miércoles, 2 de enero de 2019

Formarse en un Islam tolerante y abierto

Ceuta,02/01/2019,elpueblodeceuta.es


Acaba de entrar el nuevo año y la Comisión Islámica de España (CIE) vuelve a insistir en una de sus viejas reivindicaciones, lograr que se impartan clases de Islam en los institutos, prioritariamente en Ceuta y Melilla poniendo de manifiesto que estas clases podrían prevenir una posible radicalización de los jóvenes de entre 12 y 16 años, una edad muy importante para una formación adecuada.

Esta reivindicación la viene manteniendo la CIE desde 1992, cuando alcanzó con el Estado un acuerdo por el que este se comprometía a garantizar el derecho a recibir enseñanza religiosa islámica en centros educativos públicos y concertados. En este sentido existe cierta controversia legal. Si en el acuerdo con la CIE se afirma que la escolarización de niños musulmanes no debe entrar en contradicción con “el carácter propio” de los centros, en las leyes educativas de todo rango se establece la obligación de no discriminar a los alumnos por motivos religiosos, garantizando la formación religiosa para todos.

Pero más allá de la controversia legal la pregunta interesante es si ofertar religión islámica es realmente un método para prevenir una posible radicalización de los jóvenes. Y en este debete no es tolerable abstenerse de censurar determinados aspectos del islam que fomentan la violencia y amenazan los valores democráticos por temor a ser tachados de xenófobos, ni tampoco desentenderse de la formación religiosa de los ciudadanos musulmanes para luego lamentar que algunos han sido radicalizados. En este sentido, queda mucho camino por recorrer para impedir la introducción de los peligrosos fundamentalismos que inundan hoy el pensamiento islámico.

Los estudiantes musulmanes tienen derecho a formarse en un Islam tolerante y abierto. Y si es mediante clases supervisadas por la administración y con un temario que respete los valores humanos y democráticos ­europeos, mejor. Proporcionar un conocimiento racional y crítico del Islam, en su desarrollo social, histórico, sociológico y filosófico es fundamental.

No obstante, esta formación debe ser continuada en el propio seno de la familia y desde las mezquitas ya existentes, ya no sólo para evitar la radicalización sino para saber respetar los valores de esta sociedad.

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