Turquía por unirse al club empieza a flaquear y la espinosa cuestión de Chipre, que formaba parte de ese grupo de nuevos miembros, podría ser una prueba de fuego para las relaciones turco-europeas.
"Para los turcos, es complicado ver la luz al final del túnel", subraya Mehmet Ozcan, del Instituto de Investigaciones Estratégicas en Turquía.
Ozcan alega que desde el inicio de las conversaciones con vistas a su ingreso a la UE, en octubre en 2005, Ankara ha realizado "muchas reformas" y cita una reciente: la creación de la primera cadena de televisión pública exclusivamente en kurdo, respondiendo a las exigencias europeas sobre derechos de las minorías.
"La población se pregunta sin cesar: '¿Qué hemos recibido a cambio de los esfuerzos realizados?'", dice Ozcan, quien percibe un "pesimismo" en Turquía pese a que ningún sondeo reciente confirma ese sentimiento.
El investigador admite que la lentitud de las conversaciones deriva también de los conflictos internos en Turquía, donde el gobierno islamo-conservador del Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP) ha aflojado el ritmo de reformas desde hace dos años, debido a una serie de elecciones y crisis institucionales en torno al laicismo.
"Ankara no logrará forzar la puerta de la UE sin reformas democráticas, pero las declaraciones desalentadoras de los líderes europeos desagradan a su vez a los turcos", estima Ozcan.
Francia y Alemania encabezan el grupo de países abiertamente hostiles a la adhesión de Turquía.
Ankara sólo ha inaugurado por ahora 10 de los 35 capítulos temáticos que jalonan las negociaciones de adhesión. El bloque europeo decidió en 2006 congelar ocho, ante el rechazo de Turquía de abrir sus puertos y aeropuertos a la República de Chipre, un miembro de la UE que Ankara no reconoce.
"Esta cuestión bloquea los avances. Sin una solución de ese expediente, no veremos el final del túnel", estima Sinem Açikmese, de la Fundación para la Investigación sobre Políticas Económicas.
La UE fijó diciembre de 2009 como fecha límite para que Ankara aplicara la unión aduanera con la República de Chipre y un bloqueo podría tener duras consecuencias para la adhesión turca.
"Quizás no una ruptura", estima Ozcan, "pero seuramente una congelación de las relaciones, a menos que la UE decida dar otro año a Ankara" para respetar sus compromisos con Chipre.
"Turquía no está dispuesta a mover ficha" hasta que no se concluya el diálogo iniciado en 2008 entre dirigentes greco y turco-chipriotas de la isla, dividida desde 1974, afirmó el negociador en jefe de la UE, Egemen Bagis.
Ankara reclama que se levanten las sanciones económicas contra la entidad turca que controla el norte de Chipre, tal y como prometió la Comisión Europea tras la adhesión de la isla a la Unión, el 1º de mayo de 2004, junto a otros nueve países de Europa central y del este.
La emergencia de constantes escollos en el camino europeo de Turquía se ha visto no obstante compensada mínimamente en las últimas semanas por la intervención del presidente estadounidense, Barack Obama, y un gesto conciliador con Armenia.
El presidente Obama abogó a principios de abril en una visita al país laico de mayoría musulmana por su adhesión en la UE, creando una "dinámica" favorable para Ankara, según un diplomático turco.
El anuncio este mes de Turquía y Armenia de querer normalizar sus relaciones históricamente hostiles también podría jugar en favor de los turcos.
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